𝐃𝐞𝐥𝐢𝐫𝐢𝐨 (drakey)

𝟶𝟷

Ken

6:42 pm

Solo dos minutos desde la última vez que comprobé mi reloj. Tres desde la vez anterior. Felicitándome a mí mismo, me froté mis ojos cansados. ¿Qué sería lo peor que ocurriría si llegaba tarde? ¿Me sancionarían mis alumnos?

Ah, pero con consecuencias o no, ocho años en el ejército me habían vuelto casi un neurótico ante la necesidad de ser puntual o de llegar pronto a todo. Anoche, apenas pude dormir, y cuando lo hice, soñé que llegaba tarde a todas y cada una de mis clases.

Hasta ahora, después de consumir tanto café como pude poner entre mis manos, había llegado a cada una de ellas con exactamente diez minutos de adelanto. No sé cómo lo había logrado, tres de mis clases estaban en una sala, dos estaban encima en la sala contigua, y eran unos doscientos pies desde mi oficina.

Este era, sin embargo, mi primer día en el trabajo. No sería negligente desde el principio.

Otra mirada al reloj.

6:45 pm

Para ahora, la clase anterior se habría ido de la clase, la mía estaría entrando y yo parecería un completo idiota sí no apareciera. Me paré, recogí mi maletín al lado de mi escritorio y salí. Me detuve a cerrar la puerta, y no pude evitar sonreír ante el cartel en la ventana.

Ken Ryuguji - Departamento de matemáticas.

Había algo genial en tener mi nombre en una puerta. Tal vez para nadie más, pero después de casi una década como un zángano uniformado y unos pocos años de miseria a través de mis títulos, había una cierta novedad en ello. Rodé mis ojos ante mis propios pensamientos, guardé las llaves y caminé hacia la clase.

Había sido un manojo de nervios durante mis dos primeras clases, pero ahora estaba tranquilo y fresco. Mis otras cuatro clases habían ido sin problemas, así que estaba seguro acerca de esta. Algebra 101. Tema fácil, con un plan de estudios fácil. Además, era una clase nocturna, varios de mis colegas de la comunidad educativa me habían dicho que el grupo de noche era más fácil de tratar. En lugar de niños recién graduados de la escuela, eran adultos que tenían que meter una clase en su horario de trabajo y en su vida familiar. Tendían a tomar las cosas más en serio.

Abrí la puerta del aula y eché un vistazo rápido y sonreí a los ocho o nueve estudiantes que ya habían llegado. Mientras yo preparaba las copias del plan de estudios y toda la basura que necesitaba repartir sobre la mesa de la parte delantera de la sala, más estudiantes llegaban.

Una mujer que estaba probablemente en la mitad de sus cuarentas vino hasta mí con un formulario de inscripción tardía. Apunté su nombre, tomé la copia del formulario y la deslicé dentro de mi cuaderno debajo de la lista de alumnos.

Escaneé la sala, contando cabezas. Veintiuno. Una mirada rápida a mi lisa demostró que tenía veintiocho, además probablemente fueran más con las inscripciones finales. No era mi clase más numerosa, pero si una pequeña multitud.

Miré el reloj en la parte trasera de la sala.

6:55 pm

Cinco minutos para la hora de inicio.

La puerta se abrió otra vez, y mire arriba para ver a tres estudiantes más entrando. Dos de ellos eran de la marina, probablemente de la base que había debajo de la carretera. Debían venir directamente del trabajo, porque estaban aún con el uniforme, y... Ah. Mi. Dios.

La marina recientemente había cambiado sus uniformes de diario, cambiando su color; que era muy parecido al azul carcelario: por un azul camuflaje. Yo no estaba seguro de como de realmente eficaz era el azul camuflaje, a menos que quisieran que los hombres que caían por la borda fueran más difíciles de encontrar, pero ¿desde el punto de vista de la imagen? Oh sí, lo habían hecho muy bien. El uniforme siempre se veía atractivo, y el azul profundo tenía una tendencia a resaltar sus ojos de una manera que probablemente tendría al profesor de matemáticas atragantándose con sus palabras para el cuarto entero.