Con sólo una sonrisa (Pablo Gavi)

La ciutat de la meva vida.

Pasé sin problemas el control de seguridad del recinto y pude ir hacia las puertas del avión, donde unos minutos más tarde pude subir.

Me tocó en la fila numero 16 con dos ancianos al lado mío y delante y detrás había gente joven, algo más mayor que yo.

Nunca había volado en avión sola, no me asustaba para nada, pero era una sensación bastante extraña.

Era un vuelo de casi cuatro horas, por lo tanto agarre mi teléfono y con el wifi del avión abrí la app de Spotify y con mis auriculares escuché música todo el vuelo.

Fue un vuelo muy tranquilos sin percance alguno.

Solo pensaba en mi familia, en lo tanto que les extrañaría y en toda la nueva vida que empezaría en Barcelona, fiesta, amigos, estudios... No podia esperar a llegar.

En un abrir y cerrar de ojos a las casi 2 de la madrugada había llegado a Barcelona.

En media hora tenia todo hecho y me dirigí a la salida del aeropuerto para agarrar un taxi.

De mi bolso rosa palo de Guess, saqué la cartera y me dirigí hasta los taxis.

-hola, bona nit, podría portar-me vosté fins a Passeig de Gràcia?- pregunté sonriendo amablemente al taxista.

-Clar que sí- dijo bajando del auto para abrirme la puerta.

-Gràcies- respondí después de aquel amable gesto.

Ya dentro del taxi, el hombre, calvo que no pasaba de los cincuenta años, me preguntó si era de Barcelona, a lo que le contesté que no y que provenía de Manchester.

El hombre se sorprendió al ver que hablaba un catalán prácticamente nativo al ser casi inglesa.

-La meva nacionalitat es espanyola, però vaig arribar a Manchester als dos anys. Des d'allà ma mare va començar parlar-me en català- comenté con cierto orgullo.

Charlamos tranquilamente hasta llegar a Passeig de Gràcia, donde tuve que hacer maravillas para encontrar mi piso.

Finalmente con una llamada a mi madre encontré el edificio y con las llaves que me dio anteriormente el propietario del inmueble unos meses antes cuando visité Barcelona, abrí la puerta cuidadosamente antes de despertar a mis nuevas compañeras de piso.

Mientras caminaba por la casa con la linterna de mi teléfono para no chocarme con nada, me di cuenta de que no había nadie ahí dentro, así que pensé que se habían ido de fiesta.

Suspiré de lo cansada que estaba y al ver mi habitación no me dio tiempo a ponerme el pijama ni de deshacer las maletas porque me había dormido.

***

Aquella mañana me levanté con cierta inquietud por conocer a mis compañeras de piso.

Miré el telefono que ayer por la noche se me olvidó cargar y tenía solamente un 20 % de batería.

Por lo tanto me levanté de la cama para cargar el teléfono y de paso mirar la hora.

11:35 AM.

Me sorprendí al ver que había dormido hasta tan tarde.

Normalmente me levantaba muy pronto y no después de las 7 AM.

No sabia con certeza si mis compañeras de piso habían llegado a casa o estaban dormido.

Así que haciendo el menor ruido posible me levanté de la cama de matrimonio que habíamos comprado en Ikea meses atrás para dirigirme lentamente a la cocina que no había tenido tiempo de ver aún en profundidad.