Red Spies || Natasha Romanoff

Capítulo 14

𝙽𝚊𝚛𝚛𝚊 𝙼𝚊𝚍𝚍𝚒𝚎

Quede en shock por unos minutos, no sabía que carajo había pasado.
Cuando porfin caí en la realidad comencé a sonreír como una estúpida. Eso había sido tan raro, pero tan malditamente bueno, ella besa increiblemente bien.

Me di cuenta que todo mi labial estaba corrido así que me dirigí a la mesita y comencé a arreglarlo.
Aún seguía algo confundida con lo que había pasado. Tenía demasiados sentimientos encontrados, nisiquiera lograba entender lo que sentía.

Estaba perdida en mis pensamientos cuando el ruido de la puerta me regreso a la realidad.

- Hija, ¿Ya estás lista?- Preguntó mamá entrando a mi habitación.

- Si, solo estaba arreglando mi labial- Respondí dirigiendo mi mirada hacia ella.

- Pensé que ya habías bajado y estuve buscándote- Cambió de tema.

- Perdón, me distraje con el teléfono y se me hizo tarde- Mentí. No iba a decirle a mi madre que me estuve besuqueando con la asistente de mi papá.

- Está bien, tu padre todavía nisiquiera salió de su habitación.

- Debe estar cambiándose.

- Si.- Hizo una pequeña pausa - Te ves muy hermosa.

- Gracias mamá, tu también te ves muy hermosa- Mamá llevaba un vestido completamente negro, que se ajustaba a su hermosa silueta. En el cuello llevaba un collar de oro que llegaba hasta su pecho y relucía con la luz. Su precioso cabello rubio estaba recogido en una coleta alta y en su frente descansaba un corto flequillo muy bien peinado y perfectamente alineado- ¿Y Chris? - Pregunté cambiando de tema.

- Creo que está abajo.- Respondío acercándose a la puerta- Te espero abajo, no tardes porfavor.

Volví a pasar una capa de labial, me mire una vez más al espejo y bajé al primer piso.
Christopher estaba esperándome junto a las escaleras con un lindo smoquin negro.

- ¿Llego el regalo?- Pregunté mientras tomaba un trago de una de las bandejas de un camarero, realmente necesitaba un buen trago.

- Si, y cómo el buen amigo que soy lo recibí por ti- Afirmó.

- Gracias Gracias Gracias, te adoró.

- Lo sé - Añadió con una sonrisa vanidosa.

Vi a Natalie bajar por las escaleras, y volvió a mi mente lo que había pasado en mi habitación. Tomé bruscamente el brazo de Chris llevándolo a uno de los pasillos más cercanos.

- ¿Qué te pasa?- Preguntó con una mueca de confusión.

- Debo contarte algo demasiado importante.

- ¿Qué paso? ¿Estás muriendo?

- ¿Qué? No ¿Por qué estaría muriendo?

- No lo se, solo digo- Dijo alzando los hombros.

- No es eso,- Miré hacía los lados para asegurarme de que no haya nadie escuchando - es sobre Natalie.

- ¿Qué paso? ¿Ella está muriendo?

- No, ya basta, nadie está muriendo. Es algo bueno, supongo.

- Ya dime.

- Natalie me besó- Solté sin más rodeos.

Su cara cambió en cuestión de segundos. Lo que era una cara confusa ahora era una cara totalmente atónita.

Su boca entré abierta y sus ojos saltones me dejaban saber que no se lo esperaba para nada.