🌷 Epílogo.

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Soobin iba caminando en los pasillos del palacio real, portando consigo como vestimenta; su traje real y su corona de oro en la cabeza, a la cual en enumerables ocasiones tuvo que volver a ponerla en su lugar, al tratar de caerse de su cabeza.

No estaba acostumbrado a portar ningún utensilio como una corona en su cabeza, le gustaba la mayoría del tiempo andar sin ella, sin embargo, en esta ocasión fue necesario.

Su espeso aroma quedó impregnado en el aire y se iba en el viento por donde pasaba. La resonancia de sus pasos atreves de sus elegantes botas, se escuchaba poderosa, como si toda una persona digna de dominación y control transitaba por esos lados. Soobin, no se considera ni uno ni el otro, como la mayoría de los soldados del ejército le habían mencionado antes. Y tal vez debió ganarse el concepto por ser el único Alfa macho que mantenía a raya la actitud arisca del rey Omega.

Soobin no lo llamaba dominación ni mucho menos control. Porque sabía cuanto odiaba ese comportamiento su rey. Todo lo contrario, él lo llamaba razonamiento y dulce manipulación.

Nada más. Y amor, mucho cariño y amor.

Su rey no necesitaba que Soobin se imponiera como todo un Alfa primitivo que tiene el propósito de someterlo. No, su rey por voluntad propia realizaba un acto tan íntimo de sumisión para Soobin, en su cama. ¿Qué más podía pedir?

Cuando se sale algo de control, Soobin tiene que tomar decisiones mucho más drásticas para calmar a su majestad. Por ejemplo: él lo hacía hablando con Yeonjun, criticando su punto de vista erróneo con razonamiento. Y si su objetivo no tenía resultados, pues simplemente Soobin llegaba al extremo de la manipulación. Como lo era: nada de mimos para el Omega embarazado, no hasta que le hiciera caso.

Entonces cuando Yeonjun se rendía, y primero soltaba maldiciones tan malcriadamente y después aceptaba su palabra, es que Soobin lo volvía a consentir con alimentos, baños, y mimos.

Soobin había descubierto que Yeonjun una vez acostumbrado cotidianamente a una persona, dependía mucho de ella, o al menos así lo fue con el Alfa. Choi no renegaba, al contrario, estaba realmente feliz de que Yeonjun compartiera mucha más su confianza y cariño.

Yeonjun lo entrenó poco a poco en la ardua tarea de ser un excelente rey. Donde su nombre fuese respetuosamente pronunciado por su gente como algo digno. Le enseñó también a entrenar como lo hace con los soldados del ejército. Soobin aprendió a pelear y manejar la espada tan bien como lo hacía su rey. El rostro orgulloso que su majestad ponía al verlo entrenar, lo llenaba con un sensación de sastifaccion y poderosa confianza, ya que sabía que cuán bien entrenado estuviera, sería un Alfa mejor capacitado para cuidar de su Omega rey en cinta, por segunda ocasión.

Yeonjun portaba en su abultado vientre a su segundo hijo. Y Soobin estaba más que orgulloso y feliz con la familia que su rey felizmente le regalaba.

Por lo tanto, ahora mismo se dirigía hacía su esposo: el rey Omega; Choi Yeonjun.

El Omega más cabeza dura que Soobin haya conocido, su terquedad así como lo frustrada, también lo hacía ponerce cachondo. Su rey la mayoría del tiempo lo retaba, y Choi sabía muy bien dónde terminaban tan exquisitamente bien esos malditos retos; con Yeonjun boca abajo contra el colchón, gimendo tan bien para él, en una posición bastante sumisa, mientras Soobin lo follaba.

Choi cerró su ojos cuando una oleada de rica excitación recorrió su cuerpo. Jamás tendría suficiente de su exquisito rey, lo volvía un jodido Alfa cachondo. Analizar que Yeonjun le pertenecía solo a él y que era un buen Omega dispuesto dejarce consumir solo por él, lo ponía tan mal.

Su rey era singular.

Y singularmente, también hacía a Soobin gemir de frustración.

Como en esta ocasión, que había regresado de una reunión importante, cómo lo era la inauguración de un nuevo contrato de comercio con el rey del Norte. Y no encontró a Yeonjun en su aposento esperando por él, ni mucho menos estaba su hijo de tres años de edad como dijo que estarían una vez el Alfa volviera.

Rey Omega | ˢᵒᵒʲᵘⁿ ᵃᵈᵃᵖDonde viven las historias. Descúbrelo ahora