Capítulo 3 Madrid

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Tras un largo viaje de 11 horas al fin estaba en Madrid, con las emociones al tope y la sensación de empezar a construir una nueva y soñada vida.

Cuando las dudas y ansiedad empezaban a manejarme vi un hombre con un pequeño cartel que decía: "Samantha G CR"

-Hola buenas tardes-

-Hola bienvenida a Madrid, ¿es usted Samantha Gutiérrez?- me preguntó un hombre alto de unos cuarenta y tantos años.

-Si mucho gusto-

-El gusto es mío, soy David Andrade, asistente administrativo del Diario Marca. Me encargaron recogerla y llevarla a su piso-

-Claro Paula, me lo comentó, muchas gracias- Me dispuse a seguirlo de forma torpe y acelerada, la verdad es que todo a mi alrededor me resultaba maravilloso e irreal.

A pesar de que David tenía pinta de buena gente y que es tal y como lo describió la tutora de mi beca, Paula, sentí alivio al ver que el auto tenía el logo del periódico. A ver creo que aún no les explique muy bien que vengo a hacer a España, así que los voy a contextualizar, amo el periodismo, por eso en mi país estudié el bachillerato y la licenciatura en deportes, pero siempre soñé con hacer la maestría y ejercer aquí, al lado de los mejores, es por eso que concursé por una beca de la Fundación Carolina que en conjunto con el Diario Marca y la Universidad CEU-San Pablo le dan la oportunidad a jóvenes latinos de venir sacar másteres en Madrid. En resumen voy a estudiar, pero el 85 % es en el periódico donde además me van a pagar las prácticas, si un jodido sueño.

Aunque ya conocía el piso por fotos y videos que Paula me había enviado, no pude evitar sentirme cómo una niña cuando estuve ahí, era pequeño y estaba ubicado en un quinto nivel cerca tanto del Diario como de la Uni, tenía un cuarto con un mini balcón, cocina, sala de estar y baño, estaba amueblado y era muy bonito, mejor de lo que esperé.

-Bueno, te entrego las llaves de tu nuevo hogar, Paula mandó unas compras mientras te acomodas bien y supongo que ya hablaras con ella- comentó David mientras me ayudaba con las maletas.

-Claro, de verdad muchas gracias por todo-

-Hombre, no es nada, con todo gusto. Aquí te dejo mi número por si se te ofrece algo y puedo ayudar-

-Mil gracias, ya lo agendo, hasta luego-

-Nos vemos chica y que disfrutes Madrid- se despidió amablemente David. Le devolví la sonrisa y una vez sola expresé toda mi emoción en un infantil brinquito de felicidad para inmediatamente después conectar mi celular a la red Wifi del edificio y llamar a mis padres para decirles que estaba bien y a salvo, pero extrañándolos desde ya.

Lo Que Trajo MadridDonde viven las historias. Descúbrelo ahora