ZONAMBIES

PRÓLOGO

Corrí, corrí lo más que pude, pero mis piernas no me dejaron, se estaban cansando, Soobin ahora estaba muerto y los zombies se estaban acercando, iban a devorarme sin duda, crei que mi momento había llegado, este sería el fin de mi triste historia, cerré los ojos y me prepare para morir, de pronto pude escuchar como caían los cartuchos de bala al suelo, los gemidos de los zombies se esfumaron, ¿Que era lo que estaba pasando?

- ¿Estás bien? Preguntó él.
- ¿Que está pasando? Le respondí con una voz casi inaudible mientras abría los ojos.
- Ya estás a salvó. Su voz era tan cálida, sentía como una paz llegaba a mi.
- ¿Quién eres y porque me estás ayudando?
- No te preocupes, todo va a estar bien.

Me subió a su camioneta y nos llevó a un lugar extraño, parecía como si fuera un campamento de sobrevivientes, se veía que era seguro así que no me quejé cuando me dijo que bajara para instalarme en lo que sería mi nuevo hogar.

- Llevamos al rededor de cinco meses refugiandonos de esos mounstros, aquí tenemos todo lo necesario para sobrevivir, vas a estar bien, ya lo verás.
- ¿Han estado solos todo este tiempo?
- Ahora todos somos familia.

Este tipo se veía confiable, era guapo, alto, musculoso y su cabello se veía tan suave y sedoso, me preguntaba cómo hacía para parecer tan lindo y rudo a la vez.
Al parecer el se dió cuenta que lo miraba fijamente pues se incómodo y me dijo con voz molesta:
- ¿Que es lo que miras?
- Nada, solo me preguntaba que tipo de arma traes colgando de la espalda. Excusé con nervios.
- Es un rifle de larga distancia, una sola bala de estas y esos zombies dejan de moverse al instante.

Pasó la tarde y no tenía apetito, seguía en shock por lo que había ocurrido.
Me fui a la cama a tratar de dormir un poco, me acostaba de un lado, de otro, pero no lograba conciliar el sueño, no podía quitarme de la cabeza lo que había sucedido hoy, casi muero y si ese chico no hubiese estado allí, yo ya no estaría aquí, él me salvó.