veinte.

356 21 22
                                    

Beomgyu

Los primeros días de noviembre comenzaron y ya podía sentir el estrés de los exámenes finales que se realizaban los últimos días del mes. La ansiedad me estaba consumiendo, y por falta de sueño se estaban empezando a notar las ojeras debajo de mis ojos.

Si me miraba ahora mismo en un espejo podría decir que había cambiado bastante en solo un mes y medio. Mi cabello ahora estaba más corto y por un lado me sentía decepcionado porque ya no podía jugar con las puntas de este. Sin embargo, aún podía sentir como alcanzaban a rozar mi cuello. Tampoco tenía los mechones plateados, porque habían desaparecido rápidamente, y el último rastro de ellos se fue cuando corte mi cabello.

Todo estaría normal, si no hubiera sido por el arrebató de querer verme con el cabello un poco más corto.

Dure casi una semana arrepintiéndome por hacerlo.

También mi rostro estaba más delgado por la falta de apetito que había tenido las últimas semanas. No me gustaba verme así, pero el estrés era algo que no podía manejar.

—¡Aish!

Yeonjun le pegó fuertemente con la punta del pie al balón con el que estábamos jugando, causando que cayera muy lejos de donde estábamos.

—¡Odio matemáticas! —Volvió a gritar. —¡Lo odio tanto! No entiendo nada... Números, números y más números inservibles.

—No son tan inservibles. —Soobin le reprochó.

—¿De que me servirían si quiero cantar? —Se quejó entre dientes. —O si quiero bailar, o si quiero simplemente ser modelo. —Abrió sus brazos en dirección al cielo y soltó un quejido. —¡¿Para que me servirían las ecuaciones?!

—Yeonjun...

—Choi Yeonjun.

El profesor de deportes llegó a nuestro lado y cruzó los brazos a la altura de su pecho.

Yeonjun se dio cuenta del show que estaba haciendo y se puso rígido en solo un segundo, mostrando un puchero inconscientemente.

—Lo siento.

—Lo vi tirar un balón, ¿Por qué no ha ido por el?

—Ahora mismo voy. —Empezó a caminar pero el profesor lo detuvo. —¿Uh?

—Quiero que sepa que entiendo su molestia con las matemáticas... Pero ahora estamos en mi clase. —Sonrió amigablemente y le dio una palmada en la espalda. —Disfrute de la clase, porque es la única en la que se puede relajar.

Lo que dijo nos cayó como un balde de agua fría a todos, y en vez de animarnos simplemente nos dejó más ansiosos de lo que ya estábamos.

Yeonjun camino con pereza hasta donde había caído el balón, que era casi hasta la entrada del coliseo. E incluso cuando él estuvo un poco lejos, pude jurar que estaba murmurando mientras se quejaba.

—¿Qué vamos a hacer? —Soobin se recostó en el hombro de Kai. —Tenemos tantos trabajos.

—Tu siempre pasas todo. —Dije tratando de sonreír. —Yo aún no he terminado el que tenemos para el viernes.

—No puede ser. —Kai fingió llorar. —¡Odio esto!

Pase las manos por mi cabello y empecé a escuchar como los dos se quejaban. Comenzaron a hablar de tantas cosas que la cabeza me dolió y el estómago me rugió porque hasta el momento no había desayunado. Tuve que pedirles un momento y en un intento para distraerme quise caminar hasta donde estaba Yeonjun, que ahora hablaba con alguien más.

Y sin ni siquiera llegar a la mitad del camino, tuve que detenerme cuando vi algo más que capto mi atención al instante. 

Ahí estaba la otra razón que me comía la cabeza últimamente, aparte de los exámenes.

LOVING YOU IN SILENCE | CHOI BEOMGYU •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora