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—¿Por qué hiciste eso? —Cuestioné mirando a Sanzu

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—¿Por qué hiciste eso? —Cuestioné mirando a Sanzu.

—Pues... en parte fue por lo mismo, el jefe te haría algo por ser alguien importante para Chifuyu... y la otra parte, fue porque en verdad me gustas y no había manera de que pudiera estar contigo si no dejabas a Chifuyu.

Había llegado para sacar a Sanzu de los separos, pero primero había pedido hablar con él, por si llegaba a ponerse loco.

—Pudimos haber hablado sobre eso. —Le dije.

—Nana, ambos sabemos que no dejarías a Chifuyu por mucho que me declarara ante ti. —Dió una risita seca y sin gracia, él miraba sus manos esposadas a la mesa. —Porque aún después de todo, seguiste escogiendolo a él.

Me quedé en silencio, y suspiré.

—Después de ésto, no podría escoger a Chifuyu. —Sanzu levantó su mirada, con algo de esperanza. —Pero tampoco te escogería a ti.

—¿Q-Qué?

—No podría estar con alguien que no tiene la confianza para decirme lo que le sucede, ni mucho menos ocultándome algo como que amenazaste a Chifuyu con su madre.

—Nana, lo hice por ti, por nosotros...-

—Sanzu, lo hiciste por ti. —Dije sujetando sus manos. —Yo no necesitaba que sucediera todo ésto... sabes que no me gustas y...-

—Lo sé, y aún así intenté hacer de todo con tal de estar contigo.

—Yo no puedo ofrecerte una relación, a estas alturas no podría ofrecerte más que una amistad, y es todo.

—Está bien, lo entiendo. —Asintió acariciando mis manos. —Pero, si en el futuro se da, ¿Serías mi novia?

Tragué saliva, apretando mi mandíbula, solté sus manos y lo miré a los ojos.

—¡Ya vámonos, Nana! —Exclamó Wakasa entrando al lugar. —Listo, eres libre Sanzu, pero por si acaso pusimos una orden de restricción contra ti... Y contra Chifuyu, pero equis, eso no importa. —Murmuró sonriente, pero luego se puso serio. —No quiero que te acerques a Nana, o yo voy a hacer todo lo posible para destruirte.

—Vamonos ya. —Gruñí jalando al peliblanco de las orejas.

Antes de irnos, noté la mirada oscurecida de Sanzu.

°°°

—¡Fiesta, fiesta, dubidubadaaa! —Exclamaba Koko una vez llegamos al salón en donde se haría la ceremonia y la fiesta.

—Ya quiero perrear con las abuelitas, ojalá y se me pegue una suggar mami. —Sonrió Baji mirando todo.

—Orale, este salón es toda la cuadra de mi barrio. —Murmuró sorprendido Kazutora. —Andale Hanma, hay que llevarnos los arreglos de mesa, correle, ahorita que no hay tanta gente.

you right [Tokyo Revengers]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora