trece.

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Lena

—¿Ya saben que le harán a Yeonjun? —Hana se recostó en la silla apenas finalizó la clase.

—Aún no se deciden. —Imite su acción para después soltar un gran suspiro. —Taehyun y Kai lo quieren llevar a cine, en cambio Soobin y Beomgyu quieren llevarlo a un parque de diversiones.

Hana se quedó mirando al techo por unos segundos y después se echó a reír.

—Apuesto a qué no van a hacer ninguna de las dos cosas.

—También lo creo.

En una semana era el cumpleaños de Yeonjun y aún nadie se decidía para hacerle algo. Siendo sincera, me causaba gracia porque ellos siempre se peleaban para que se hicieran las cosas que cada uno quería, incluso si al final nunca se cumplía nada de lo que decían. Lo bueno es que Yeonjun era muy tranquilo para sus cumpleaños, él siempre era agradecido con las cosas que hacíamos, así fuera lo más mínimo, por eso estaba completamente segura de que él sería feliz incluso sí solo comíamos en la casa de Soobin. 

—Tengo hambre. —Hana apoyo su codo en mi hombro. —¿Vamos a la cafetería? Por favor. —Me reí al ver su rostro con suplica y simplemente asentí.

El día se estaba pasando rápido y eso era un alivio. Después del pequeño receso solo faltaba una clase y ya nos podríamos ir a la casa. Quería que pasara más rápido porque necesitaba descansar.

Apenas entramos a la cafetería Hana fue a hacer la fila, en cambio yo caminé hacía una mesa vacía. Mis ojos se posaron en mi hermano, que estaba en una mesa de al fondo junto a los demás, algo que era extraño porque no era muy común que estuviera en el receso con nosotros, ya que sus horarios eran diferentes. No supe si caminar hasta ellos así que solo me quedé de pie en dónde estaba. Hasta que Beomgyu cruzó su mirada con la mía. Él se levantó rápidamente de la silla, no sin antes decirle algo a ellos que obviamente no logré escuchar. Se dirigió muy rápido hacia la salida y evite sonreír cuando me hizo una sigilosa seña con las manos, una que ya conocía muy bien.

Espere cinco minutos, y como ni mi hermano ni los chicos me habían visto me acerque a Hana y le dije que iba a ir al baño, ella asintió desinteresada y yo aproveché eso para irme en pasos largos. Cuando ya estuve en el pasillo me dirigí hasta la salida del edificio y pude sentir como el frío me calo los huesos apenas crucé la puerta. Miré a ambos lados y sin verme tan extraña simplemente camine hasta doblar la esquina del edificio, para llegar a la parte de atrás de este, dónde se solían llevar los materiales de aseo después de utilizarlos.

Cuando llegue al pequeño espacio cubierto por un plástico transparente, mi sonrisa se ensanchó al ver a la persona que estaba recostada en la pared, con las manos en los bolsillos de su pantalón.

Beomgyu me volteó a mirar sobresaltado, pero su expresión se relajó apenas se dio cuenta que era yo y se incorporó, apretando los labios hacia un lado para formar una sonrisa. No me dejó decir nada cuando llegue a su lado, simplemente me tomo de los antebrazos para atraerme hacia él y envolverme en un abrazo.

—Por fin.

Susurró cuando lo abracé por el cuello. El fuerte olor a menta que desprendía su ropa y su piel hicieron que cerrara los ojos, causando que hundiera mi rostro aún más en su pecho.

—Eres un exagerado, no me demore nada. 

—¿No te puedo extrañar? 

Sentí que no podía sonreír más cuando me separé un poco de él para levantar mi cabeza y mirarlo, él también lo hizo y me resultó completamente tierna la manera en que los mechones de su cabello caían tapando sus ojos. Subí mis manos para acomodarlos y también para tomarme el tiempo de tocar sus mejillas.

LOVING YOU IN SILENCE | CHOI BEOMGYU •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora