En la familia Hamilton existen relaciones poliamorosas, su inteligencia los ha posicionado como la empresa número uno de Los Ángeles.
Los Herederos y Enigmáticos hermanos Hamilton saben cómo tener a más de una mujer sobre sus pies, lo que no saben...
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25 de Julio, 2025.
Adam
Al despertar me dirijo al baño quedando bajo el charco de agua cierro los ojos por un momento al recordar a cierta chica de ojos aceitunados.
El recuerdo de ella con ese vestido rojo resaltando cada parte de su cuerpo y el cómo se sentía tenerla entre mis brazos.
La paz y tranquilidad que sentí no lo había sentido con nadie que no fuera mi madre cuando nos abraza dándonos amor.
Pero al final de cuentas mamá tiene razón tenemos ese don de joderlo todo, y no la culpo si nos manda a la mierda, la llegada de Meredith solo logro ponernos molestos y en la cara de Andrew eso se le notaba muy bien.
Una vez fuera me encaminó al closet sacando un traje gris con una camisa blanca. Al terminar de arreglarme baja ala sala encontrándome a mis hermanos ya cambiados.
–Vamonos, tenemos que llegar antes de que ella llegué– asiento empezando a caminar detrás de ellos hacia el estacionamiento.
Cada unos nos montamos en su auto empezando a manejar hacia la empresa, la ansiedad empieza a crecer dentro de mi con cada segundo que pasa.
Al llegar y dejar los autos en su lugar, entramos a la empresa ganando miradas y sonrisas coquetas.
Entramos al elevador y la espera se siente larga hasta que la puerta es abierta avisando que hemos llegado.
Mi vista recorre el lugar hasta que logro verla detrás de escritorio.
Luciendo preciosa con su cabello recogido y ese vestido negro resaltando cada parte de su cuerpo.
La detallo bien, imaginándomela recostada contra el escritorio conmigo detrás y mi polla dentro de su dulce y apretado coño.
–Buenos días señorita Astrid– escucho a Andrew saludarla sacándome de mis pensamientos.
–Buenos días señor Hamilton– miro a mis hermanos alzando una ceja ante su tono.
–Cariño, creo que te confundiste, nosotros no somos señores, bueno Andrew probablemente si con la cara de amargado que se carga pero nosotros no– me acerco sonriendo coqueto tratando de aliviar el ambiente.
–Por respeto me dirijo así hacia ustedes, son mis jefes– una mueca se forma en mi rostro y es que joder no quiero ser solo su jefe.
–Astrid, acaso las rosas y la nota de ayer no te dijeron nada– Angel se acerca a ella mencionado lo que ayer hicimos con la idea de que nos perdonaría.
–Hermosas rosas, pero no tenían que molestarse, solo soy una empleada más en este lugar– la veo morder sus labio y siento una punzada en mi pecho al escucharla.
–Este no es un tema para hablar aquí, ¿sería tan amable acompañarnos a la oficina?– volteo a ver a Andrew encontrandolo con su ceño fruncido.
La veo empezar a caminar delante de nosotros y mis ojos bajan a su culo sacándome una sonrisa.
