Gratien seguía dormido cuando Mathieu despertó. Parecía estar incómodo, moviéndose inquieto en su sueño. Tenía una gruesa capa de sudor que estaba humedeciendo su ropa, un intento desesperado de su cuerpo por enfrentar su alta temperatura.
Mathieu dejó salir sus feromonas con cuidado, intentando calmarlo, y pareció funcionar un poco. Gratien seguía con fiebre, pero dejó de moverse.
Intentando no despertar al Omega a su lado, repasó un poco más lo que había leído mirando su celular. Había investigado mucho, entre post y foros para darse cuenta que ayudar en un celo era un concepto muy vago, variaba de Omega en Omega qué necesidades tenían en sus ciclos. Lo que más se aclaraba siempre era qué no era solo sexo. Incluso si era algo importante, la mayoría de las veces los Omegas necesitan más cuidado que solo ser follados.
Se sentía un poco culpable.
Ahora estaba buscando preocupado solo porque era Gratien quien le había pedido ser su pareja de celo. Antes de esto veía el celo cómo el momento en que un Omega pasaba excitado. No le interesaba entender más, menos quería cuidarlos más allá del sexo. Necesitó tener un Omega, que quería, para recién interesarse en entender más de sus ciclos ¿Qué decía eso de él? Seguramente nada bueno.
Dejó el celular a un lado, dejando ir la culpa. No era el momento de remordimientos, ya habría tiempo de compensar y ser mejor persona.
Palpó la frente de Gratien y estaba alarmantemente caliente.
Gratien se quedaba en casa en sus celos, pero pasaba la mayor parte del tiempo encerrado y él no había querido inmiscuirse, así que ignoraba totalmente como pasaba sus celos y si esto era normal.
Había estado seguro de que Gratien había tomado sus supresores, pero su fiebre actual y el cómo se había comportado hace un rato cuando supo que los chicos no estaban, lo hacía dudar y preocuparse.
Decidido, se levantó e intentó despertar a Gratien para que tomara algún medicamento y se diera un baño de tina, pero fue inutil. Ya sea por la fiebre o el cansancio mismo del celo, estaba profundamente dormido.
Dudó un segundo si era mejor un paño remojado en agua helada o un baño de tina. Y viendo que hasta la sábana estaba un poco húmedas por el sudor de Gratien, se decidió y fue a llenar la tina con agua tibia antes de volver a buscarlo.
Necesitaba desvestirlo y se sentía mal hacerlo sin permiso, pero era lo mejor.
— Lo siento, Gatito, es por tu bien.
Si tuvo que repetir algunas tablas de multiplicar mientras lo desvestía, nadie lo sabría. Y si su mirada tardó un poco más en ciertas zonas, no había testigos.
Cuando sintió que el cuerpo ya no ardía tanto, lo sacó de la tina, lo secó con cuidado y vistió.
No pudo evitar pensamientos sobre lo atractivo que era Gratien, o lo tentadora que se veía su piel, pero no perdió contra su voluntad y fue cuidadoso en mantener sus manos trabajando solo tocando lo justo y necesario.
Si le permitían decirlo, merecía una maldita medalla. Su autocontrol pendía de un hilo con el aroma dulce fluyendo intensamente, despertando sus instintos más bajos, pero aquí estaba, conteniendose. Se negaba a insistir o tomar más de lo que Gratien le permitía y con él en este estado no podía hacer nada.
De regresó a la cama, cambió la sábanas que se habían humedecido por el sudor y aseguró el cubre colchón, solo por si acaso.
Gratien aún no despertaba, pero respiraba más estable y parecía mucho más cómodo. Aún con una temperatura alta, pero mucho más tolerable.
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Alfa estéril
Historia CortaMathieu es un Alfa con una condición especial, es estéril. Ya ha sido rechazado demasiado por eso, así que ahora es un secreto. Se ha rendido completamente en el amor porque nadie quiere un compromiso con un Alfa como él. Gratien, el amigo Omega del...