Cambios

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-Ya no quiero seguir hablando de lo mismo.
-Me molesta que tengas esa actitud.
-Pos fijate, a mi me molesta la tuya.
-Entonces? Vas a seguir con lo del tiempo?
-Claro que no...
-Sabía que ibas a recapacitar amor...
-No Micho - lo atajo con su mano, para evitar el avance- Quiero que terminemos.
-Que?
-Lo de hoy fue la gota que rebasó el vaso.
-Pero...
-Pero nada.
-Lo estás defendiendo a él?
-Basta Micho, no es defender a nadie, pero te estás metiendo con mi trabajo y mi familia.
-El no es tu familia.
-Si lo es, y siempre lo será.
-Te estás equivocando Lu.
-Tal vez, pero hoy siento que nuestra relación hasta aquí llegó.

Una semana había pasado del rompiendo de su relación, y por más que ella fue la que tomó la decisión, no se encontraba bien.
Estaba un poco triste, desanimada. Habían sido muchos años al lado de aquel hombre, y aunque el último tiempo sus sentimientos no ya no eran tan intensos, la costumbre era un lazo bien fuerte.

A nadie de su entorno aún le había contado lo sucedido, más que a sus hijos. Quería hacer  duelo de la ruptura sin tener que dar tantas explicaciones.

Lucerito le había contado a su papá días después, que su madre no está muy animada en los últimos días, sin darle los detalles y motivos. Pero si le hizo saber que quería de su ayuda para animarla un poco.

Él quedo un poco preocupado, ya que era muy atípico que su ex mujer, estuviera en ese estado, sin un verdadero motivo.
Pero como no soportarba saberla triste, la invitó a planes familiares, que ella rechazo en tres ocasiones. Ya para esa altura Manuel no sabía más que hacer. Además se acercaba la fecha de la grabación del streaming y no quería que ella estuviera tan bajoneada.

Como Lucerito también se sentía un poco frustrada por verla así, se le ocurrió una última cosa para que su madre aceptara las propuestas de su papá.

Le pidió a su padre que de cruzará a la casa a buscar un libro que se había olvidado, ya que ella no haría tiempo entre el cambio de clase y le era necesario tenerlo. Le aclaro con mucha énfasis que el cambio era en media hora recién.

Llegó a la casa de Lucero y como su hija no recordaba si estaba en su habitación o Sala el libro, se en camino primero hasta donde dormía su hija y no lo encuentro.
Se le hacía raro no escuchar a su ex, seguramente estaba en el gimnasio o practicando yoga. Aunque sabia que ella no era muy partidaria de practicar sus deportes a esa hora, sino más bien en la mañana muy temprano.

Cuando llegó a la sala, se encontró con una escena que lo estremeció hasta el alma.
Ahí estaba ella, echa una bolita durmiendo.

Se acercó lentamente para cololarle una manta, y así poder tomar el libro y retirarse. Pero en le momento que se la estaba colocando Lucero abrió sus ojos.

-Manuel?
-Perdon, no quise despertarte.
-No pasa nada. -Ella comenzaba a sentarse.
-Este... Vine por un libro que se dejó la beba...
-ajam- dijo mientras pasaba su mano por la cara.
-Pero no recuerda donde lo dejó.
-Esta niña, de que libro se trata?
-Filosofía.
-Ah ya, creo que esta en ese mueble. -Manuel volteo a ver dónde ella señalaba.
-Lucerito, estas bien?
-Claro.
-Segura?
-Si Manuelito.
-Es que...
-Ya lo se... Disculpame por no aceptar las invitaciones.
-Son planes que a ti no te gusta perderte, y además en todos estos días no te haz parado por la casa.
-Lo se... Pero necesitaba tiempo para estar un poco sola.
-Porque estas bien.

Lucero respiro hondo y lo invitó a sentarse a su lado, Él contempló la hora y si le daba tiempo a quedarse un ratito.

-Sabes que no tienes que contarme, sino estas lista.
-Ya pasaron muchos días, y quiero que lo sepas. -Apoyo la mano en la pierna de su ex, con la confianza que ambos se tenían. - Me separe de Micho.

El corazón de Manuel se aceleró tanto, que pensó que en ese mismo instante estaba sufriendo un pre infarto. Empezó a sentirse un poco aturdido, y no podía escuchar lo que ella le estaba diciendo. Solo veía que  movía la boca.

-Manuel? Me estas escuchando? -empezó a preocuparse, por la falta de reacción de él.-MANUEEEEEL?-Dijo un poco desesperada y le apretó la mano q estaba encima de su otro mano.

-Si?
-Caray Manuel, que te paso?
-Como?
-Escuchaste todo lo que te conté?
-La verdad es -no podía mentirle- es que no.

Lucero se paro un poco ofuscada. Él al notar el estado de ella, también decidió pararse.

-Osea si y no.
-Me estas bromeando? - dijo girando y poniendo sus manos en la cintura.
-No -dijo con una media sonrisa, al ver que ella se iba alterar un poco más, levanto lo mano- Escuche que te separaste de tu novio. Ya luego más nada.

Ella se quedó pérdida en su mirada y levanto su ceja como tenía costumbre en esas situaciones.

-Y si me contaste los motivos, debo serte sincero, no se lo que dijiste.
-Manuelito, es normal que ya te estén pasando estas cosas a tu edad -Dijo sonriendo.
-Ah caray Lucerina, me estas llamando viejo?
-Bueno... Si nos ponemos analizar que- ella lo vio avanzar a con pasos apresurados y empezó a sentir que se le secaba la garganta-
-Que?
-Que se te fue el hilo de la conversación, creo que es un serio problema de la edad.
-Yo - dijo mientras la tomaba de la cintura y la acercaba un poco a él- te puedo demostrar que para nada estoy viejo.

Con el acercamiento que el hizo, quedaron completamente pegados y compartian el mismo aire. Ella miraba su boca y el estaba perdido en su mirada.

El muy lentamente comenzo a bajar su cabeza, y a ella se le aceleró el pulso.

-Pero -dijo él en su odio- aun no estas en condiciones que te lo demuestre.
Le dio un beso en la mejilla y se separó de ella. Giro y salió en busca del libro. Cuando lo tomó, volteo a ella nuevamente.

-Esta noche cenamos todos en casa Lucerina.

Y desapareció. Ella quedo ahí, en la misma posición que el la había dejado. Anhelando un beso que jamás fue dado.


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⏰ Última actualización: Mar 22, 2022 ⏰

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