VIII.

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Yaoyorozu despertó como todos los días; con la alarma de su despertador en el teléfono sonando a las 4:30 AM.
Había aprendido que para poder despertarse con energía y seguiré el ritmo a Bakugō, ella debía dormir 8 horas o más, por lo que dormir temprano era un requisito indispensable.

Se levanto para lavarse la cara, peinar un poco su salvaje cabello rubio, ponerse un pantalón deportivo Mike color azul profundo, un sweater gris de la misma marca y tomar una toalla pequeña, todo esto para salir de su habitación y tomar el ascensor.

Durante su recorrido hasta ahí, ella comenzó a estirar la parte alta de su cuerpo y ya dentro comenzó a estirar la baja.
El cuerpo de Bakugō no era muy flexible que digamos y comparado con el de ella era fácil decir que él solo calentaba y no estiraba o practicaba con su flexibilidad.

Ni bien ella salió del elevador, escucho el sonido de una canción de tipo metal pesado venir desde la puerta del gimnasio, además de que las luces estaban prendidas y se escuchaba ruido de alguna de las máquinas que él director Nezu había accedido a prestarles para que los alumnos hagan ejercicio y se mantengan en forma.

—Buen día Bakugō-san –dijo amablemente Yaoyorozu acercándose a la caminadora eléctrica —¿Cómo descansaste? –hubo un tenso silencio seguido de un gruñido por parte de él.

Ella penso que había dormido algo mal o que se encontró con alguien de camino abajo, por lo que siguió con su rutina del día y no le presto atención al descortés gesto que le había dado.
Durante los primeros 20 minutos, la música estuvo muy alta por lo que a Momo poco a poco comenzaba a sentir un pequeño dolor en la cien derecha, avisando que un dolor de cabeza iba a avecinarse pronto.
Momo dejo la caminadora cuando termino y se acercó al reproductor de Bakugō decidida a bajarle un poco.

—¡¿Qué carajo estas haciendo?! –le gritó desde el otro lado de la habitación el chico mientras soltaba las pesas que tenía en sus manos haciendo que estas soltaran un ruido seco en el piso y espantando a Momo.

—Perdón Bakugō-san, es solo que esta un poco muy alto el volumen. Solo voy a bajarle un poco y-

—¡Bajarle y una mierda! ¡¿Quién te crees que eres?! –el chico se acercó rápidamente a ella quien con cierto miedo se alejó del reproductor —¡No puedes tocar mis putas cosas!

—¡Lo lamento Bakugō-san! pero en realidad comenzaba a dolerme la cabeza.

—¡Ese no es mi puñetero problema! –le gritó con más fuerza que antes —¡Sí no te gusta vete! ¡Nadie te tiene aquí conmigo!

—¿Qué? Pero Bakugō-san, tu siempre me haz dicho que debo de entrenar contigo ¿De que estas habla-?

—¡Con una mierda, no te hagas la moscamuerta Cola de Caballo! –Bakugō se acercó a Yaoyorozu haciendo que ella retrocediera —¡No me veas con cara de no entender porque se que lo sabes!

—¿Qué? ¡en realidad no entiendo de qué hablas Bakugō-san!

—¡Te escuche hablar con el estúpido mitad-mitad! –Momo alzó una ceja —¡se de lo que hablaron!

—¿De lo que hablamos?

—"¿De que hablamos?" ¡Sí estúpida! ¡Escuche todo! –arremedo él apuntando su dedo al pectoral derecho de ella —¿Qué mierda tienes que contarle a ese idiota lo que hacemos? ¿Quién carajo te crees?

—Pero Bakugō-san-

—¿Y que con esa muerda de que tu y yo somos amigos? –dijo con ironía —¡prefiero que me corten ambas manos y no tener posibilidad de ser héroe antes a tener algún tipo de relación contigo, estúpida! ¡solo eres la idiota que no pudo salvarme sin lastimarse a sí misma –algo dentro de Yaoyorozu se quebró e incluso Bakugō escucho el ruido de su frágil corazón romperse en mil.
Momo se sentía como una tonta, un cero a la izquierda desde que Bakugō comenzó a hablarle. ¿De verdad no sentía nada cuando pasó tanto tiempo con ella? ¿No sintió nada cuando ella puso su vida en peligro por él? ¿Ni cuando ella le contó parte de su privacidad? ¿No sintió nada cuando por "acidente" ella rozaba su mano o acariciaba su cabello cuando estaba dormido?

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