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– ¡Monty! -Se pronunció la gallina que entraba a la habitación del caimán, cargando una bandeja de pastelitos recién horneados que ella había hecho.- Mira lo que hice.

– Huele delicioso, ¿Pizza, quizás? -Al ver que la gallina negaba con su cabeza, el lagarto se encogió de hombros.- ¿Entonces? No soy adivino.

– ¡Hice pastelitos! Para ti. -Canturreó, acercándose a paso lento hacia el caimán que estaba de pie frente a la mesa con el espejo gigante.- ¡Pero! Para conseguir uno debes hacer lo de siempre.

– ¿Es en serio? -El caimán suspiró irritado.- Querida cupcake, dame un pastelito, ¿Por favor?

– Aún me sigue dando tanta ternura cuando me dices así. -Rió por lo bajo, un tanto ruborizada, agarrando uno de los pastelitos para luego acercarlo al caimán mientras dejaba la bandeja sobre la mesa.- ¿Y que tal un besito?

– Estás probando tu suerte, cupcake. -Rió, rodeando a la gallina con sus brazos mientras comenzaba a depositar besos por toda su cara, la gallina solo reía ante tales actos tan dulces por su parte, pero eso se detuvo en segundos pues el caimán ya había robado el dulce de entre las manos de su novia.- Ajá, te descuidaste.

– ¡No es justo! Usaste mis debilidades en mi contra. -Quejó, llevando sus manos a su pecho haciendo toda esa escena más dramática de lo que debería.- Siento que nunca me recuperaré de esto...

– No te preocupes, yo soy la cura. -Dijo, una vez había terminado de comer aquel postre.-

El caimán se dispuso rápidamente a atrapar a la gallina entre sus brazos nuevamente para después levantarla del suelo y llevarla al sofá dónde ambos se acostaron, uno encima del otro (muy claramente Monty estando encima de Chica) mientras daba besos y lamidas en las mejillas de la chica, provocando risas dulces por su parte.

– ¡Me haces cosquillas! -Dijo entre risas, agarrando por las mejillas al caimán para que detuviera ese ataque de cariño que le estaba dando.- Oye, te amo. -Fue lo único que dijo una vez las risas cesaron, la gallina se veía en la obligación de decirle esas dulces palabras cada que pudiese, era algo que debía hacer para recordarle lo mucho que lo quería, y así siempre iba a ser.

– Sabes que no voy a decirlo. -Dijo sabiendo que la gallina estaba esperando una respuesta dulce de su parte, pero ver su cara de desilusión le rompía el corazón.- Bien... Yo también te amo.

– Voy a tener eso grabado en mis memorias por el resto de mi vida. -Mofó, tratando de contener la risa que se creaba en su interior al ver la cara de enojo del caimán.-

– Le cuentas a alguien sobre esto y te mataré a besos.

– Mmm... No suena como un destino tan malo. -Canturreó, pasando sus brazos por el cuello del caimán que bufaba ante su respuesta.-

– Cualquier cosa se te hace tierno, incluso una amenaza. -El caimán no pudo evitar reír por lo bajo, le gustaba mucho lo positiva que solía ser, aunque a veces era demasiado.

– Yo creo que esa es la mejor parte, le saco el lado bueno a todo, incluso a ti. -Acomodó unos cabellos rojizos que estaban desordenados a comparación del resto de la cabellera del caimán.

✨𝐒𝐮𝐧𝐬𝐡𝐢𝐧𝐞 ✨【𝐺𝑙𝑖𝑡𝑡𝑒𝑟𝑔𝑜𝑙𝑓 𝐹𝑎𝑛𝑓𝑖𝑐】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora