Capítulo 11: Persecución

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Hola gente, volví

Esta es el penúltimo capítulo, así que pronto terminara esta historia

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Al atardecer 

Ran seguía cuidando a Sonoko, y claro Sonoko burlándose de Ran por creer que solo Shinichi era capaz de encontrarla.

Mientras que Conan entraba al cuarto de Kusaha revisando sus cosas, el hombre harto lo tiró de su habitación como normalmente lo hacía Kogoro.

Los helicópteros encontraron el cadáver del presidente de la corporación, todo pasaba tan rápido que era difícil encontrar una pista.

—¡Ah! Nuestras vacaciones están arruinadas. —comentó aburrido Genta.

—¿Cómo puedes decir eso Genta? ¡Esto es un caso serio! —le reprochó de forma sutil Ayumi.

—Si, pero, ¿Porque hay gente que hace algo así? —preguntó Mitsuhiko, con un leve sentimiento de que la humanidad estaba mal.

—Estaría muy bien si todos pudiéramos ser felices. —dijo Ayumi, el deseo imposible del mundo entero.

—Es imposible. —comentó Haibara tranquila atrayendo la atención de los niños sentados en una banca, mientras ella solo admiraba el atardecer. —La humanidad tiene sentimientos, tú no puedes ver la mente de otros... y la gente cambia. Si solo hubiera amistad y amor, estaría bien pero es por una razón especial en que este sentimiento se convierte en venganza u odio, entonces aparecen las ganas de matar. —explicó volteando a verlos.

—¡Mis padres siempre están discutiendo! ¡Pero igual se llevan bien! —exclamó Genta, aún más confundido.

—Eso es porque ellos se tienen un mutuo respeto y amor, y se quieren el uno al otro. —explicó el Profesor Agasa con una sonrisa, los niños se interesaban más de ese tema. —Ai-kun tiene razón, a veces es por un tema de menor importancia, la gente hace daño a otros y sufren, para prevenir eso, tenemos que pensar en el cuidado de los otros. 

—El cuidado de los otros. —murmuró Ayumi, repitiendo las palabras.

—¡Profesor Agasa! Tengo que hablar contigo. —llamó Conan corriendo cerca de todos, con una mirada y voz seria.

En la central de policía se descubrió que el accidente de hace un mes fue provocado... volviéndose un asesinato en toda regla.

Mientras en el barco Kogoro se arreglaba antes para la fiesta de inauguración, poniéndose los gemelos de Conan.

—Tío, ¿qué haces aquí? —preguntó confundido el pequeño detective.

—¡¿Qué haces?! ¡La fiesta empezará pronto! —se quejó.

—Mouri-san, el Inspector Megure le quiere ver. —habló Takagi entrando a la habitación.

—¿El Inspector? ¡Oh! Bien. —exclamó Kogoro, saliendo de la habitación.

—¡Yo también voy! —afirmó animado Conan.

—Tú te quedas aquí y te arreglas. —gruñó Kogoro, tomándolo de la ropa y tirándolo de vuelta a la habitación.

Eso molestó bastante al detective rejuvenecido pero una sonrisa empezó a formarse en su rostro al acordarse que tiene otra salida, debido a la "codicia" del detective durmiente.

Estrategias sobre las profundidadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora