05- Welcome to camp half blood

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            —— Bienvenidos al campamento mestizo

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            —— Bienvenidos al campamento mestizo

















Cuando Melody se bajó del autobús, pensó que haría sol y buena temperatura en el campamento mestizo, pero no. Habían dejado que cayera una ligera nevada. Las pistas de carreras y los campos de fresas estaban llenos de hielo. Habían decorado las cabañas con lucecitas parpadeantes similares a las navideñas, salvó que parecían bolas de fuego de verdad. También brillaban luces en el bosque. Y lo más extraño de todo: se veía el resplandor de una hoguera en la ventana del desván de la casa grande, dónde moraba el oráculo de Delos.

— Uau— dijo Nico al bajarse del autobús
—¿Eso es un muro de escalada?—

—Así es— respondió Percy con orgullo.

—¿Cómo es que chorrea lava?—

—Para ponerlo un poquito más difícil— explico Melody —Ven. Te voy a presentar a Quirón. Zoë tu conoces...? —

—Conozco a Quirón — le dijo a Melody, muy tiesa —Diles que estaremos en la cabaña ocho. Cazadoras seguirme—

—esa Zoey, es tan tierna— comento Melody con sarcasmo. Tener a las cazadoras en el campamento mestizo iba a ser un real dolor en el trasero.

—Les mostraré el camino— se ofreció Grover de inmediato.

—Ya conocemos el camino—

—De verdad, no es ninguna molestia. Resulta bastante fácil perderse por aquí si no tienes...—

Melody soltó una sonora risa cuando Grover tropezó aparatosamente con una canoa, pero se levantó sin parar de hablar.

—... Cómo mi viejo padre dolía decir: ¡adelante!—

Zoë puso los ojos en blanco, pero comprendió que no podía librarse de Grover. Las cazadoras cargaron con sus petates y arcos, y se encaminaron hacia las cabañas. Antes de seguirlas, Bianca se acercó a su hermano y le susurró algo al oído, pero Nico frunció el entrecejo y se volvió.

—¡Cuidaos guapas!— les gritó a las cazadoras. Sonrió en dirección a Melody. Era una sonrisa tan genuina que provocó que Melody sintiera varias mariposas pulular salvajemente dentro de su estómago —¡Mel, preciosa!—

Melody trato de recordar cómo respirar adecuadamente cuando tuvo Apolo enfrente de ella. Levantó un poco su cabeza para apreciar mejor aquellos ojos azules.

—dejaste tu mochila en tu asiento, sirenita— recordó el dios con diversión.

Melody soltó una nerviosa risita. No era la primera o la última vez que dejaba algún objeto personal tirado por alguna parte y luego no se acordara de su existencia gracias a su TDAH.

—muchísimas gracias lord Apolo, acabas de convertirte en mi héroe— dramatizó Melody alegremente. Cuando ella tomó su mochila, su mano rozó con la del dios. Se sentía cálida y agradable como el sol invernal.

Siren ||¹ PJODonde viven las historias. Descúbrelo ahora