Capitulo 45

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Me di la media vuelta pero lo vi y
recordé lo bien que la habíamos
pasado el viernes, sábado y domingo. Así es había salido todo el fin de semana con él. El sábado nuevamente me invitó a cenar y ésta vez se vengo diciendo que no me conocía lo suficiente para besarme y el domingo habíamos estado en su casa. Así que no la pasamos con Pablo y Mariana.

- No Silverio, no puedo seguir jugando con él - me di rápido la media vuelta hacia mi amigo y de inmediato llevé mi mano a mi boca - Mierda Gil - casi grito reclamándole por no avisarme que Machu estaba ahí.

- Perdón, pensé que ya no dirías nada. - dijo con los ojos abiertos a tope.

-Y-Yo lo... Lo siento - balbuceo Machu nerviosa - No era mi intención escuchar - cubrí mis ojos con desespero y una vez más me giré para caminar hacia mi casillero ignorando los llamados de Machu.

-¿Mala mañana? - me encantaba sentir su aliento en mi oído.

- Pésima - confesé largando un suspiro.

- ¿Te ha molestado alguien? - preguntó serio.

- No - reí - Un problema con Silverio nada más - saqué el último libro que necesitaría para las clases de hoy.

-¿Segura?

- Completamente.

- Bien- el timbre nos indicó que era hora de entrar a clase. Física, nos tocaba juntos.

- Hey ¿Adónde vas?

- A mi lugar - contesté obvia y negó con la cabeza, la ladeó hacia la izquierda indicándome que lo siguiera. - ¿De verdad? - pregunté con los ojos abiertos a tope, quería que me sentara con él.

- De verdad - afirmó y sin pensarlo dos veces lo seguí.

-Muévete - le ordenó a un sujeto que la verdad ni sabía que estaba en el salón.

- Pero ahí hay dos lugares - señaló
intimidado los dos sitios de adelante.

-Muévete - repitió y estaba por decirle a Claudio que nos sentáramos en los de adelante cuando el sujeto tímidamente se puso de pie, dejando libre el lugar.

- Eres un brabucón Claudio - le
dije riendo.

- Siéntate - me dijo cediéndome el
asiento de atrás.

La clase comenzó, era primera hora y yo ya quería salir corriendo. Bueno todos queriamos salir corriendo. El profesor explicaba el procedimiento para la resolución de unos problemas y no dejaba de escribir. El marcador azul rechinaba al ser presionado contra el blanco pizarrón.

Claudio con fastidio echó la cabeza hacia atrás, por lo que no dudé ni por un segundo divertirme con sus negrizos mechones.

- Me encanta tu cabello - confesé en un susurro. Inconscientemente, volteó a verme y sonrió.

Levantó su cabeza volteando nuevamente hacia el pizarrón, dejando al descubierto un poco de piel de la parte baja de la nuca. Con la punta de mis dedos hacía pequeñas caricias provocando que se estremeciera.

- Basta - susurró.

-¿No te gusta?

-Sí, pero... - volvió a estremecerse

-¿Se encuentra bien Sr. Meyer?- todos voltearon hacia Claudio quien solo asintió con la cabeza.

Todos regresaron su mirada al
frente excepto Silverio y Machu, quienes seguían observándonos,
los aniquilé con la mirada a ambos. Estaba realmente enojada. Silverio seguramente ya le habrá contado sobre la apuesta. Lo cual se convertía en un enorme problema.

Dejé molestar a Claudio para comenzar a anotar todo lo que estaba en el pizarrón aunque era difícil saber por dónde empezar, estaba lleno.

Dos fuertes golpes en la puerta hicieron que todos sincronizadamente voltearan a la puerta con la esperanza de que fuera alguien que le quitara tiempo al profesor y así lograr perder clases.

La puerta se abrió dejando ver la anatomía de mi ex novio.

- Me permite a los jugadores del equipo... - dijo con esa hermosa voz.

- Y a las porristas - agregó Antonia con su voz de silbato,

- Ve, tú eres porrista - me dijo Claudio señalando con la barbilla hacia la puerta.

- Ve, tú eres jugador - le dije igual y rió.

- Ya no más - mentía.

- Yo tampoco entonces - sonreí - Ya no tengo a quien animar - negó con la cabeza risueño y se puso de pie así que yo también lo hice.

- Éste miércoles hay juego, así que vengan con el uniforme - nos indicó Antonia.

-¿Y para esto nos haces salir de clases? - escuché la voz de Claudio - ¿Qué no pudiste esperar una hora y hacerlo en el receso? - volteamos y logré ver que se lo decía a León. Tenía razón, era una pérdida de tiempo.

- Por favor - dijo León al igual en tono agresivo - Si de verdad te interesara la escuela no estarías atrasado - Claudio ya debería haber salido.

- Cállate idiota, a menos que quieras que te parta la cara - dijo a punto de lanzársele encima pero entre los otros jugadores lo detuvieron.

Me di la media vuelta rápido para ir hacia Claudio.

- Emilia no he terminado - me reclamó Antonia, pero solo hice un ademán para que se callara, y seguido escuché un "Yo le digo después" de Machu. - Claudio - me abrí paso entre los otros - Vámonos - le dije. No quería que se
metiera en problemas, ya que estaba
segura de que León no cerraría la boca - No vale la pena - pasó su brazo por mis hombros.

-... Eso no es lo que decías antes - ¿Qué rayos quería? ¿Que de verdad le rompieran la cara? Solo se lo había ganado.

- Ahora si imbécil - todo fue tan rápido que en menos de tres segundos León había sido embestido por Claudio en pleno pasillo, en la puerta del salón.

-¡Claudio! - grité con frustración, no debía hacerlo, no aquí o se metería en problemas. Pero ni siquiera entre los cinco podían detenerlos.

Ahora estábamos los ocho sentados en las bancas esperando a que el director nos atendiera.

- ¿Ahora qué pasó? - preguntó el director dando un gran suspiro dirigiéndose a Claudio. Pero todos comenzaron a hablar al mismo tiempo, Clau comenzó a discutir con León una vez más, ambos se pusieron de pie dispuestos a convertir la oficina del director en un cuadrilátero de peleas.

Nuevamente todos intervinieron ya que ni el mismo director lograba poner orden.

- ¡Basta! - gritó haciendo que todos se sobresaltaran incluyéndome - ¡El próximo que diga una palabra altisonante se irá suspendido y vendrá a detención por dos meses! - todos guardaron silencio y volteó a verme sorprendido - No me explico qué hace usted liada con estos incivilizados. - dijo negando con la cabeza.

- Ella no está "liada" con nadie - me defendió Claudio- Lo que pasa es que, este... - pensó antes de seguir hablando.

-¿Este qué? A ver, ¿Qué? - una vez más León se puso de pie retándolo - ¿No que muy malo? Anda dilo y así te largas - comenzó a tronar los dedos, una vez más Claudio se le abalanzó. La mirada de Claudio se encontró con la mía y el puño derecho de León se estrelló contra su mandíbula. Cerré los ojos y me volteé, estaba molesta ¿Que no podía ignorarlo para acabar con el problema ya?

- ¡Basta ya! - gritó una vez más - ¿Qué les pasa? ¡Si no se controlan ambos se irán expulsados! ¡No permitiré estas "riñas" en mi campus! - estaba rojo del enojo  - ¡Ustedes fuera! - todos salieron, Claudio se puso de pie, dejando a León tirado y se sentó de nuevo a mi lado, el rabioso director volteó a vernos.

Un poco más y estoy segura que le saldría humo por las orejas y fuego por la boca.

Me, myself & I (Claumilia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora