Final.

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Lena

Agarre las puntas de mi abrigo con ambas manos y lo acerque a mi para entrar en calor cuando el viento de la noche llego hasta a mi. Fruncí los labios observando como la gente pasaba de un lugar a otro. Mujeres y sus hijos, hombres sonrientes y familias compartiendo un sábado en la noche. 

Un gran reloj que estaba en la mitad de la calle marco las ocho en punto y moví mis piernas tratando de cubrir la piel expuesta, no estaba siendo exagerada cuando decía que el frio me estaba empezando a calar los huesos. Había sido una muy mala idea decirle a Beomgyu que no me recogiera en mi casa.

El viento volvió a soplar fuertemente y tuve que apretar mi abrigo para que no se moviera bruscamente, sin embargo mi cabello se desordeno al instante, haciéndome maldecir en voz baja. Arregle mi cabello cuando el viento se calmo y suspire mirando hacia al frente, cosa que me hizo quedar atónita porque una larga figura se estaba acercando a mi.

—Lena. —Beomgyu se detuvo al frente mío, parpadeando un par de veces con la respiración agitada. —¿Esperaste mucho? Perdóname. 

—Llegue hace diez minutos, no te preocupes. —Dije con una media sonrisa, aun tratando de arreglar por completo mi cabello. 

—Déjame. —Beomgyu se quito rápidamente el delicado saco negro que llevaba puesto y me lo puso en los hombros, encima de mi abrigo. —Esta helando. 

Mis ojos bajaron hasta su cuerpo cuando caí en cuenta que Beomgyu llevaba puesto un traje negro, que le quedaba perfectamente a su cuerpo. De repente su espalda se noto más ancha en la camisa blanca que tenía y la corbata sobresalía bastante entre su pecho. Beomgyu había crecido y a veces no lo notaba por completo. Además, estaba increíblemente atractivo vestido así, más de lo que ya era. 

—¿Qué pasa? —Me pregunto nervioso cuando se dio cuenta que no me había movido. 

—Te ves muy bien. 

Beomgyu apretó los labios intentando no sonreír y me tomo de la mano desprevenidamente. 

—¿Si? 

—Si. 

—Pues tu te ves mejor. —Sus ojos recorrieron todo mi cuerpo lentamente y esta vez dejo ver su amplia sonrisa. —No puedes decirme eso cuando estas así de hermosa.

—No mientas. 

—No miento. —Me soltó con delicadeza y llevo sus manos hasta mi cara, colocando sus pulgares en mis mejillas. —Eres tan hermosa.

Beomgyu acerco su rostro al mío y dejo un pequeño beso en mis labios, antes de volver a tomar mi mano para que empezáramos a caminar. 

—¿Viniste caminando? 

—No, en el auto. —Me señalo algo a lo lejos. —Tuve que dejarlo unas calles abajo, por eso llegue casi corriendo. Tengo un poco de pena porque te deje esperando. 

—No importa, Gyu. —Le sonreí. 

—Estas helada, debí recogerte en la casa.

Resoplo molestando y caminamos un poco hasta que llegamos al auto. Beomgyu abrió la puerta del copiloto para que yo entrara y después él rodeo el auto para entrar. Sentí por completo la colonia de Beomgyu, fuerte y de menta, la misma que ha usado desde el colegio. Era extraño porque su olor me hacia recordar a ese tiempo, pero no me molestaba, de hecho la nostalgia me invadía con fuerza.

El camino fue bastante cómodo y cálido, no hablamos mucho porque él no quiso decirme a donde iríamos, según él era una noche completamente secreta para mi. Sin embargo, disfrute el camino porque Beomgyu no dejo de cantar las canciones que se reproducían desde su playlist, curiosamente todas ellas eran tranquilas y de tono suave, como le gustaban a él. También disfrute del calor de una manta que guardaba en la parte de atrás, y que me había puesto sobre las piernas.

LOVING YOU IN SILENCE | CHOI BEOMGYU •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora