Capítulo VII

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Al final me dio COVID a mi también, pero sigo viva 🙌

***

Gratien despertó sintiendo su cuerpo arder, casi como si se estuviera quemando. Su piel sensible hasta él punto de sentir molesta la simple fricción con la sábana. La molestía lo hacía querer enrollarse en posición fetal y a la vez no querer moverse. Se sentía vacío y solo, necesitaba ser llenado, el deseo era tan intenso que quería gritar. Pero mientras se movía su cuerpo dolió un poco, su cintura y trasero dolían, y el olor de un Alfa que conocía muy bien inundó los pocos sentidos que le quedaban.

Se giró para ver a Mathieu durmiendo a su lado, un ronquido se escapaba de vez en cuando por su boca ligeramente entreabierta, Gratien sonrió como un bobo mientras acariciaba su rostro, olvidando todas sus molestias porque estaba feliz de verlo allí. 

Sus sentidos estaban dispersos, su mente nublada por el calor de celo. Lo único que se repetía en su mente era un pensamiento que lo aliviaba: "Mathieu está aquí, Mi Alfa me ayudará"

El olor era delicioso, calmando un poco su desesperación; podía oler no sólo al Alfa, también la mezcla de sus aromas, dulce y picante juntos, combinaban y le encantaba. 

Se movió con cuidado, bajando la mirada por el cuerpo de su Alfa, acariciando con las punta de sus dedos los músculos de Mathieu, su mente completamente nublada seguía repitiendo pensamientos que lograban calmarlo "Mío, es mío, todo él es mío" Era su voz Omega, satisfecha por el Alfa que lo complacía. 

Había algo más allí, una voz que sonaba muy suave y algo decepcionada, parecía quería decir "No lo es, no es nuestro" pero la desechó rápidamente. Lo hacía sentir triste, no quería escucharla. 

Gateó hasta ponerse cerca de las piernas del alfa. Mirando con lujuria la ingle, tenía puesto un boxer, y su lado Omega gruñó ante la tela, ofendido de ser privado de la vista; aunque no lograban ocultar mucho, la tela moldeaba el bulto de buena forma. Deslizó la ropa lentamente hacía abajo, lo suficiente para soltar el miembro del Alfa que escapó ya medio erecto y balanceándose ante su vista. 

Tragó con miedo de babear, su garganta ardía, quería tanto eso dentro de él. Una mirada rápida le demostró que Mathieu seguía durmiendo, lamiendo sus labios con lentitud, bajó la cabeza y dio una suave lamida.

Ahogó un gemido ante el sabor, y adoro ver como ese miembro se agrandaba por su lengua. El olor y sabor inundando sus sentidos haciéndolo jadear y desear más. 

Si antes había tenido poco juicio, este había volado por la ventana en el momento que dio esa primera lamida. 

Podía sentir como su mandíbula iba a doler por intentar encajar esa longitud allí dentro. El dolor de su cuerpo era un buen indicador, pero era bienvenido, lo necesitaba. Así que sin importarle eso, abrió su boca sobre la punta y succionó. 

A los pocos segundos había una mano en su cabeza, Gratien tarareó satisfecho, esa mano podía agarrar su cabello y obligarlo a llevarlo profundo, jodiendo su boca sin compasión y estaría bien. Quería eso. Sintió su cuerpo lubricandose por solo imaginarlo, su propio miembro ya erecto se contrajo excitado. 

— ¿Gratien? Dios, tu boca…. ah…— Gimió y la mano se movió dudando, sin saber si apoyarlo o apartarlo, al final solo se quedó allí, como temiendo tocarlo. 

— Por favor, quiero probarlo— Se apartó lo justo y necesario para hablar, rozando su lengua y respirando sobre él pene del Alfa, cada vez más duro. Su mente diciéndole lo bien que se sentiría cuando lo llenara. 

— Mierda, puedes hacer lo que quieras, bebé.

— Entonces… ¿Puedes tirarme el cabello para ir más profundo?

Alfa estéril Donde viven las historias. Descúbrelo ahora