El Bosque Y Sus Secretos:
¿Estaba muerta?
Con unas simples palabras rondando en mi cabeza, ni si quiera me di cuenta cuando había caído dormida. Solo sabía una cosa, esas palabras también me habían perseguido en mis sueños. Esa voz y ese bosque estuvieron muy lejos de ser una pesadilla esta vez, pero se sintieron como eso.
Al despertar me di cuenta de que aún era de noche, sin embargo, Daniel estaba al volante, conduciendo a máxima velocidad... Otra vez.
Inconscientemente llevé mi mano hasta la puerta del coche, tomando mi celular y viendo la hora: Era más de las tres de la mañana.
- ¿Qué haces? -pregunté totalmente despierta y acomodándome en el asiento.
-Es una larga historia -respondió él restándole importancia.
-No me interesa, responde.
-Dijiste que el cristal me podía darme visiones -inició luego de unos segundos en silencio.
-No, dije que tú nos guiaría a ella.
-Lo que digas -respondió tratando de llegar al punto -soñé con ella, estaba en un claro, pasando la ciudad -dijo con los ojos llenos de esperanza.
- ¿Cómo sabes que ella está allí?
-Conozco ese lugar, estuve allí varias veces, la última fue hace menos de un año.
-Y ¿Cómo sabes que no fue solo un sueño?
- ¿Puedes confiar en mí solo por esta única vez? -preguntó girando a verme.
Sus ojos brillaban en la oscuridad, estaba tan lleno de esperanza....
-No -respondí tajantemente -la confianza viene como al tercer mes de amistad, no después de poco más de una semana.
-Y aun así me contaste tu historia -dijo con una sonrisa arrogante.
-En mi defensa... -traté de decir, pero él me interrumpió.
-No hay defensa que valga, señorita -dijo con una tierna sonrisa -me consideras un amigo.
-Y un secuestrador -susurré, pero él se limitó a negar con la cabeza.
-Que yo sepa, yo no te obligue a venir conmigo.
Me crucé de brazos tras descubrir esa irritante sonrisa en sus labios. Esta vez fui yo la que decidió ignorarlo por el resto del camino.
Para el amanecer ya habíamos recorrido casi todo el trayecto realizado el día anterior y yo estaba tan cansada que, sin querer, volví a quedarme dormida. Era casi seguro de que para mañana ya habríamos llegado a donde sea que este loco nos esté llevando.
-Hey -escuché mientras alguien cerraba la puerta del coche con violencia, haciendo que mi cuerpo de un pequeño brinco -Lo siento -añadió Daniel asomándose por la ventanilla del asiento del conductor.
Traté de ubicarme rápidamente, mientras que Daniel rodeaba el coche para abrirme la puerta. Al abrirla, él solo se encontró con una versión malhumorada de mí mientras le sacaba el dedo medio. Él solo sonrió y caminó en dirección a una pequeña tienda de servicio.
Estábamos en la misma gasolinera en medio de la nada. Revisé mi celular y eran más de las dos de la tarde, ni si quiera sabía cómo había podido dormir tanto, pero mi cuello no tardó en reprocharme las horas en una mala posición.
- ¿Qué hacemos aquí? -pregunté en un susurro frotándome el cuello mientras salía del coche, estirando las piernas mientras veía como Daniel regresaba.
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Antes del Amanecer ·ADA1/2·
Fantasía¿Qué tal si escapé de un pueblo que se suponía que era seguro? ¿Me ayudarías? ¿Qué tal si corro de un accidente que eliminó rastro alguno de aquellos que yo consideraba familia... Del amor que sentía? ¿Qué tal si todos creen que estoy muerta? Probab...