Prefacio

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"La vida era más fácil cuando atormentar a otros era parte de la rutina diaria."

Solía estar acostumbrado a mi modo de vida

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Solía estar acostumbrado a mi modo de vida. El haber nacido en el Barrio Rojo de Shibuya y el haber sido abandonado por mi padres me redujo las posibilidades de tener un "futuro" decente.

Hay días en los que despierto y me siento encerrado en unos enormes muros de concreto frío, los cuales me dejan en claro que mis opciones son pocas y que no tengo derecho a ver más allá de ellos.

Pero así esta bien.

Realmente no puedo quejarme de mi vida. Tengo un techo, alimento en mi boca y estoy rodeado de personas que me quieren.

Me siento bien con la vida que llevo.

—Creo que deberías re inscribirte a la escuela — habló en tono sereno mientras sus manos rayaban aquel cuaderno engargolado. Mis ojos viajaron a los suyos buscando una pizca de broma en ellos, sin embargo, estaban serios. Él hablaba en serio.

—¿De que me serviría? — pregunté. Y es que en realidad pensaba que la escuela no me serviría de nada en este punto de mi vida.

—No falta mucho para que escojamos una carrera. — Respondió con simplicidad. El carbón se despegó de las blancas hojas y sus ojos azules viajaron a los míos.

—¿Y? — respondí arrebatando el pedazo de madera de sus finos dedos.

—Pues, tienes que estar en la escuela para poder escogerla. —Me respondió con obviedad. Mis dedos comenzaron a garabatear.

—Yo no pienso estudiar nada — solté.

—¿Y quedarte estancado en el mismo lugar el resto de tu vida? — cuestionó.

¿Acaso estaba estancando?

—No estoy estancado Take, simplemente ya tengo mi vida resuelta. Me siento bien con la vida que llevo.

Ante la falta del sonido de su voz, mis ojos viajaron a su rostro en busca de respuesta. Al entrar en contacto con sus ojos, pude sentir a sus grandes orbes azules examinándome en busca de la verdadera respuesta ante su pregunta.

—¿Sabes? — habló. — Pienso que puedes lograr grandes cosas. — y así sin más, se levantó.

— ¿Te parece si vamos por un cuadro de leche? — preguntó.

— ¿Sabor chocolate?

— Si, sabor a chocolate.

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Personalmente tengo MUCHAS ideas para darle a esta historia, sin embargo creo que está es la menos trágica y dramática.

Pero, si quieren la puedo cambiar para hacernos sufrir un rato.

Espero hayan disfrutado de esta pequeña introducción a la historia y la carta de Draken.

Leche sabor chocolateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora