Epilogo.- Fin del cuento

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Todo cuento tiene final, al igual que este, bueno final final no existe, ya que aun es una experiencia latente.

Bien, no hay que salirse del rollo, por lo que al rollo volvemos.

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Luego de aquella deslumbrante guerra de luces, apareció un niño, de exactamente 6 años, tal cual era antes de todo, antes de que dejara que el pesar entre a su pequeña alma.

Un muy confundido oji-amatista miraba un lado a otro. De repente todo se había hecho mas grande y el tan pequeño, lo curioso es que conservaba todos aquellos dones que logro formar durante su vida, e incluso recuerdos básicos de lo que ha hecho.

Pero ese pesar con el que ha cargado, se ha desvanecido y su conciencia dejo de ser cegada por el resentimiento, llenándose de la pureza de la infancia retomada, arrepintiéndose en el acto por todo lo que hizo.

Ya fue perdonado, aunque no lo sepa.

Su mirada se centra en dos cuerpos tendidos en el suelo, parecen medio muertos, pero sujetos de la mano, simbolizando la unión sublime después de incluso la muerte.

Fue gracias a ese par que ahora siente vida por sus venas, ese par que pese al encierro de aprox. 30 años (tiempo mágico) que uno de ellos tuvo y el otro que vivió alejado de la magia a la cual pertenecía y formaba parte de una leyenda. 

Al final pudieron derrotarle, tal cual se predijo.

Ya no hay mas tratos con el demonio, por fin ha despertado y ha asumido que su familia no va a volver de la muerte y eso no es malo, solo significa que le seguirán guiando desde donde sea que se encuentren, unas estrellas en el cielo, o las mas blancas nubes en el día, en las olas de lar o en el nevado de las montañas, en donde sea.

Se acerca a paso ligero con una expresión de agradecimiento eterno...

Y por primera vez, aquel par de ojos que en la antigüedad lo condenaron, ahora demuestran un brillo inexplicable, ese morado brillante, intenso y vivo.

Y esta vez en vez de matar, se activan para curar.

Deposita una mano en cada pecho de manera inconsciente y cierra los ojos.

Para cuando los abre, ambos le observan como queriendo decirle "estamos bien" mientras se sientan de nuevo y lo abrazan protectora y cariñosamente.

Tal vez sus padres también estén en ellos. Porque por ese instante ha sentido ese calor en su pecho: El calor del verdadero hogar.

¿Qué les parece el cuento?

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- Abuelita... ¿Por qué hablas de ti misma como si fueras otra persona?- pregunta un pequeño de 5 años con curiosidad

- Es que nos esta contando un cuento, y ella es la narradora- le explica su hermano mayor de 7 años- aunque igual es medio raro- admite

Ambos niños asienten en señal de estar de acuerdo.

- Abue Umay, ya no es necesario que uses la tercera persona- comenta uno de ellos

El otro se encuen- bien bien ya no lo usare mas

- Los personajes tienen los nombres de nuestros papás, de tío Lumen, el tuyo y Faktum- reflexiona el mayor- fue una buena historia

Una "ninfa" especial (MenChara)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora