Ken
Dieciocho meses más tarde.
11:21 am
Observar la nave entrar era surrealista. Tres veces en mi vida, había estado en la cubierta con mi traje blanco, mirando hacia abajo al muelle mientras los remolcadores empujaban cuidadosamente al barco a su lugar.
Esta era la primera vez que estaba abajo, mirando la imponente nave gris muy similar a la que yo había llamado casa durante unos meses una vez. En lugar de intentar buscar a mis seres queridos entre la multitud, amigos y familiares, yo estaba escudriñando la fila de marineros, buscando caras conocidas. No es que yo buscara a Manjiro entre ellos. Todos en la cubierta estaban vestidos con sus uniformes blancos, Manjiro había ascendido a jefe hacia un mes más o menos y por lo tanto estaría de caqui.
La gente que me rodeaba se apretaba. Llevaban flores, globos, todo tipo de regalos y algún niño ocasional preguntaba, ―¿Dónde está papi?
Puse mis pulgares en mis bolsillos y cambie mi peso de pie, resistiendo el impulso de vagar arriba y abajo por el muelle lleno de gente para deshacerme de toda esta energía nerviosa. Yo no estaba seguro de lo que haría cuando viera a Manjiro. ¿Dónde estaban las líneas ahora?
Las cosas habían cambiado gradualmente durante el último año y medio. Nosotros pudimos respirar mejor cuando fue trasladado desde mi colegio superior a la universidad. Después de unos meses, lo suficientemente largos para poder descartar cualquier sospecha de que habíamos compartido algo mientras él estuvo matriculado en mi colegio, poco a poco dejamos que el resto del mundo supiera de nuestra relación.
Aunque no todo el mundo. Continuábamos guardando el secreto antela armada por el momento. Manjiro no estaba preparado todavía para que esto afectara a ese universo y no lo culpaba. La Ley DADT se había ido, pero había campañas que ganar y los partidos políticos estaban en el juego. Como fuera, me sorprendió cuando me pidió que estuviera en el muelle esperándole. Por otra parte, no tenía familia en la zona, y yo sabía tan bien como él lo que era no tener a nadie para saludarte mientras todos los demás estaban abrazando a amigos y familiares después de medio año separados.
Además, Senju me había conseguido un pase de visitante para la base, desde que mi identificación de reservista inactivo había expirado. Ella y Yuzuha estaban cerca de la puerta, charlando con unos amigos mientras yo esperaba que se acercara la nave. Técnicamente íbamos a estar juntos, pero como había mucha gente en el muelle, nosotros simplemente no le dijimos a nadie lo que compartimos mientras estuvimos separados. No es que me preocupara. Yo dudaba que alguien se hubiera fijado en mí, no me importaba que me cuestionaran.
Sin embargo, mi estómago estaba hecho un nudo, por diferentes razones. Habían pasado seis meses desde que la nave se alejó y no había llamadas suficientes, ni correos electrónicos, ni webcam que pudieran acortar la distancia. Yo no podía afirmar porque estaba tan nervioso por verlo. O tal vez sólo fuera emoción. Energía nerviosa, lo que sea. Posiblemente nervios que la gente podría notar tan pronto como Manjiro y yo pusiéramos los ojos el uno en el otro.
El secreto había envejecido. Yo no lo negaba. Era un mal necesario, por supuesto, pero era horrible. Al menos podíamos compadecernos con Yuzuha y Senju. Y para esto, Yuzuha y yo teníamos la mejor parte del trato, cuando se trataba de actos protocolarios. Mientras Senju y Manjiro se cubrían ellos mismos mostrándose como una pareja feliz, Yuzuha y yo nos quedábamos en casa con un montón de películas de terror. Yo había estado en suficientes acontecimientos militares en mi vida. Sentarte en casa con una amiga, viendo películas de mierda siempre era más divertido.
Tengo que admitir que, sin embargo, había estado un poco desanimado viendo a Senju y a Manjiro salir para la fiesta de Navidad poco antes de dejarme para este despliegue. Yo no quería ir a la fiesta realmente, pero quería estar con él. En público. Delante de todos, tanto si les gustaba como si no.
Tomé un respiro y forcé al fondo de mi mente tanto los recuerdos como las emociones unidas a ellos. Nosotros elegimos esto. Nadie dijo que esto fuera fácil. Incluso si tuviéramos que mantenerlo en secreto, aún le tenía a él, y no lo cambiaría por nada.
Volví mi atención a la nave.
Lentamente, los marineros hicieron su camino por las rampas. Parejas abrazadas. Niños abordando a sus madres y padres igual que Raven me abordaba a mí todas las noches cuando entraba por la puerta. Era duro ver a las parejas besarse por primera vez después de meses, yo me apartaba cada vez que una pareja se unía para ese primer beso. No es que las demostraciones públicas de afecto me molestaran, sólo que deseaba que Manjiro y yo pudiéramos hacer lo mismo. Nosotros habíamos estado separados igual que todas las otras parejas de este muelle.
Mantuve un ojo en la cubierta, mi corazón saltando en mi pecho cada vez que alguien aparecía con un uniforme caqui.
Y... ahí estaba él. No podía evitar sonreír, y eso era todo lo que podía hacer para no empezar a correr. Me tomo cada onza del control que tenía, casualmente empecé a hacer mi camino hacia el final de la rampa. Él definitivamente había pasado algún tiempo al aire libre al sol, y destellos de brillos color bronce destacaban en su piel. No me sorprendió lo más mínimo que cuando se quitó la gorra, su perlo era de un rubio suave. Anclas doradas brillaban en su cuello, pero no había nada de brillo en sus bellísimos ojos mientras nos dirigíamos el uno hacia el otro a través de la multitud. Miles de kilómetros a través del océano se convirtieron en veinte metros, diez, cinco...
No había ninguna razón en el mundo para no hacerlo, Manjiro lanzó sus brazos alrededor de mí y me besó. Unos pocos carraspeos y murmullos se oyeron a nuestro alrededor, pero nadie en la tierra estaba más sorprendido que yo.
Sólo tomó un segundo, sin embargo, para que yo pusiera mis brazos alrededor de él y le devolviera el beso. Tanto como quería tumbarlo sobre la superficie lisa más cercana y quitarle su uniforme, yo era consciente dela gente que nos rodeaba. No fue un beso apasionado, no tenía dudas sobre eso, pero fue lo suficientemente apropiado como los de cualquier otra pareja en este muelle. La lujuria insaciable podía esperar hasta que estuviéramos detrás de una puerta cerrada.
Los sobresaltos y los ocasionales murmullos de desaprobación que nos rodeaban me hizo sentir un poco cortado, pero cuando rompí el beso, ni Manjiro ni yo miramos a ningún otro lugar que no fuera el uno al otro.
―Te ves muy atractivo en uniforme―, dije.
Él sonrió. ―Gracias―. Pasó sus dedos a través de mi cabello, y murmuró, ―Dios, te extrañe.
―Yo también―, dije.
Él me besó de nuevo, ligeramente esta vez, luego me abrazó. Mientras sostenía a Manjiro, un joven marinero llamó mi atención a unos diez o doce metros de nosotros. Un E-4, según su hombro. Estaba con los ojos muy abiertos como muchos otros que se detenían a mirarnos, pero había algo más en su expresión.
Y justo antes de que él volviera la vista, el chico sonrió.
Cerrando mis ojos, sostuve a Manjiro más apretado.
―Pregunta para ti― dijo suavemente.
―¿Hmm?
Él se retiró y me sonrió. ―¿Tienes los documentos de la nueva instrucción?
Apenas conteniendo mis emociones, dije ―Te los envié la semana pasada.
Buscamos la mirada del otro, entonces nos reímos y nos abrazamos otra vez. Detrás de él, Senju nos observaba, sonriente. Entonces tomó la mano de Yuzuha y las dos desaparecieron entre la multitud.
Alguien nos lanzó a Manjiro y a mí una mirada asqueada, pero cerré mis ojos y tome una larga bocanada de la loción de Manjiro.
Era imposible predecir las consecuencias de esto. Él no podía ser procesado o disciplinado, pero había otras formas de mostrar el descontento sobre cosas como esta. Manjiro lo sabía, Senju lo sabía, y ellos evidentemente habían decidido que estaban listos para enfrentarse a todo lo que se pusiera en su camino.
El futuro sería lo que tenga que ser. Todo lo que yo sabía era que, mi mayor estaba en casa... y no iba a fingir que no era así.
Fin < 3
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𝐃𝐞𝐥𝐢𝐫𝐢𝐨 (drakey)
FanfictionManjiro Sano no buscaba una segunda oportunidad cuando se apuntó a la clase que enseñaba su ex. Todo lo que quiere aparte de aprobar su grado es la oportunidad de mejorar las cosas con el hombre que amaba e hirió cuando se separaron tres años atrás...