Un Regalo:
-No -respondí rodeando el coche y acercándome a la puerta del copiloto.
- ¿Segura? -preguntó empezando a analizar cada uno de mis movimientos.
Abrí la puerta del copiloto y la dejé colgando unos segundos mientras mis ojos se conectaban con los suyos y con una media sonrisa deshacía todas sus sospechas.
-Sí ¿Por qué te lo ocultaría?
-No lo sé, lo que sé es que fuiste tú la que nos guio de regresó a la gasolinera, además, cuando te encontré en la plaza, no parecías perdida.
-Ah... Eso, es como un superpoder -respondí riendo -pero creo que ya deberíamos ir buscando un lugar donde pasar la noche.
-Ya me encargué de eso -dijo Daniel algo escéptico ante mi última respuesta, pero subiéndose al coche de todas formas -estuve hablando con la chica de la gasolinera y me dijo que hay un hotel a unas cuantas calles de aquí.
Esperé a subirme al coche para poder empezar a organizar las cosas que traía en mi bolso, aprovechando el momento para sacar la barra energizante que había comprado antes de escapar de la gasolinera.
-Daniel, sé que cuidas demasiado lo que comes -dije enseñándole la barra -disculpa si te asusté al irme sin avisar.
-No creas que podrás comprarme con una barra energética -respondió riendo.
-Sé que la quieres -añadí moviéndola frente a su rostro.
-Puede ser -respondió tomando la barra mientras que una ligera sonrisa aparecía en su rostro -no me vuelvas a hacer algo así -dijo señalándome con la barra.
-Anotado, te avisaré si desaparezco -respondí encogiéndome de hombros.
-Sería mejor si no desapareces -añadió guiñándome un ojo mientras encendía el coche -Isabella.
- ¿Sí? -pregunté terminando de colocarme el cinturón de seguridad.
-Discúlpame por la forma en la que reaccioné.
El silencio inundó el coche tras sus palabras. Ya no necesitábamos decir nada más. Daniel condujo un par de cuadras antes de detenerse a un lado de la pista, junto a un pequeño hotel en el que pasaríamos la noche.
Al ser un pueblo pequeño, supuse que nuestro encuentro en la plaza ya había trazado su ruta a oídos generales, sin embargo, el señor que nos atendió no hizo ninguna pregunta. Se limitó a anotar nuestros nombres en una libreta y entregarnos una llave.
Subimos hasta el segundo nivel con las pocas cosas que teníamos. Daniel era el que llevaba la llave, así que iba primero. Al llegar, abrió la puerta antes de hacerse a un lado, invitándome a ingresar.
Ambos acomodamos todo antes de que yo gane la ducha y el derecho a bañarme primero. Al salir del baño me encontré con Daniel revisando un mapa, sin embargo, estaba mucho más tachado en comparación de la primera vez que lo vi.
- ¿Todo bien? -pregunté.
-Sí -dijo alzando ligeramente la cabeza -puedes dejar tu ropa ahí para que la laven y, si quieres ropa nueva, podemos ir de compras -añadió mientras empezaba a doblar el mapa.
-Pudiste haberlo dicho antes de que me bañe -respondí, pues seguía con la misma ropa con la que había llegado.
-Mi error -dijo Daniel levantándose de la cama - ¿Vamos? -preguntó con su mano sobre el picaporte de la puerta de salida -A menos que no quieras -añadió unos segundos después mientras alzaba ligeramente una de sus cejas.
ESTÁS LEYENDO
Antes del Amanecer ·ADA1/2·
Fantasia¿Qué tal si escapé de un pueblo que se suponía que era seguro? ¿Me ayudarías? ¿Qué tal si corro de un accidente que eliminó rastro alguno de aquellos que yo consideraba familia... Del amor que sentía? ¿Qué tal si todos creen que estoy muerta? Probab...