Ya arreglado el incidente los dos muchachos le avisaron a kiyama que saldrían al centro para ir preparando la llegada de Akemi sin contar que faltaban 4 meses más, pero aiger ya necesitaba tener todo listo salieron del club de la pandilla salvaje bey y se encaminaron en la parada de autobús dónde esperaron el transporte.
Subieron rápidamente al autobús pagando su pasaje dónde buscaron
asientos vacíos hasta atrás mientras el
vehículo los dejaba en su rumbo los dos veían el suelo sin decirse nada, esa incomodidad que hubo horas atrás estaba clavada cómo una espinita en el pecho, parecía no querer retirarse el castaño posó su vista a la ventana reconociendo la próxima bajada centro comercial, se levantaron tocando el botón de alto descendiendo del camión parándose en la entrada de la gran plaza, habiendo variedades de tiendas cómo ropa, comida,mascotas etc.— Por dónde empezamos— dijo el mayor paseando su mirada por los locales.
— En las tiendas para bebés— se adelantó partiendo el mismo al lugar de objetos.
Sumiye seguía a su oji-turquesa sin rechistar era conciente de lo qué pasaría nuevamente si oponía palabra alguna, detuvieron sus pasos, el ya estar frente al bazar que buscaban el menor no pudo evitar la sonrisa que dibujo su rostro.
— Entremos Akemi quiere ver qué hay de su gusto— habló emocionado Akabane dando caricias tiernas a su abultado vientre.
Adentro del local por todas partes se lograba divisar cunas de distintos colores,ropa tanto de niño cómo de niña, juguetes,peluches entres otras cosas.
— ¿Que color te gusta hija?— decía aiger con ánimos hablándole a su bebecita.
— Borreguito la nena no te oye sabías?— respingo al ver cómo le fulminaban con la mirada.
— El doctor dijo que los bebés pueden oírte cumpliendo ya tú 5° o 6° mes— un aura rodeaba su cuerpo erizandole la piel al de estatura alta— ahora te callas y ayúdame a escojer la primer pijama de nuestra hija estamos?.
— Si...— dijo nervioso.
Los mamelucos que más le llamaron la atención al castaño fueron uno de patito y el otro era uno morado con orejitas similares al de un perro, fubuki no tuvo problema con eso así que compró ambos ya con el recibo en sus manos se fueron de la tienda para ir a dar una vuelta por la fuente cercana ahí.
Ahí fue dónde otra vez la burra al trigo.
— Y que tal?— preguntó sin quitar esa seriedad que estuvo presente en todo el recorrido.
— ¿Que tal de qué?— dijo extrañado por pregunta tan rara.
— Tú sabes,el beso que le diste a toko— sonrió forzosamente abrazando las bolsas con ropa.
Paró su caminata sujetando el brazo del menor acercándolo a él.
— Olvida eso ya tengo bastante con los sermones de mi primo para que también tú me encares cada que se te antoje— dijo molestó, aiger frunció el entrecejo.
— Te dije que no soy pendejo ¡Vez nunca haces algo lindo por mí!— le gritó con gotitas asomándose en sus pupilas— ¡Y de que te quejas el que va a tener a la bebé soy yo! ¡Ni siquiera se si la quieres!.
Llorando se apartó del rubio negando en su mente que tontería había cometido, ahora se lamentaba por acostarse con Sumiye.
Fubuki observaba igualito a un espectador cuándo presencia pelea o obra de teatro, una vez más la cagó, con cuidado se acercó al oji-turquesa protegiendolo en sus brazos.
— No digas eso, te amo los amó a los dos— le hablaba bajito manteniendo un tono apacible— quiero hacer las cosas bien,tan solo salen inesperadas para mí es todo.
— Significa que si nos quieres— subió la vista dónde sus ojos brillaron con ilusión.
Color turquesa en adelante sería su color preferido.
— Siempre te e querido aiger— se inclinó hacia abajo atrapando los labios del castaño.
Con un rubor en sus cachetes correspondía el beso abrazándose de su cuello no cabía inseguridad alguna, si le amaba muchísimo.
Dieron ese paseo que tanto requerían por la plaza luego de terminar con sus compras volvieron al club de kiyama, en lo que estos descansaban de un día agitado un muchacho de personalidad bipolar andaba por las calles cerca de la panadería Aoi; hablar del asunto,pedir perdón de rodillas y jurarle no abandonarle otra vez un plan improvisado que se planteó en su conciencia para no quedarse cómo idiota, si todo un genio pensó.
— Aclarar ciertos puntos no son casos del otro mundo o si?— se dijo a si mismo viendo sus propios pasos.
Cualquiera que viera a genji mover las manos de un lado a otro sin parar de hablarle al aire lo tacharian de loco, de igual forma le valería pepino las opiniones de metiches, paró de caminar estando frente a la casa de su menor.
— A llegado el momento de enfrentarme a lo qué temia en mis sueños— apretó el timbre en cuánto sonó la puerta se abrió.
— Suoh
— Toko
🌟💥
Sus músculos se tensaron al no saber que decir, que hacer. A su lado se hallaba la madre de su hijo callado viendo la mesita enfrente de ellos creó que su plan borró rastro de dónde se encerró en su cerebro. Momento de improvisar su plan improvisado.
— Lamento lo que hice, fue estúpido negar a nuestro hijo— dijo serio, el menor volteó a verle dejando que continúe, prestando toda su atención— quiero hacerme cargó de ambos huir como un cobarde habría sido una tontería.
Se giró hacia el oji-aqua agarrando sus manitas.
— Dame otra oportunidad, quiero ser digno de ti toko, por ello haré hasta lo imposible para recuperar tú amor— habló con toda la sinceridad del mundo,usando una voz más dulce— por favor.
Aoi lo pensó temia a salir lastimado, también temia por su niño, pero suoh tuvo el valor de venir a disculparse, para él eso era un avance. Acepto, claro le puso condiciones antes de unirse en un beso lleno de honestidad.
La dos mujeres de la casa veían por la puerta de la cocina, la madre suspiro al menos su yerno remedio su equivocación mientras Nika tuvo que resignarse.
¿Las cosas mejorarán ahora verdad?.
¡Un capítulo más y ya se acerca a su final! :"D. Estoy tan contenta porque está saliendo cómo lo planeé espero les haya gustado nos vemos bay ❤️✨.
ESTÁS LEYENDO
¿𝗖𝗼𝗺𝗼 𝗦𝗲 𝗖𝘂𝗶𝗱𝗮 𝗨𝗻 𝗕𝗲𝗯𝗲? [ғᴜᴀɪɢᴀ]
FanfictionCuándo una persona ama a alguien decide entregarle lo más preciado de si mismo pero que pasa si está "acción amorosa" se entrega sin amar y solo por pura curiosidad. Tal es el caso de Aiger Akabane quién con uno de sus más grandes rivales intenta se...