En la familia Hamilton existen relaciones poliamorosas, su inteligencia los ha posicionado como la empresa número uno de Los Ángeles.
Los Herederos y Enigmáticos hermanos Hamilton saben cómo tener a más de una mujer sobre sus pies, lo que no saben...
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23 de Julio, 2025.
Andrew
Cuando la mire por primera vez no fue su cuerpo lo que me llamo la atención, aunque no niego que me imagine mil escenarios con ella debajo de mi gimiendo mi nombre, el brillo de sus ojos cuando me miro y la curiosidad en ellos me dio a entender que no era como las otras mujeres.
Durante la cena varias veces la capte observándonos, y de nuestra parte era igual, los comentarios con doble sentido de Adam lograban ponerla nerviosa y aumentaba mas nuestra curiosidad por ella.
Al momento de invitarla a bailar iba con la idea de platicar con ella, descubrir mas acerca de su vida, pero el sentir su cuerpo junto a mi y el como se estremeció ante mi contacto me hizo sonreír de satisfacción, sus ojos aceitunados mirándome como si no existiera nadie más fue el maldito paraíso.
Una sensación de paz y tranquilidad me invadió por completo con ella junto a mí, ahora entiendo a mis padres cuando nos platicaron sobre ellos con mamá, ese momento que me di cuenta que esto ya no solo era curiosidad, había algo más, un sentimiento de posesividad crecio en mi cuando más de un hombre la observaba con descaro y el quererla cuidar creció dentro de mi y se que mis hermanos sintieron lo mismo cuando se acercaron a bailar con ella.
Adam fue el último de bailar con ella, sus mejillas sonrojadas y esa sonrisa que hacía que sus ojos aceitunados brillarán con intensidad.
A mi lado Ángel la observaba cada movimiento que hacía.
–¿Crees que acepte estar con los tres?– menciona después de un rato en silencio.
–Eso espero, no sabes lo que daría por tenerla a mi lado– asiente lentamente y sus ojos verdes me miran con diversión.
–Serias capaz de dar tu auto, tu maravilloso y perfecto automóvil– no puedo evitar que una risa se escape de mi.
–Si Ángel, mi maravilloso y perfecto auto– sonríe antes de volver la mirada hacia donde sigue Adam y Astrid.
Al terminar la canción veo a Astrid caminar hacia nuestra mesa y mi atención queda en mis padres al verlos tomar sus copas llamando la atención de las personas.
Al terminar su discurso me acerco a la pelinegra que se encuentra aún sorprendida.
–¿Se encuentra bien señorita Astrid?– asiento lentamente, con una pequeña sonrisa en mi rostro.
–Lo siento no estaba preparada para esta situación, gracias– una sonrisa se asoma en su rostro, sin quitar su mano de cuerpo.
–Tiene bien merecido el lugar, mis padres me comentaron que es excelente en su trabajo– sonrió sintiendo mis mejillas tornarse rojas.
Veo a los socios y familia acercarse a nosotros, y proponer nuevos contratos que sabían que les beneficiarían.
Mis ojos caen en la rubia de ojos verdes que conozco muy bien, la veo acercarse y me toma por sorpresa el volver a verla después de mucho tiempo, una sonrisa aparece en sus labios cuando me ve, empezando a caminar hacia mi dirección.