Era una fría mañana de otoño en las calles de Virginia.
Una joven rubia estaba corriendo por el enorme parque, las hojas de los enormes árboles ya tenían su color rojizo y el piso estaba pintado del mismo color por la hojas que cayeron de estos.
La chica rubia corrió como lo hacía todas las mañanas, era su forma de tranquilizarse antes de tener que entrar a trabajar.
Miro a sus lados antes de adentrarse en lo profundo del bosque, cuando miro que estaba en lo más profundo, camino hacia la derecha hasta que llegó a una vieja y descuidada lápida.
Una lápida que estaba en blanco, pero la rubia sabía a la perfección quienes estaban ahí. Se quedó mirando la lápida hasta que fue tiempo de irse a su casa y de ahí al trabajo.
Al llegar a las instalaciones fue directo a la sala de juntas dónde su jefe la estaban esperando.
Era un hombre alto, rondaba por los cincuenta años o más, estaba en forma, de pelo castaño, tes negra, la cual hacia resaltar sus fríos ojos azules.
- Buenos días Cooper
- Señor Brown - murmuro la rubia de manera fría.
Odiaba estar en su presencia, y no podía evitar ponerse tensa al mirarlo, pero durante los años que llevaba ahí sabia que lo mejor era mantener su semblante sin ninguna tipo de emoción.
- ¿Cómo va la investigación? - cuestiono.
- está marchando como lo esperaba, logre obtener todos los documentos cifrados, el jefe del equipo swat ya esta informado para acompañarnos al lugar - estos asintieron ante la respuesta de la rubia.
- excelente, sabía que no nos decepcionarías Cooper - dijo poniendo su mano sobre el hombro de esta.
Betty retuvo el impulso de romperle la mano, solo dio un paso atrás, para quitarse la mano de encima.
- cambiando de tema. Se que hoy es un día muy nostálgico para ti, Cooper
La rubia sintió como un escalofrío recorría su cuerpo, pestañeo varias veces para evitar que las lágrimas salieran.
- ¿Y por eso envío a un novato a seguirme? - cuestionó entre dientes apretando sus puños hasta ponerse blancos.
Brown miro a Betty sin importancia. Algo que le hubiera dado igual si fuera otro día, pero este día no.
- Jones no es ningún novato, y te recuerdo que es hijo de uno de los senadores más importantes de este país - dijo en un tono severo.
- si no fuera un novato, no me habría dado cuenta que me estaba siguiendo. Pero claro como es hijo de un senador le...
- cierra la boca Cooper - Esta se callo al escucharlo -. Al menos sabemos que Jones es alguien de confianza.
La rubia se puso roja de coraje al escucharlo, esto era una maldita mierda.
- ¿Aún creen que los voy a traicionar? - pregunto en un tono mordaz - Hice lo que me pidieron, lo hice, ¿Qué eso no es suficiente? - agrego sintiendo como la ira salía por cada uno de sus poros.
Brown la miro sonriente, una sonrisa que le provocaba náuseas a Betty.
- eso no es suficiente, existe la posibilidad de que algún día intentes traicionar nos - dijo este, a lo que la rubia soltó una amarga y deprimente risa.
- ¿Qué ganaría yo con eso? Si alguna vez existió esa posibilidad le aseguro que ahora está muerta, no tengo motivos por los cuales luchar contra ustedes, ya no me queda nada, solo este trabajo, no soy tan idiota como para creer que tengo la posibilidad de ganarles.