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—¿Cómo dormiste?.— Pregunta Steve con una sonrisa malvada viendo las ojeras en el rostro del moreno.

—¿Acaso mi cara no te dice nada?.— Responde irónico.— ¿Dónde esta Bucky?, creí que ambos se levantaban juntos.

—Lo dejé dormir un poco más. Él realmente está muy cansado...

—¡Ja!, Dichoso él.— Comenta el moreno mientras vierte el café en su taza.— Sharon me obligó a levantarme porque según ella nuestro día debía empezar muy temprano, así cuando seamos ancianos lo recordaremos más... ¡Dios!, tengo tanto sueño, jamás había extrañado tanto mi cama como en estos momentos...— Sam se lamenta.

—¿Por qué no vas a dormir?, Yo te cubro con Sharon y mi madre.

—Gracias, pero no gracias. Mi futura esposa y suegra sí descubren que falto aquí me ahorcarán.

—Vamos Sam, hablo en serio yo te cubro, ¿o acaso quieres caer dormido justo en el altar cuando mi padre este escoltando a mi hermana?.— Steve imagina la expresión de su progenitor en ese momento, realmente algo muy fascinante de ver, gozoso para sus ojos espectadores.

—Eres perverso Steve, siempre deseándole el mal a todos...— Sam mira de reojo a su cuñado.

—¡Sam aquí estas!.— Sarah aparece en la cocina interrumpiendo la conversación de los chicos.— Cariño, necesito que vengas y te pruebes el traje un momento, es solo un pequeño detalle que con la modista queremos arreglar...— Sin esperar respuesta por parte del moreno la dama de alta sociedad lo toma de la muñeca y lo arrastra.

—Buena suerte Sam...— Susurra Steve cuando ya nadie más está en la cocina.— Debo ir a ver si Bucky ya está despierto...— Habla para si mismo ya en la soledad.

Mientras se dirige a la salida puede ver por los grandes ventanales que dan al jardín que el sol deslumbra todo. Afuera puede ver como los empleados están poniendo las sillas y como arman el altar. Suspira, ya que antes cuando era solo un niño llegó a creer que se casaría antes que su hermana, pero al pasar el tiempo desistió de la idea más por sus relaciones fallidas que lo fueron decepcionando en su momento y destruyeron toda esperanza. Pero ahora que conoció a Bucky, todo cambiaba -quizás sea un poco temprano, pero él ya no se imagina su antigua vida sin la presencia del mocoso, llego a calarle hasta los huesos que ya no puede estar sin él-.

Sin darse cuenta ya esta frente a la puerta donde comparte habitación con el mocoso. Sus dedos se detienen antes de tocar el pomo dorado de la puerta, no sabe porqué pero aún se mantiene parado frente a la puerta, no tiene miedo y tampoco está nervioso. Tampoco está pensando, con decisión toma el pomo entre su mano derecha y lo gira, al entrar se encuentra con un Bucky hecho un enredo con las sábanas, aún dormido.

Se acerca al menor con pasó sigiloso temiendo que al menor ruido este se despertase de su letargo, pero él sabe, porque siempre observó que Bucky tiene el sueño pesado. Pueden tirar platos de porcelana, romper copas y vasos de vidrio pero este no se despertaría, piensa que la única kriptonita de Bucky para su sueño son los rayos de sol que dan directo a su cara. Se sienta en el lugar libre a un lado del cuerpo inerte del castaño y con lentitud posa su mano en la espalda desnuda del menor, Bucky esta semi desnudo debajo de las mantas, lo sabe ya que fue quien vio al castaño quitarse sus prendas de vestir y ver que se abalanzaba sobre él con claras intensiones de querer tener una noche apasionante, pero Steve no sabe si fue estúpido o coherente de su parte negarse a tan hermoso chico, porque primero: Steve no podía aprovecharse del castañito en tal estado y segundo: ¿qué iba a pasar cuando Bucky despertase?, -Aunque Steve quería correr ese riesgo pero temía a la reacción de él-.

De forma inconsciente traza líneas imaginarias que forman los lunares de este en su espalda, su piel es tan tersa y suave entre sus dedos que el primogénito de los Rogers cree que no es real lo que el tacto de sus dedos siente, Bucky se remueve en su toque. No es incomodidad lo que Steve logra descifrar de este, sino es mas apego al contacto reciente.

—¡Steve!.— La puerta es abierta abruptamente por su hermana menor dejando escuchar su voz casi chillona, el rubio que tan concentrado estaba en la constelación de lunares del mocoso pega un leve brinco por reflejo alejándose de este en cuestión de segundos.— Oh, picaron ya vi lo que estabas haciendo...— Steve no hace más que mirar mal a la pequeña Rogers, esta sólo resopla y decide hablar por el motivo del cual interrumpió tal momento.— ¿Tienes tu laptop aquí?, La mía no funciona...— Se encoge de hombros, Steve sabe la razón por la que la laptop que compró Sharon a principios del año no funciona. La razón es muy simple, ella era muy descuidada con sus objetos personales, un par de caídas al suelo "accidentales", derramadas de jugó y un "Uy, no me di cuenta que estaba eso allí.". Y ni hablar de que les había pasado a sus antiguos teléfonos y demás aparatos electrodomésticos.

—¡Claro!, deja que vaya por ella, está en mi maleta.— Steve se levanta de la cama, Sharon espera paciente en la puerta.— Puedo preguntar, ¿por qué no se la pediste a Sam?.

—¿Sabes de las tradiciones, no?.— Habla obvia la rubia.— No puedo ver a Sam hasta la ceremonia.

—Creí que era que el novio no podía ver el vestido de la novia...— Habla seguro de sus palabras el mayor.

—Bueno, esta es mi tradición.

—¿Y cuántas veces te has casado para que esa sea una tradición?.— Steve quiere reír por el comentario incoherente de su hermana menor, pero solo se limita a sonreír ya que teme despertar al menor, o quizás este no lo haga pero de igual manera no lo hace.— Aquí tienes...— Le extiende la laptop.— ¿Puedo saber qué harás con ella?.

—¿Temes qué revise tu historial y vea tu porno?.

—No, solo quiero estar seguro si deberé comprarme otra por si la rompes, ya sabes, tú y tus torpes dedos que todo lo que tocan rompen.— Steve no se deja amedrentar por el comentario burlón de la chica y ella solo frunce su ceño ofendida.

—Idiota...— Murmura marchándose de la habitación cerrando la puerta fuertemente tras ella. Steve voltea su mirada rápido para saber si el ruido no despertó al castaño, falsa alarma este sigue durmiendo.

Camina al lugar donde antes estaba y se sienta en el cómodo colchón, su trasero siente un incómodo objeto. De inmediato y sin percatarse las cortinas se abren de repente dejando ver el inmenso y caluroso sol de la mañana.

Steve tiembla y el menor empieza a removerse entre las mantas hasta que abre sus ojos grises de forma brusca y mira a su alrededor confuso. Mira a Steve y se enfoca en este únicamente, con una sonrisa tímida Bucky rompe con el contacto de sus miradas y mira que a su alrededor todo es tranquilo hasta que mira su cuerpo entre las cobijas blancas. Su pecho blanco lleno de lunares se dejaba ver desnudo, ¿cuándo se quitó su camisa?. La pregunta ronda por su mente de forma alarmante, de pronto una idea o, más bien, un escenario surge en su mente, y... ¿si Steve y él?. No, claro que no, eso no podía ser posible, claro que no. Empieza a entrar en pánico y su respiración se torna errática y torpe.

Steve se da cuenta de esto sucede y toma a Bucky por los hombros zarandeándolo para que este salga de su trance, nombrándolo varias veces cada vez más preocupado porque su castaño no volvía en si.— Buck... Buck, escúchame, se lo que estás pensando y no lo hicimos.— Steve habla tranquilo y esas palabras son suficientes para que el menor vuelva en si, ahora no sabe si sentirse tranquilo o decepcionado, quizás las dos; pero aún así se define como un tonto por haber hecho lo que hizo y se lamenta en cuanto Steve le contó todos los estragos de la noche anterior. Por ejemplo de cómo Sam y él hicieron el ridículo y fueron a parar al hospital. ¡Dios!, él solo esperaba que nadie de aquel bar haya grabado ese momento para publicarlo en las redes sociales, que vergonzoso. Cuando su estómago ruge hambriento las mejillas de Bucky se tiñen en un rosa tierno. Steve detiene su monólogo para ofrecerle el desayuno a su castaño.

[•••]

En su propia habitación, Sharon termina de enviar unos correos del trabajo. Sí, incluso en su día más importante, el día de su boda, su trabajo no acababa aún. Cuando cerraba las pestañas de sitios web que uso, -Que se limitaba más que a su g-mail y otros sitios web como sus cuentas y demás documentos-, su curiosidad le gana y decide abrir el historial de navegación de su hermano mayor. Quiere sacar captura de las cochinadas que hacia este para vengarse y mostrarle a Bucky. Su ceño se frunce en cuanto ve cierta página y ademas ve también una transferencia de dinero para esta.

Sharon no vacila más y da click al enlace, inmediatamente sus ojos se ensanchan y cae en cuenta de la realidad.

En Alquiler - [stucky]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora