ellos

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Las navidades ya habían acabado y a mi familia le quedaba poco para marcharse a Manchester.

Llamé a las chicas que habían vuelto de sus ciudades, para quedar y presentarles a los chicos como habíamos acordado.

Lo hice a regañadientes, ya que no me agradaba en exceso la idea, pero al final accedí.

-Os pirais mañana por la tarde. Les he dicho a mama y papá que vamos al teatro y a dormir con las chicas- añadí.

Me abrazaron para llenarme de besos.

-Si es que eres la mejor hermana del mundo, Coco- dijeron a la vez.

-Arggh, quitaos ya, que asco- añadí.

-Llevaos una mochila y meted lo que os vayáis a poner para la fiesta-

Accedieron y procedieron a hacerlo.

-Dress casual, jeans and hoodie, to pretend that we're going to see a normal theatre-

-You're too smart, little sis, we don't know what are we gonna do without you- añadió Alexander preparándome la ropa.

-Sisisi, ya me lo agradecereis luego, ahora nos piramos- añadí agarrando la mochila donde había metido todo.

-¿A que disco vamos?- preguntó emocionado Pol.

-Al Opium, és molt famosa, sol venir gent de tot tipus i segur que us ho passeu molt bé amb els nois- añadí cerrando la puerta de la habitación que habíamos compartido por unos dias.

Asintieron y procedimos a despedirnos de mamá y papa.

-Aneu amb compta al teatre nois- añadio mi madre abrazándonos uno a uno.

-We are not going to the war mom, we are fine- añadí tranquilizandola.

-Enjoy the night, we'll call you tomorrow- dijo mi padre haciendo lo mismo que mi madre.

Salimos de la casa sin hacer mucho ruido para así no despertar a los pequeños que hacían la siesta.

Finalmente, llegamos a la parada de metro, donde nos subimops para llegar a Gràcia.

Los tres estuvimos todo el camino hablando de lo que haríamos esa noche y lo que beberiamos.

Me encantaba tener hermanos mayores que hacían todo con que tu hacías y tu nivel de confianza con ellos superaba todos los demás.

Me ayudaban en todo, desde los estudios, a beber o incluso a crear las mayores excusas para que mis padres no se enterasen de algo que había hecho.

Eran los mejores, y los apreciaba con todo corazón.

Al llegar a Gràcia,salimos del metro entre aglomeraciones de gente y conseguimos salir sin problemas.

Llegamos al piso donde se encontraban las chicas.

Toqué el timbre y alguien agarró el telefonillo.

-¿Hola?- dijo alguien que intuí que era Daniella por su voz clara, aguda y firme.

-Soy yo nena- grité con alergia.

-CHLOEEEEEEEEEE AAAAA TIAAAAASSS ES CHLOEEEE- gritó la venezolana.

Escuhé ghritos de las chicas y de repente se abrió la puerta del piso.

-Pasad- intervení para que mis hermanos me hicieran caso.

-LA Alejandra esta muy buena- dijo Alexander.

-LA blanca si que si, y la claudia, y la daniella, todas estas buensimas- argumentó pol.

Con sólo una sonrisa (Pablo Gavi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora