-13-

67 12 1
                                    

Seiya

¡Dios que llena de odio está está mujer!

En estoy dos largos años miles de veces me he preguntado por qué carajo Diamante me eligió a mi.

Podría haber elegido a Taiki que es el ejemplo de padre obsesivo y controlador o a Mich que le hubiera enseñado a ser una señorita hecha y derecha , no se a otro más calificado , alguien mejor que yo.

Por qué, aunque me cueste reconocer, Serena es mi pequeño Frankenstein.

Es como una extención de mi y no la parte linda si no la fea y rencorosa que no deseo conmigo.

Pero lo peor de toda esta mierda es que esa maldita parte no nos la quitaremos hasta que yo encuentre a la perra mayor y ella logré su venganza contra quién sea que la liberé de su carga.

¿Si nos sentiremos libres luego de ese desmadre?

No lo sé, pero hasta que no llegue ese puto instante los dos estaremos hundidos en esta porquería hasta el cuello.

Con ganas de salir de este espacio asfixiante camino por el pasillo hasta dar con pobre muchacho hundido en su improvisado escritorio.

Seiya- kelvin dile a la maniática de tu jefa que lo haré por mi cuenta...

El pobre infeliz maduras penas asiente para volver a su labor.
Ya asentada mi respuesta proceso a irme.

Siempre lo he dicho, es mejor trabajar solo.

Así pase lo que quedaba de la semana haciéndome pasar por un hombre soltero que necesitaba ganar un poco de dinero para irse al carajo a probar suerte en otro sitio.

Rápidamente pegue onda con los muchachos , a ellos les interesaba que trabajará duro y no me quejara como una nena.

Mí problema no era el trabajo si no las consecuencias, principalmente el olor, era un asco y la salubridad peor.

Sin embargo di rápido con lo que necesitaba , como dijo Yaten en su llamada , de la nada misteriosamente una agencia del gobierno habian comprado la parte más grande del puerto y a nadie que no estuviera autorizado dejaban pasar.

Así que entre que destripaba a los pescados observaba cada movimiento y detalle.

Un día antes del fin de semana pude ver en un auto blindado al desgraciado pelirrojo.
Por supuesto que iba super custodiado y armado hasta los dientes.

No había que ser un genio para saber que algo grande están armando dentro.
Al día entraban docenas de camiones con material de construcción y con aparatos de telecomunicación de alta gama.

Tomando muy a pecho las libertades que me dió Serena.
Me volví la sombra del cabrón averiguando hasta la hora que salía a fumar a una pequeña ventana del lado sur de la fortaleza.

Este no se nos escapa.


Seiya -¡TOMA!!

Chilló lanzando una memoria USB al mesón dónde la rubia tiene un lío bárbaro.

Seiya- Ahí tienes todo lo que pediste...

Enmarcando su ceja a los segundos se digna a dirigir su mirada hacia mi.

Serena- Bien...

Comenta con desdén.

¿¡Bien nada más!?

Seiya- ¿¡Solo eso!?

Consulto perdiendo la paciencia.
Quisiera envolverla con la ropa apestada y manchada a peces y tirarla al mar para atraer a los tiburones.

Contra EllaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora