"Compañero"

6. Tentaciónes

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- ¿Aún sigues molesto?- preguntó dudoso Talis. Había encontrado a Viktor caminando en dirección a la torre de transporte. Era el día de monitorear su capacidad y que revisar que no tenga fallos.

- ¿Enserio estás preguntando eso?

- Es que ni siquiera nos vimos en todo el día de ayer...

- Está bien. Puede ser que no esté molesto. Todo depende de qué digas. Te estoy dando una oportunidad, por si no lo captas.

- ¡Gracias, Vik!- El estado de ánimo del mayor cambió en un segundo. Casi lo hace tropezar por el repentino y afectivo abrazo.

- ¡Oye, tranquilo! Jayce- soltó una pequeña risa. Aún seguía un poco molesto y se haría el digno para que el mayor le consintiera. Era un acuerdo silencioso que tenían desde hace tiempo.

- ¿Podemos desviarnos un poco?- trató de seducirlo. Lo había tomado de la muñeca para detenerle el paso.

- No, tenemos trabajo que hacer- ambos retomaron su andar. Notó a Jayce con el cejo fruncido-. Cuéntame, ¿qué hiciste ayer?

- Bueno, fui a ver a Caitlyn. Sus padres... sé que sus padres se preocupan por ella y yo también lo hago así que le pedí que fuese un vigilante bajo mi dirección- evitó hacer contacto visual con el menor-. Pero se molestó.

- Déjame adivinar, eso de "ser una vigilante bajo tú cargo" significaba que no podría hacer lo que más le gusta.

- Sí, la iba a tener en un escritorio llenando informes- dijo arrepentido.

- Ay Jayce, sabes que Caith es una chica activa y dinámica. Eso la hubiera vuelto loca. Te pido que creas en ella. Ella puede con su trabajo.

- Ahora tengo este cargo. Sí les pasara algo y este puesto lo hubiera prevenido, no me lo perdonaría- el castaño se detuvo, a un pasillo antes de llegar a la puerta de la torre. ¿Era necesario decirle ahora? No, no quería aprovecharse de la nueva posición social de Jayce.

- No pasará nada. Caitlyn es fuerte y yo perseverante. Si pasa algo sabremos manejarlo. Y tú, mi chico de oro solo preocúpate en ayudar a otros- se acercó para abrazarlo. Recargando su cabeza en el firme pecho del moreno. Escuchaba su latir y eso lo tranquilizaba. El otro lo rodeó sintiendo su pequeña figura.

- Te amo, Vik- como respuesta el castaño lo besó delicadamente.

- Mi hija me lo dijo. Ese "dichoso" compañero del señor Talis no es más que un chico corriente- susurró una mujer vigilante que pasaba.

- Viene de Zaun, ¿no? De ahí, nada es bueno- contestó la otra. Viktor frunció el cejo y cortó el beso.

- ¿Qué pasa, Vik?- colocó sus manos en la pequeña cintura.

- Mejor vámonos. Quiero terminar esto- se refirió a la puerta al final del pasillo-, tengo algo que hacer en el laboratorio.

- De acuerdo...

Continuaron. Vieron que los hexgates que daban energía a la torre funcionaban correctamente. Tal vez solo que los cambiarán más seguido para que los primeros descansarán y recuperarán su propia energía. La mayoría de la inspección y de los comentarios lo hacía y decía Viktor a los trabajadores pues Jayce se la pasaba leyendo unos documentos que traía consigo. Cuando miraba de reojo al moreno solo conseguía ver qué sus cejas se bajarán más y más. Algo en esos documentos le hacía molestarle.

- ¡Viktor, mira! El fiasco del contrabando de ayer no fue nada. Los informes están llenos de incongruencias desde hace meses.

- Esto es un mal uso de nuestro tiempo. Enfócate primero en lo que pasa en la torre.