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Por décima vez en el día volvía a escuchar el mensaje de voz que le había enviado Sharon aproximadamente hace una hora.

—¡Steve!.— Wanda entra por la puerta, pero se detiene en seco al ver que su jefe aun no advertía su presencia en la oficina.— ¿Qué te pasa?.— El rubio levanta la vista a la recién llegada y la mira sin ninguna expresión, no sabe que decirle a su secretaria y mejor amiga.— Steve...estás empezando a asustarme...

—Yo...lo siento, pero acabo de recibir un mensaje de Sharon...

—¡Oh por dios!, ¿Qué le paso a ella?.— Empieza a preocuparse y más por la maldita intriga que Rogers le ponía al asunto.

—Ella se va a casar y tengo que ir allá por una semana...

Wanda interrumpe— ¿Y eso qué tiene de malo?.— Steve hace una alto con la mano pidiendo la palabra.

—Qué debo llevar a mi supuesta "pareja".—Hace unas comillas con sus dedos para recalcar la palabra, la fémina abre la boca en una perfecta "o". Sabe de lo que el Rogers le habla, ella ya ha estado enterada al respecto sobre el tema, además de que fue la primera en enterarse y decirle que hacia mal en mentirle a sus padres con respecto a eso. Ambos sabían que algún día llegaría el momento en que Sarah y Joseph quisieran conocer a la tan famosa pareja de su primogénito, pero no pensaban que llegaría tan temprano.— ¿Ahora que haré?.— Se lleva su mano a la sien masajeándola, necesitaba encontrar una solución y rápido.— ¿Qué tal si tú vas conmigo Wanda?.

—¿Qué?, ¿Yo?, No, no, no por supuesto que no. Ellos sabían que nosotros antes salíamos, y que después de cortar mágicamente aparezca de nuevo allí contigo sería...raro. Además, ¿no crees que se decepcionarían por ser solo yo?.— Se señala a si misma mientras hace una mueca.— Además, también me invitaron a mi, y yo planeo ir con Jarvis.— Ve a Steve mirar hacia otro lado haciendo una mueca de disgusto por el nombramiento de su competencia en el trabajo. A Wanda se le iluminaron los ojos por un breve momento en el cual miro a su jefe y dijo.— Sé que esto te sonará raro, pero también es una ultima opción ya que pasado mañana te tienes que ir allá, pero... ¿y si pides a alguien de alquiler?.— Le es inevitable no hablar lo suficientemente lento como para que él entienda.

Steve la miró como si le hubiesen salido dos cabezas.— ¿A qué te refieres?.

Wanda bufa y se cruza de brazos.— Ya sabes, a esas personas que les pagan por ser acompañantes...—

—¿Qué?, no, claro que no. Wanda, me sorprende que digas eso.

—No hay otra manera Steve.— Le recalca.—Además, no conseguirás a nadie dispuesto a actuar como tu pareja durante una semana. Solo piénsalo.

[•••]

La noche se hace presente en su loft, la única luz que iluminaba la sala era la de su computadora. Finalmente se había decidido a ir solo a lo de su familia y comentarles que solo les había mentido para no preocuparlos demasiado con su vida. Su celular empieza a vibrar y moverse en la pequeña mesa ratonera en frente suyo, lo sostiene entre sus manos con una señal de clara molestia y se fija el remitente. Es una vídeo llamada de su hermana, no tiene más opción que suspirar y contestar.

~Hola!~ saluda sonriente Sharon, más de lo habitual en ella. Junto a ella ve que dos cabezas se asoman sincronizadamente para ellos también saludar igual de alegres que su hija menor. Al contrario de Steve que sólo se limita a saludar con la mano.

—Hey, ¿Por qué tan felices?.— Pregunta desconcertado el hijo mayor de los Rogers.

~Sólo estamos muy emocionados de que nuestro niño grande traiga, por fin, a presentar a su personita especial con sus padres. Estoy muy emocionada por conocer a ese alguien.~ Comenta Sarah con aires soñadores y una sonrisa que en años no veía en su madre.

~Hey campeon~ Joseph llama su atención ~Todos aquí estamos muy inquietos por saber quien es...

—Si con respecto a eso...— Steve interrumpe y se rasca la nuca con nerviosismo— Yo...

~¿Qué pasa?, ¿Acaso no vendrá?~ La voz de su madre ahora pierde ese toque risueño y allí es cuando Steve se da cuenta que lleva demasiado tiempo con esa mentira que sus padres se la creyeron muy bien. Nunca quizo crear falsas esperanzas en su familia, y ahora sería un maldito al romperlas.

—No, no. Si irá.— Se apresura a aclarar.— Déjenme decirles que le sorprendió bastante el que nos invitarán y está muy feliz por ir. —Sonríe forzado.

~Oh que bien, estoy contenta de al fin poder conocerla, o quizás conocerlo.~ Su madre levanta y baja sus cejas insinuantes. Sabía que su familia no tenia problema en que el fuese gay o no, además su madre siempre dijo que estaría contenta siempre que él encontrase a su media naranja, y que no le importaba si era hombre o mujer, ella era feliz si su hijo lo era.

Siempre le agradeció eso a Sarah, pero la verdad era que en su vida tal vez se habría acostado con dos o tres hombres, la mayoría siempre habían sido mujeres, además de que nunca le importó experimentar.

~Mamá no es la única contenta aquí, ¡¿adivina quien más lo está?!~ Comentó eufórica Sharon señalándose a ella misma con sus pulgares~ Stevie, ¡no puedo esperar a conocer a ese alguien!~ Su hermana está igual de emocionada que su madre con respecto al tema, y Steve teme decepcionarlas.

—Si, igual yo estoy deseándolo.— Alza sus manos al aire con fingida emoción.— Bueno, entonces nos veremos el lunes en la mañana...— Se despide cortando de inmediato la llamada antes de que su familia tenga tiempo de despedirse.

Suspira fuerte y toma su computadora para apoyarla en su regazo. Teclea algunas palabras en el buscador y da clic en una página de acompañantes de alquiler.

En Alquiler - [stucky]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora