En la familia Hamilton existen relaciones poliamorosas, su inteligencia los ha posicionado como la empresa número uno de Los Ángeles.
Los Herederos y Enigmáticos hermanos Hamilton saben cómo tener a más de una mujer sobre sus pies, lo que no saben...
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21 de Agosto, 2025.
Angel
El sonido del teléfono me hace abrir lentamente los ojos encontrándome a Astrid dormida a mi lado, con cuidado salgo de la cama tomando un pantalón, el celular vuelve a sonar y el nombre de Andrew aparece en la pantalla y suspiro saliendo de la habitación para no despertar a mi mujer.
El celular vuelve a soñar por cuarta vez y gruño contestando al pesado de mi hermano.
—¿Por qué no contestas el maldito teléfono?— lo escucho preguntar y ruedo los ojos ante su tono de voz.
—Estaba dormido, y deja de gritar no estoy sordo— gruño comenzando a caminar hacia la cocina.
—Como sea, ¿Astrid sigue en la casa o se fue a su departamento?— pregunta y sonrió al recordar a la mujer desnuda que duerme en mi cama.
—Se quedo, ahora mismo sigue dormida—murmuro y hace un sonido de afirmación.
—No preguntare nada, solo trata de mantenerla vigilada, no sé cómo demonios consiguió mi numero esa mujer, pero me mando un mensaje, no la quiero cercas de nuestra mujer— sabia que nos iba a causar problemas y aun así decidimos meternos con ella.
—No creo poder mantenerla en la casa todo el tiempo, pero tenlo por seguro que Meredith no se acercará a ella— por otro rato más me quedo hablando con mis hermanos mientras preparo el desayuno.
Al terminar volteo encontrándome a Astrid parada en la puerta vistiendo una de mis camisas que apenas le cubren hasta sus muslos.
—No quería interrumpir, pero no te sentí en la cama y decidí bajar a buscarte— murmura y sonrió hacia ella haciéndole una seña para que se acerque.
-—Estuve preparando el desayuno, ven acércate, Andrew y Adam estan al teléfono—murmuro y la veo sonreír antes de tomar mi celular y sentarse sin dejan de hablar con mis hermanos.
Me dejo caer a su lado y me sonríe antes de volver al teléfono, sus ojos aceitunados brillan de la emoción, sus labios se encuentran levemente hinchados por la actividad de anoche, la camisa se encuentra levemente abierta permitiéndome parte de sus pechos, las pequeñas marcas que deje aun son notorias.
La voz de Astrid me hace volver a la realidad, sus ojos me miran con curiosidad y niego divertido haciendo que ruede los ojos.
—Llevo rato hablándote, tus hermanos te preguntaron algo— la escucho decir y sonrío al mirarla de arriba abajo.
—Lo siento corazón, pero es complicado concentrarse con tan magnifica vista— murmuro haciendo que sus mejillas se tornen rojas.
—¡Ángel!, tus hermanos están escuchando— chilla poniéndose aún más roja haciéndome reír.
—No hay de que preocuparse, mis hermanos no son celosos— murmuro sin dejar de ver y rueda los ojos luciendo nerviosa.
Miro el celular notando que aún se mantiene en la llamada con ellos.