Three Virgins [Changlix]

XXXI

Toda la historia será narrada por la escritora.

Bajó del taxi y entró a la casa usando la llave, Rosa se acercó emocionada dándole un abrazo e invitándolo a comer unos waffles recién hechos con crema batida.

"Gracias", le sonrió. "¿También comiste tú?", Rosa asintió. "Me alegro", la mujer se retiró y Felix tomó su móvil para llamar a ChangBin.

"¿Bin?", metió una porción del waffle a su boca.

"¿Si? ¿Llegaste?", preguntó. Felix tardó en responder pero pudo oír perfectamente como disfrutaba lo que estaba haciendo. "¿Estás comiendo?", sonrió poniéndose de pie.

"Si, Rosa me preparó unos deliciosos waffles", sonrió. "Ya estoy en tu casa", terminó de decir.

"Provecho. No tardo", colgó. Felix suspiró recargando su rostro en su mano, Rosa lo observaba de lejos preocupada por su estado de ánimo, él siempre es alegre.

Escuchó la puerta de la cochera y corrió a abrirle la puerta a ChangBin. "Que bueno que llegas, hijo. Felix no está bien", la sonrisa del pelinegro se vió afectada.

"¿Dónde está?", pregunta aflojando su corbata. Rosa le señala la cocina dónde camina y lo encuentra comiendo de a poco. "Lix", se acercó sentándose a su lado luego de dejarle un beso en la frente.

"Hola", sonrió y lo abrazó dejando un besito en su mejilla. "¿Cómo te fue en el trabajo?", preguntó acercando la lata que contenía crema batida.

"Bien", le miró con una sonrisa, pero era cierto, Felix no estaba bien. "¿Ocurrió algo?", Felix le miró. "¿Si?", se acercó un poco más a él.

"Es que", presionó el botón para que la crema batida saliera pero esta no lo hizo. "Al ir con mi mamá, me di cuenta de que ahora ella está trabajando, también Piper, y HyunJin está en el consultorio todo el día", se colocó el frasco justo en el rostro y estaba por presionar con todas sus pocas fuerzas. "Winnie siempre está solito en la casa", terminó de decir.

"¿Y por qué no lo traes a casa?", preguntó quitándole la lata y colocando él mismo la crema en los waffles.

"Gracias", le sonrió. "Porque en casa todos los pasillos están llenos de puff. Winnie no podrá correr o siquiera caminar", ofreció de sus waffles al mayor.

"No me refería a esa casa, sino a esta", el pecoso se sorprendió. "Winnie no estará solo si se queda aquí, contigo", metió una porción a su boca mientras le guiñaba.

"¿Estás hablando en serio?", ChangBin asintió mientras masticaba con la boca cerrada. "¿En serio?", sonrió.

"Por supuesto. Mañana mismo iremos por él", Felix sonrió aún más. "Ya no estés triste, cielo", levantó el mentón del rubio que le sonrió. Rosa se acercó con una sonrisa al ver que Felix ya estaba mucho mejor.

"¿Quieren de cenar?", el pecoso terminó el último bocado y asintió poniéndose de pie. "Yo lo prepararé", estaba por retirarse pero los dos chicos negaron.

"No te preocupes, nosotros lo haremos", bebió del café que tenía a un lado. Felix le miró.

"¿Aprendiste algo de cocina?", Rosa comenzó a retirarse, ChangBin rió y asintió. "¿De verdad lo hiciste?", se emocionó.

"Claro, prometí hacerlo", se levantó también caminando hacia la cocina. "Me ayudó una chef profesional junto a Rosa", el rubio no podía creer lo que estaba escuchando.

"¿Cocinas mejor?", lo miró dudar y soltó una leve risa. "Estaré ayudándote", admite lavando sus manos y sintiendo la presencia del pelinegro tras él.

"Sé que lo que te tiene así no es Winnie", el menor iba a hablar. "Pero está bien", calmó mirando la piel del rubio erizarse. "Habrá tiempo para que me cuentes", se alejó.

"Bin..." le miró nervioso.

"No, no", negó con las manos en los bolsillos. "Está bien", Felix se mordió el labio pensativo, hablarle sobre el verdadero problema sería algo que pondría en vergüenza a su hermana.

ChangBin observó su nerviosismo y se acercó una vez más para animarlo. "Es algo que no sé cómo lo tomarás", le miró asustado.

"Tranquilo, no estoy pidiendo explicaciones porque no tengo derecho a obligarte", el pecoso lo abrazó. "No estés asustado ni apresurado a contarme", aceptó el abrazo luego de besar su frente.

Las cosas se calmaron y pronto comenzaron a cocinar, ChangBin ayudando en lo que podía al pecoso que ya se le veía mucho mejor. Olía delicioso.

"¿Cómo va el caso de Mateo?", preguntó con calma mientras buscaba los platos para servir.

"Bastante bien, pedí acelerarlo en cuanto me di cuenta de que vivía de eso y que ya había víctimas", explica.

"Menos mal", dice entregando el plato, pronto comenzaron a comer y en cuanto terminaron decidieron salir al patio, el viento hacía un excelente trabajo.

El mayor estaba leyendo un libro igual que su pareja, sin embargo él estaba pasando la información a su portátil. Había un silencio bastante agradable.

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Faltaba un día para entregar el proyecto y Felix podía decir que fue salvado por la campana cuando Valentina apareció en casa.

"¿Qué haces aquí?", se sorprendió al ver al pecoso en casa de su amigo.

"¡Qué bueno que apareciste! Mira, me falta poco para terminar, dame la parte de tu investigación", Valentina aún desconfiada sacó de su bolso la carpeta que le entregó al pecoso.

"Busqué como lo habíamos acordado", argumenta y Felix sonríe completo. "Pero ya en serio, ¿Qué haces aquí?", a penas terminó de hablar antes de que el cachorro llegara y se colocara alado del pecoso en espera de ChangBin. "¿Un cachorro?"

"Si, es mío, se llama Winnie y se pone así cuando ChangBin se acerca a casa", miró el reloj. "No debe tardar"

"¿Qué...?"

"Si, hace unos días ChangBin y yo decidimos conocernos mucho mejor y bueno, ahora somos pareja", Valentina abrió sus ojos con sorpresa jalando el enorme hoodie del menor hasta llegar a la sala.

"¿Estás hablando en serio?", Felix sonrió asintiendo. "No puedo creerlo, estoy realmente sorprendida", admitió.

"Tú... ¿Estás molesta conmigo? ¿Puedo saber la razón?"

"No estoy molesta, antes si porque estabas saliendo con el hermano de JiSung y aún así te comías a mi amigo con la mirada", el menor se sonrojó. "Pero ahora sólo te pido que cuides de él, conoces la historia y no te perdonaría si le haces daño"

"No tienes de que preocuparte con Felix a su lado, Valentina", llegó Rosa con una sonrisa encantadora.