El nuevo amigo de Mikey era una caja de misterios, por lo que Draken al tratar de despejar sus sospechas se ve involucrado en su mundo y sus secretos.
Hina, Mikey y más personas harán dudar a Draken en esta travesía llamada Hanagaki Takemichi. Sin...
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Las manos me sudaban y mi mente se sentía abrumada. Todo estaba pasando tan rápido que incluso parecía irreal; me sentía en una novela dramática donde al final los dos amantes eran asesinados a sangre fría debido a un amor del pasado. Aunque probablemente estaba exagerando.
Sin embargo me preocupaba aquel sobre amarillo y ahora, aquel chico con el pelo color cereza junto a su alto amigo. Después de haberlos visto juntos en aquel semáforo me decidí a decirle a los demás sobre esto para que así estuvieran alerta; por si la dudas.
Tuve que debatir un rato de a quien recurrir primero, pero al final terminé llamando a Mikey y le pedí que reuniera a los demás en su casa. Aunque en un principio no sonaba muy convencido, terminó aceptando con tal de que le comprara comida.
Me adentré en la casa de Mikey a la cual ya estaba habituado hasta divisar su habitación, de ella provenían varios tonos de voces y supe que la mayoría ya había llegado. Alargué mis pasos y pronto me topé con el arco de la puerta; me agaché un poco y pasé por el captando la atención de todos.
—Oye Draken, ¿que es tan importante que tuviste que sacarnos del trabajo? —me preguntó Baji molesto en el momento en el que sumergí mi cuerpo en la habitación.
—Debe ser algo realmente importante, por que si no te golpearé —continuó Mitsuya con un semblante serio.
—Un hombre me interceptó mientras salía de casa y me entregó esto —argumenté balanceando el sobre. —Me dijo que lo abriera con ustedes.
Todos se quedaron callados ante las palabras que habían salido de mi boca.
—Probablemente sea una broma o algo así —vociferó Hakkai tratando de aligerar el ambiente.
—No lo creo —hablé seguro. Me adentré en la habitación y me senté cerca de la pequeña mesa que adornaba la habitación de Mikey. Rasgué el sobre y dejé que su contenido se esparciera por toda la mesa.
—Mierda —musitó Souta al mirar la mesa.
—Está tiene que ser una broma —alzó la voz Baji.
Frente a nosotros desfilaban varios grupos de fotografías de nosotros, nuestros seres cercanos, nuestros trabajos y los lugares que frecuentábamos.
—Deberíamos hacer algo al respecto —mencionó Peyan.
—Estoy de acuerdo, esto cruzó un límite —habló Pah.
Mi vista se fijó en Mikey esperando una reacción u opinión sobre esto, sin embargo sus ojos estaban fijos en Chifuyu el cual solo miraba las fotografías totalmente serio.
