La luz de la laguna

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Narra Valeria:

Estamos en el coche atravesando la verja del internado otro año más. A mi lado, mi hermana va dormida, hemos tenido que madrugar mucho para poder llegar puntuales. Llevamos en este Internado desde que yo tengo siete años, mi hermana era muy pequeña para poder entrar, pero en cuanto cumplió los cuatro, la admitieron y así nuestros padres pudieron librarse de nosotras.

-Evelyn, cariño, despierta- le digo mientras la zarandeo con suavidad para que se despierte.

-¿Ya hemos llegado?- me pregunta a la vez que comienza a abrir los ojos.

-Sí, enana, sí. Vamos, seguro que tienes muchas ganas de volver.

-Sí... -dice dudando.

-Ya verás como en seguida haces amigos- le sonrío.

Nos bajamos del coche y cojo nuestras maletas, en seguida veo a mis amigos saludándome y corro hacia ellos.

-¡Val!- me llama Carol mientras corre a abrazarme- qué guapa estás, como te ha sentado el verano tía.

-Pues anda que a ti... - me separo de Caro para ir a abrazar a Vicky, mi otra mejor amiga- ¡Vicky! Te he echado de menos - le digo mientras nos abrazamos.

Después le doy un largo abrazo a Roque.

-¿Y para mí no hay abrazo?- me pregunta Cayetano mientras pone una falsa cara de pena.

- Tranquilo león - le digo con una son mientras me acerco y le abrazo.

Me separo de Caye y busco a Iván con la mirada, lo veo bajar del coche de su padre. Le digo a Evelyn que se espere con Caye mientras yo voy a buscar a Iván.

Entre Iván y yo siempre ha habido algo raro. Es como mi hermano mayor, me protege y yo le protejo desde que éramos unos críos, siempre nos desahogábamos juntos. Somos como Zip y Zape. Aunque también hay mucho pique y sarcasmo entre nosotros.

Me acerco y le abrazo.

-Te he echado de menos. ¿Qué tal ha ido el verano? - Le pregunto, aunque sé  la respuesta.

-Bien, - un día de éstos nos vamos a quedar sin mentiras - ¿y tú con tus padres? - aunque sabe la respuesta, yo le dedico una sonrisa triste y vamos con el grupo.

Iván saluda a todos y a su novia, Carol. También, cuando ve a mi hermana se agacha a su altura.

-Enana, ¿no me vas a dar un abrazo? -Evelyn sonríe y le abraza.

De repente oímos un coche llegar. De él se bajan un chico con una niña pequeña de la mano.

-Ese es nuevo ¿no?- dice con una sonrisa.

-Sí, eso creo, es mono- le contesto.

- Val, no seas tan descarada- me recrimina Caye.

- ¿Por qué, qué pasa? - le pregunto sin entender lo que pasa, aunque nadie me contesta.

-¿Parece desubicado no?

-Tienes razón, voy a ver si necesita ayuda.

Me alejo de mis amigos sin esperar respuesta y me acerco al chico nuevo.

-Hola, soy Valeria, encantada.

- Yo Marcos, encantado, oye ¿sabrías dónde está la oficina de Héctor? - me doy cuenta de que es gallego, tiene un acento muy característico.

-Sí, claro. Sígueme. - el gallego me sigue con su hermana.

Atravesamos la puerta principal y giramos para llegar a la puerta del despacho de Héctor.
Toco dos veces. Una voz suena desde dentro del despacho.