LOVING YOU IN SILENCE | CHOI BEOMGYU •

seis.

Beomgyu

Bajé la ventana del auto y apoyé mi brazo en el marco, haciendo que mi codo sobresaliera fuera de este. Observé la casa de Soobin con el ceño fruncido, la luz de la sala era la única que estaba encendida, así que me pude hacer una idea de que él estaría hablando con sus padres.

Ahora mismo nos encontrábamos en el auto de Yeonjun, él había pasado por nosotros y solo faltaba Soobin. Hoy ya era la fiesta, la que tanto habían esperado ellos, y yo... Bueno, no podía mentir si una parte de mí decía que solo había venido por Lena, aunque ella ahora mismo no se encontrara en el auto, porque estaba con Hana y ambas llegarían allá.

—¿Por qué se demora tanto? —Inquieto, Yeonjun jugaba con sus dedos sobre el volante. —Tengo que guardar el auto antes de las ocho.

—Debe estar hablando con su mamá. —Kai se inclino, dejando la cabeza entre Yeonjun y yo. —Haz sonar la bocina.

Desde atrás Kai estiró su brazo dispuesto a hacerla sonar, pero Yeonjun le dio un manotazo y volteó a mirarlo con el rostro enojado. Taehyun soltó una carcajada.

—¿Estás loco? —Levantó la voz. —Sí llegas a tocar eso su papá saldrá.

—¿Y qué? —Kai se tocó el brazo, mirándolo con resentimiento.

—Ya sabes cómo es el papá de Soobin. —Dije volviendo a mirar hacia la casa.

—Es muy malhumorado, solo acuérdate la última vez que vinimos a recogerlo en la noche. —Yeonjun volvió a sentarse normal y resopló.

Era verdad, el papá de Soobin me daba bastante miedo, aparte de que era un señor alto y corpulento, tenía un carácter que nos hacía pensar dos veces nuestro comportamiento y nuestras palabras sí él se encontraba en la casa cuando nosotros íbamos. Asimismo, no lo había vuelto a ver desde una vez que vinimos a recoger a Soobin para ir a una fiesta. Ese día se demoró tanto en salir que Yeonjun decidió afanarlo tocando la bocina un par de veces, y fue un gran error, porque a los dos minutos teníamos al señor Choi afuera del auto, mientras nos decía lo irrespetuoso e insolente que era hacer ese tipo de cosas al frente de casas ajenas. Y claro, nos tuvimos que disculpar más de diez veces para que dejara ir a Soobin.

—Lo voy a llamar. —Saque mi celular del bolsillo, pero en ese momento vi de reojo como la puerta se abría.

Soobin venía con las manos dentro de los bolsillos de su pantalón, caminando rápido hacia nosotros. Pude ver en su cara un rastro de molestia y enojo.

—¿Qué tanto hacías? —Yeonjun le preguntó cuándo entró.

—Papá no me quería dejar ir. —Masculló. —Solo arranca antes de que él salga.

Yeonjun no dijo nada más, ni siquiera lo dudo, solo se giró y arrancó el auto en un segundo.

—¿Estás bien? —Escuché que Taehyun le preguntó.

—Sí, no te preocupes. —Respondió con un gemido cansado. —Espero que esta fiesta valga la pena.

—Será así.

—O si no, ya saben que podemos ir a mi casa. —Mencioné.

Habíamos quedado en que sí la fiesta no estaba lo suficientemente buena para quedarnos, nos iríamos a mi casa, pues mi mamá trabajaba los fines de semana y mi casa estaba sola.

—La pasaremos bien. —Yeonjun miró por el retrovisor a Soobin, dándole una sonrisa de ánimo.

Eso esperaba.

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La fuerte música resonó en todo el lugar apenas entramos. Después de dejar el auto en la casa de el primo de Yeonjun y después de caminar unas calles, por fin habíamos llegado. Ahora estábamos en la enorme casa de Kwan, un chico de nuestro año que era bastante popular. No tenía recuerdos con él, ni siquiera de haber conversado, simplemente me solía sonreír ebrio cada vez que nos encontrábamos en las fiestas.