Capítulo 3: Sermón

534 51 47
                                    

-Dios mío...-Yohmei no podía creer lo que estaba escuchando, Ririchiyo bajo la cabeza de manera solemne y bebió un poco de su té, esperando con paciencia su benedicto.

-A la familia Asakura se le reconocía por su profundo amor al prójimo y por ser humildes a pesar de su posición social. Por eso querían encontrarme para asegurarse de que no hablaría de los asuntos internos de la familia. Aunque su adivinación siempre a sido poderosa, mi poder bloqueaba todos sus métodos y no lograban encontrarme, las únicas pistas que tenían eran encubiertas por mi esposo que me ayudó en todo... Pero no era necesario que me pidieran no decir algo que les perjudicará , jamás le guarde rencor a nadie y me mantuve en silencio hasta el día en que morí. Nunca haría nada que afectará a la familia que me dio tanto.- en los ojos de Ririchiyo, Yohmei podía sentir su sinceridad, pero no podía dejar de lado que ella probablemente era una seguidora de Hao y que quizás lo estaba engañando, además de que si era cierto que su poder bloqueaba todo tipo de poderes o habilidades, complicaba más las cosas, ya que no podía usar su adivinación, sin mencionar que la familia la marcó como una traicionera.

-Matamune... ¿Lo que dijo Ririchiyo es verdad?.- dijo con voz temblorosa.

-Si, cada una de sus palabras son acertadas. Ella uso uno de los hechizos que le enseñó el maestro para borrar mi memoria y manipularla, por eso, la verdadera historia jamás fue revelada, siempre fue tachada como una traidora y nadie podía decir lo contrario.- Matamune cerró los puños, ya que al haber olvidado todo, el también pensaba que lo era y durante mucho tiempo, sintió un profundo odio por Ririchiyo. Pero ahora que por fin recordó todo, no podía reclamarle nada.

-Si quiere confirmar lo de mis cicatrices.- Ririchiyo se levantó y se puso de espaldas a Yohmei y al levantarse la blusa, se podía ver en su espalda todos los cardenales de color rojo y morado que habían dejado las ramas y latigazos que había recibido.

-Dios mío... ¿Cómo es posible eso...?

Avergonzada, Ririchiyo volvió a bajarse la blusa y se acomodó la ropa de nuevo.

-Cuando mis recuerdos regresaron, mis viejas cicatrices también lo hicieron y con ello el dolor tan profundo que me causaban cada vez que recordaba lo que había sucedido... Mi debilidad, mi cobardía... las decisiones tan equivocadas que tomé, me llevaron a un profundo arrepentimiento y más sabiendo que mucha gente murió por mi culpa- apretó los puños con fuerza.- por eso vine aquí, para cumplir con la labor que me fue encomendada y cumplirla.

-Por eso dijiste que habías dudado cuando caminaste hacia el círculo de reencarnación, ¿Tenías miedo de volver a repetir los mismos errores?

-Si, más que nada tenía miedo de recordar a mi viejo yo. Después de 1000 años, había podido encontrar la paz y la iluminación, entonces me volví un espíritu superior. Verá señor Yohmei, los antiguos espíritus quieren evitar que Hao los alcance por eso me enviaron de nuevo aquí, para enfrentarme a él y esta vez vencerlo podía reencarnar cuando y donde yo quisiera, obviamente escogí nacer de nuevo en mi familia, pero cuando me imaginé de nuevo en el mundo terrenal, teniendo que sobrevivir, que llorar... y sufrir con sólo recordar mí pasado, tuve miedo y mi conciencia se dividió en dos. Kaori es la viva representación de lo que yo siempre había querido haber sido en mi vida pasada.- una lágrima cayó por su mejilla, pero ella intentó secarla de manera discreta.- al ver lo que había logrado mi reencarnación, me sentí culpable de meterla en este lío, así que selle todos mis recuerdos y mis poderes para evitar que se entrometieran con su vida. No contaba que Hao me encontrará e hiciera que mis recuerdos regresarán junto a mis cicatrices.

-La señorita Ririchiyo tenía solamente 18 años cuando se iba a casar con mi maestro, fue una época muy complicada en la que le toco vivir.- Matamune habló.- en esos tiempos, la familia Asakura era lo equivalente a la familia real, por eso eran muy minuciosos al momento de escoger la pareja de alguien de su familia y más si ese alguien se convertiría en la siguiente cabecilla de la familia. La señorita Ririchiyo, tuvo que sufrir demasiado para lograr que la aceptarán, aunque sea un poco.

Cadenas que Atan al Pasado ¡Finalizada! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora