𝗝𝗡𝗦» ¿Le gustó a Jisoo que el encierro con su familia incluía a una persona que la ponía nerviosa como ninguna otra? ¡No!
¿Iba a cambiar de opinión? Absolutamente no, de ninguna manera, o... ¿tal vez?
→ 𝐃𝐚𝐭𝐨𝐬;
❀; | Versátiles¡!
→ (Créditos...
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Jennie estaba afuera en el jardín de rodillas en la tierra, con las manos enguantadas arrancando las malas hierbas, un sombrero de jardinería de ala ancha sentado cómodamente en su cabeza y su cabello recogido en una coleta baja.
Era uno de sus lugares favoritos en la casa Kim.
¿Una razón? Simple. Era uno de los pocos lugares donde los chicos la dejaban sola, los otros lugares eran la biblioteca y su dormitorio. ¿Y la otra razón? Era que disfrutaba mucho de la paz que acompañaba al trabajo al aire libre. Aunque el clima era algo a lo que todavía no estaba acostumbrada, estar al sol cuidando un jardín era terapéutico.
Suspirando, se sentó sobre sus talones y se secó la frente con el antebrazo. Como solía pasar cuando estaba sola y tenía tiempo para pensar, le vino a la mente cierta persona de cabellera rubia.
Como si el destino hubiera escuchado sus pensamientos, Jennie escuchó una puerta abrirse y cerrarse, observando a Jisoo caminar rápidamente en dirección al bosque cercano a la casa, sin ni una mirada en su dirección a pesar de que Jennie estaba segura que la rubia sabía que ella se encontraba allí.
Jisoo solía pasear por el bosque y, durante una fracción de segundo, Jennie estuvo tentada de seguirla. Era un lugar que Jennie todavía tenía que explorar, aquel bosque relativamente grande en la finca Kim. Si bien la casa parecía de campo, también simulaba ser un hogar de aquellos que se ven en películas, completamente intrigante y antiguo. De piedra con enredaderas y un bosque que tentaba explorarlo. Tan grande que había ciervos.
Jennie tenía curiosidad y quería conocerlo, pero no quería entrar sola y prefería no preguntarle a Jongin ni a los otros mayores.
La castaña suspiró, recostándose y dejando que Jisoo tuviera su tiempo a solas.
Era lo mínimo que podía hacer, ya que esencialmente se había apoderado de todos los demás lugares de la mujer y la había cabreado con aquella broma para aliviar el estrés de la mañana; donde Jennie la pasó sola en la biblioteca, almorzando tranquilamente en la cocina y luego saliendo al jardín.
No estaba muy segura de lo que había estado pensando cuando aceptó quedarse con los Kim.
Bueno, tal vez sí sabía.
Aún así, ella casi dijo que no, preocupada de que pudiera enviar una señal incorrecta a Jongin. Ella le había dejado claro que no le agradaba de esa manera y no quería darle falsas esperanzas. Pero había ciertas posibilidades a las que se había rendido y esas posibilidades estaban de vuelta sobre la mesa cuando Jongin soltó dicha invitación.
Cuando Jennie se mudó a Corea para su programa de posgrado, sabía que iba a ser diferente y, sin embargo, todavía estaba sorprendida por la soledad. Era difícil hacer amigos, no es que fuera muy buena para empezar, pero tenía algunos amigos cercanos de su edad en la licenciatura y extrañaba ese tipo de camaradería.
