Capítulo 4: Un regalo para Ran

263 24 11
                                    

En el barco
Comedor

-Ahora hagamos un brindis. -comentó Kogoro alegre, al escucharlo todos levantaron sus copas.

-Déjeme hacerlo, tío. -la interrumpió Sonoko emocionada.

-Uh. -soltó inconforme Kogoro, aún así dejándola.

-Por este maravilloso crucero y... felicidades a Ran porque ganó el campeonato del este de Japón. -anunció feliz.

-¿Eh? -dijo Ran sorprendida.

-¡¿Eh?! -soltaron los niños confundidos.

-Ah. -dijo esta vez el Profesor al acordarse de eso.

Shiho solo miró de reojo a su novio viendo esa sonrisa mezclada entre alegre y orgullosa.

-¡Salud! -dijo alto y claro Sonoko.

-¡Salud! -le siguieron los demás.

-¡Oye! -susurró Ai mirándolo con los ojos entre cerrados en dirección a Conan, sin escuchar cómo Ran empezaba a reprochar a su amiga y como los niños empezaban a alabarla.

-¿Si? -preguntó de forma inocente Conan.

-Tu si la...

-Hey, ¿qué te regalo Kudo-kun? -preguntó de forma pícara, Sonoko.

-¿Shinichi? -le devolvió la pregunta, Ran. -Cuando hablé de esto por teléfono, me dijo: "¿De verdad? Que bien".

-¿Ah? ¿Eso es todo lo que dijo Kudo-kun? -preguntó extrañada.

-Pero él está muy atareado con sus casos, ese fanático por los detectives. -comentó Ran ligeramente molesta.

-Lo sabía. -murmuró Ai con un suspiro de resignación.

-¿Qué? -preguntó confundido Shinichi. -La felicité muchas veces como Conan. -le dijo el de lentes sin darse cuenta de lo estúpida que era su excusa.

La había felicitado tan normal debido a que toda su euforia fue a parar cuando se enteró en su forma de niño, así que sin querer la había felicitado como si realmente no le importara, a fin de cuentas eran amigos, Shinichi empezaba a verla más y más como una hermana, claro que no habían mencionado nada de la última vez que se encontraron cara a cara.

-Eres un idiota. -habló Ai con la voz monótona.

-----

-¡Ah! ¡Estoy llena! -exclamó satisfecha Sonoko, una vez terminó de comer.
-El filete estaba muy bueno. -comentó Ayumi extasiada.

-Ya me gustaría comer un filete tan bueno cada día. -le siguió Mitsuhiko.

-¿Qué habrá de postre? -se preguntó el golozo de Genta.

-¿Está bien? -preguntó el Profesor al ver Kusaha comportarse extraño, llevando sus manos a la cabeza.

-Es que estoy un poco mareado -comentó incómodo Kusaha.

-¡Ah! Yo también tengo la sensación de estar mareado. -lo interrumpió Kogoro alegre con una copa de vino en medio acabar.

-¡Papá! ¡Estás bebiendo demasiado! -lo regaño Ran.

-Te comportas como una madre. -le respondió divertido Kogoro.

-¡Ho! Eres verdaderamente... -murmuró avergonzada.

-Un padre interesante. -comentó curiosa y divertida Minako.

-No, es un papá borracho. -le respondió con las mejillas rosas.

-Perdóneme, pero creo que voy a descansar a mi habitación. -informó Kusaha.

-¿Seguro que está bien? -preguntó preocupado el Profesor.

-Si, tengo algunas medicinas en mi habitación. -le respondió con el ceño fruncido, aunque mantenía una sonrisa el guionista.

-Ve con cuidado. -le dijo Kogoro aún borracho.

Así como fue Kusaha salió del comedor para entrar furtivamente al "Royal Suite", número 604.

-¡Espera, papá! ¿Seguro que estás bien? -preguntó Ran, preocupada viendo como su padre es llevado por el Profesor al estar tan borracho que no podía estar de pie.

-Ehe, soy Kogoro Mouri, estoy bien. -afirmó haciendo un saludo militar con el rostro completamente rojo. Bajo la mirada insegura de los demás.

-No pasa nada, Ran-neechan. -exclamó Conan con una gran sonrisa. -Ahora lo que necesitamos es enviarlo a la cama y que se duerma.

-Lo siento. -se disculpó Ran, con esa sonrisa que la caracterizaba aunque frunció el ceño. -Conan-kun, por favor lleva a mi papá por mi. -le pidió.

-¡Vale! -le confirmó con una sonrisa.

-Profesor Agasa, perdón por tenerlo que llevar. -se volvió disculpar Ran.

-No pasa nada. -le respondió este.

-No pasa nada, no pasa nada. -repitió Kogoro.

La karateca soltó un suspiró desganada antes de marcharse.

-Buenas noches, Ran. -se despidió el borracho de Kogoro.

-Adiós. -se despidió el de lentes guiñandole el ojo a la científica, mientras que esta solo rodó los ojos, antes de seguir a las demás chicas.

Sin más camino adelante hasta llegar a su habitación y abrir la puerta, por fin el Profesor Agasa dejará a Kogoro dormir.

-Nosotros ahora venimos. -dijo Mitsuhiko al ver que los dos hombres ya habían entrado a la habitación.

-"Entonces, Conan-kun~ por favor lleva a mi padre por mi~" -comentaron en unísono ambos niños, burlándose obviamente del detective.

-¡Ho! -soltó con molestia, simplemente no entendía por qué lo molestaban con esas cosas.

-----

Haibara Ai se encontraba saliendo del cuarto de baño, al olvidar la toalla que utilizará, vestía una camisa que le llegaba hasta los muslos de "Big Osaka".

-Ara.

-Perdónanos por disturbar. -habló Mitsuhiko al verla acercarse a ellos.

-¿Qué están haciendo aquí? -preguntó curiosa Haibara.

-Estamos pensando qué regalo hacerle a Ran para felicitarla. -habló Mitsuhiko con una sonrisa, viendo a Ai al lado de él.

-¿Esto qué es? -preguntó curiosa mirando varios caracoles de varios tamaños y colores regados en la mesa.

-¿A que son bonitas? Las encontramos esta mañana en la isla. -le volvió a contestar Mitsuhiko.

-Estamos pensando hacerle una medalla de oro de regalo con esto. -le dijo animado Genta.

-Ella no ha recibido nada de Shinichi, está un poco triste. -comentó Ayumi.

-¡Oh! -soltó sorprendida por la buena acción de los niños, mostrando una sonrisa. -Al menos ellos sí tienen sentido común. -pensó divertida. -Bueno, suerte. Yo me voy a duchar. -comentó tomando una toalla.

-¿Te vas a bañar? -preguntó Mitsuhiko impresionado con las mejillas rojas.

-¿Qué? ¿Quieres ducharte conmigo? -preguntó la oji-verde aburrida.

Seguramente si Shinichi la oyera hablar tendrían una larga charla sobre moral y ofrecerle cosas a otros chicos que no sea él, en conclusión estaría muy enojado.

-¿Ah? No, no. -respondió el de pecas subiéndose los colores con esa propuesta, mientras atrás se les veía a sus amigos bastante confundidos.

Con una risa divertida entró al baño, simplemente le encantaba avergonzar e incomodar a los demás.

Mientras que en la "Royal Suite" de la habitación 604, se encontraba el presidente Yashiro y su hija escuchando el horario que tendrán mañana, sin darse cuenta que eran escuchados a escondidas, por ese guionista.

Estrategias sobre las profundidadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora