Capítulo 16

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Argentina suspiro del cansancio, colocando de regreso el ultimo cosmético que se había puesto después de bañarse en su lugar mientras esperaba que el letonio regresara con su ropa. 


La ducha caliente lo había ayudado bastante relajarse, tranquilizarse y pensar mejor lo que había ocurrido.

Por un instante, pensó que ese tal "Iván Braginski" iba a violarlo, era algo que se esperaba porque tristemente no era la primera vez que le ocurría algo así. Pero ahora estaba más tranquilo de sentir su cuerpo libre de abusos de su parte.

Aunque su mente estaba desdeñada, aún tenia su mente preocupada porque Rusia aún no llegaba de su peligrosa salida con el riesgo de que lo mataran, también estaba preocupado por Brasil, con quien no podía comunicarse porque Uruguay le informo que habían destruido sus líneas de comunicación y para el imposible contactarlo. También le preocupaba que los brasileños hayan buscado culpables de la situación y Brasil fuera el primer blanco que encontraron para desquitar su rabia, y muy posiblemente ahora el albiverde este estresado y hasta deprimido. Eso le hacia sentir todavía más culpable por haberle sido infiel, o así lo interpretaba su mente.

El pecho le hacia peso de pensar en el albiverde en esa situación, y le hacia desear volver a llamar a Uruguay para saber al menos como estaba su bombón de menta. Y también porque quería decirle lo que había hecho cuanto antes para al menos quitarse un peso menos del pecho y no estresarse tanto.

Aún le estresaba pensar en ello, pero sobre todo, no podía dejar de pensar en lo que había ocurrido momentos atrás. Aquel ruso solo había venido para verlo a el e inyectarle algo misterioso en su brazo, únicamente por eso, como si fuera algo realmente importante que debía realizar si o si. Si realmente era algo que le importaba, no iba a poder dejar de pensar en eso y tampoco iba a poder dejar de preocuparse.

Quería tanto saber que era lo que había hecho, lo necesitaba. Tenia una necesidad enorme de saberlo, pero sentía imposibilitada la posibilidad de hacerlo. No podía decírselo a Rusia, tampoco a Urrs. Si lo hacia, Iván iba enojarse mucho y volvería a encararle a cuestas de lo que sea y no pensaba volver a verlo. Ese hombre le daba tanto miedo que no quería ni siquiera imaginar volver a verlo nunca más en su vida.

Ni siquiera podía comentar el tema con alguien. Nadie más que el lo sabia. A excepción de Letonia, con quién se sentía ahora a la par al aceptar con mucho cariño cuidar su secreto.

-Señorita -menciono el albigranate golpeando gentilmente la puerta que los separaba -Traje su ropa. Y discúlpeme por la tardanza, no sabia donde conectar el secador para secar rápido su ropa. Esta un poco húmeda, pero puede usarla.

-Gracias.........

Dispuesto a recibir su ropa, alejo el peine fino que había tomado para cepillar su cabello y lo regreso a su lugar. Aunque raramente apenas lo hacerlo, sintió algo extraño en su cabeza, solo si su cabello en su lado izquierdo se halla abierto terreno para dar lugar a otra cosa.

-¿Pero que con...? -maldijo llevándose su mano a aquel lugar instantáneamente -¿Pero que...?  No.... Ay, no...

Rápidamente se giro sobre sus talones para poder verse al espejo, comprobando lo que temía.

-Oh no.... maldita sea... -menciono temerosamente, quitando sus manos sobre la toalla que sostenía y llevándolas rápidamente a su cabello para tratar de esconderlo nuevamente.

-¿Señorita...? ¿esta bien...?

-¡Voy, Letie! -respondió mirando por un instante la puerta, pero sin detenerse en sus acciones -espérame un cachito...

♥️UEM♥️ (+18) (Argentina x Todos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora