veintidós.

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Lena

Los dedos de Beomgyu recorrieron lentamente mi cintura, antes de envolverme en un abrazo para atraerme hacia él. Tenia su cara enterrada en mi espalda y estaba dejando besos sobre esta, mientras de vez en cuando escuchaba que soltaba pequeñas risitas cuando yo fallaba en el intento de voltearme, porque mantenía el agarre bastante fuerte sobre mi.

—Quédate así. 

Su aliento me hizo estremecer y él tomo esa oportunidad para esta vez dejar un beso en mi nuca.

—Déjame verte. —Proteste. —Quiero abrazarte.

—Y yo quiero consentirte. —Murmuro con sutileza. 

Volví a moverme pero su cuerpo era mucho más grande, por lo que no le costo mucho mantenerme quieta. Me lograba hacer sentir mucho mas pequeña de lo que ya era.

—Por favor.

—Estas bien así, relájate.

—Beomgyu.

—No.

Me reí cuando lo escuche hacer como un niño pequeño, causando que él se riera también, rompiendo su tonto papel.

—Bien.

Con un simple movimiento me giro y ambos quedamos frente a frente. Me sonrió lo mas grande que pudo y se acerco para dejar un beso en mi nariz. Pase mis manos por su torso desnudo y lo abrace, él hizo lo mismo conmigo.

—¿Puedes quedarte? —Susurró en medio de mi cabello. —Sí quieres puedes ponerte una de mis sudaderas. 

—No le avise a mis padres. —Beomgyu soltó un largo suspiro y dejo caer su mentón en mi hombro. —En menos de nada empezaran a llamarme.

—Diles que estas con Hana.

Me separe un poco para mirarlo, él parecía estar apunto de caer dormido, pero aun así no cambiaba la expresión de suplica en su rostro. 

—¿Y que pasa sí la llaman?

—No la van a llamar. —Volvió a abrazarme. —Quédate conmigo, mañana te llevare temprano a tu casa, lo prometo. 

—Beomgyu...

Me interrumpió con un gran gemido de suplica, se estaba haciendo el que lloraba y tuve que apretar mis labios para no dejar escapar una risa. 

—Quédate.

Su voz hizo que mi corazón se encogiera, causando que retomara su idea seriamente. 

—Me quedare un rato mas, ¿Sí? —Él asintió frenéticamente. —Pero no puedo quedarme toda la noche.

—Bien.

De reojo observe el reloj que colgaba en su pared, ya eran las nueve de la noche. No tendría problema si llegaba un poco tarde a casa, siempre y cuando llegara.

Había pasado todo el día con Beomgyu. Primero habíamos ido a jugar bolos, después de eso comimos algo y finalmente llegamos a su casa para ver una película, que quedó casi a la mitad, porque sin saber como, habíamos terminado en su cama cubiertos únicamente por una manta y el calor del otro. 

Lo que había pasado hace un momento era algo que se estaba volviendo común entre nosotros, de alguna manera terminábamos de esta forma y no me molestaba, de hecho me gustaba. Sin embargo, existía el temor de que se volviera costumbre, porque definitivamente no quería que sucediera eso.

—¿Tienes hambre? ¿Quieres algo? —Beomgyu pregunto con su voz totalmente dormida. 

—Estoy bien. —Pase mi mano por su cabello y lo acaricie durante unos segundos. —¿Tu quieres algo? 

LOVING YOU IN SILENCE | CHOI BEOMGYU •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora