"Compañero"

Extra 4

וווווווווו×

¡No, había metido la pata! ¡Llamó a Viktor por otro nombre y para colmo el de una chica! Entre sueños sintió que alguien se sentaba encima suyo. La persona estaba acariciándole el pecho y por inercia él puso sus manos en las caderas contrarias, estaban suaves y esponjosas haciéndole recordar a una ex: Esmerald. Soltó el nombre, pensando que era un sueño. Escuchó una exclamación y reconoció la voz de su novio.

— ¡¿Qué?! ¡Talis, eres un idiota!— Viktor se bajó de Jayce. Él quería una ronda de sexo matutino y el grandote lo había arruinado llamándolo por otro nombre. Tenía que darle una lección. Se puso rápido el pantalón. Aún con Jayce agarrándole la mano para llamar su atención— Te dejo para que reflexiones sobre mi y "Esmerald".

Salió del cuarto de Jayce y caminaba al suyo. No le había dado tiempo de ponerse la camisa y así se paseaba por el pasillo. Suerte que nadie lo vió. Cuando llegó a su cuarto, su lugar seguro, sus ojos se cristalizaron. No sabía quién era esa chica pero ya la odiaba. Trató de que no se derramaran lágrimas pero fue inútil. Su pecho le dolía. Jayce se había adentrado en su mente y su corazón como para no sentirse mal por haberlo confundido. Debía de dejar pensar en eso y mejor se fue al baño para ducharse. Total, tendría todo el día para descansar.

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Talis lo dejó ir para no agobiarlo y fue con Caitlyn para pedirle consejo. La joven le dió un coscorrón por idiota y luego lo ayudó. Ya en la tarde fue a la habitación del menor. Llevaba una tarta de manzana y un pequeño ramo de lirios blancos, rosas rosadas y algunos tallos de lavanda. Tocó para saber si estaba ahí.

— ¡Márchate, Talis!— gritó. Sabía que era él y ahora lo había interrumpido en su lectura.

— Viktor, vamos a hablar. No quiero que esto termine por una idiotez mía. Por favor— pegó su frente a la puerta de madera. Por unos minutos se escucharon movimientos en la habitación. Viktor pensaba y caminaba de un lado a otro. Después el castaño abrió un poco la puerta.

— Tienes suerte que no soy un idiota— lo dejó pasar recibiendo los regalos que traía consigo, Jayce. Se alegró al oler las flores. Eran muy dulces.

— Sé que es tonto que me excuse en: estaba dormido— tomó la mano de Viktor para llevarla a su pecho—.  Quiero que sepas que mis ex's y tu son completamente diferentes...

— Claro, soy un chico... —rodó los ojos. El mayor soltó una risita.

— No, déjame terminar. Es por qué tu me llenas, me satisfaces, soy pleno cuando estoy contigo. Eres el mejor que todos y todas. Mi Vitya— iba a besarlo pero la mano contraria hizo presión en su pecho.

— ¿Prometes que ya no pasará eso? No quiero que me duela de nuevo— tragó saliva al escuchar eso. Le dolía verlo así de indefenso.

— Te lo prometo. No dejaré que nada ni nadie te lastime— el menor se acercó a los labios contrarios. Si Jayce lo decía entonces era real.

Viktor se fue de espalda hasta llegar a la cama. Jayce le quitó las flores para ponerlas en la mesa de noche y se puso arriba de él. Acarició los muslos y dió besitos en el blanquecino pecho, cerca del corazón, el castaño había desabotonando un poco su camisa.

— ¿Eres solo mío, Jayce?— pararon para verse a la cara. El moreno sonrió provocativamente.

— Tuyo, sólo tuyo, mi vida...