Capítulo 11

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LAS ARDLAYS

Confesiones
-A la mañana siguiente, Albert observó a Candy que lucía un rostro desencajado y preocupado, no se había arreglado estaba en pijama y de sus ojos amenazaban con derramar un par de lágrimas y se ánimo a preguntar.

-Amor, ¿Qué tienes?, ¿qué está pasando?.

-su joven esposa no contestaba y miraba el desayuno y comenzó a llorar.

-¡Por favor!, Candy no llores, ¿acaso no sabes qué eres mucho más linda cuándo ríes, que cuando lloras?.

-La rubia, ya no pudo más y contestó, -Albert, ¿y si no puedo tener hijos me seguirás amando?.

-Albert tomó su mano, buscando tranquilizarla, se paró de la mesa, ayudó a levantarse de su asiento y la abrazó protegiéndola y le dijó:
-Candy, yo no me case contigo para hacerte una fábrica de reproducción, me case contigo para que fueras mi compañera de vida, mi compañera de viaje, ahora bien, recuerda que hace mucho tiempo te dije que quería adoptar niños que necesiten ser amados, ahora cuéntame ¿qué pasó?.

-Candy le contó lo que le dijó la ginecóloga.

-Albert, respondió: -Muy bien, esto es lo que haremos juntos iremos a hacernos esos estudios, sea lo que este ocurriendo, lo haremos juntos y lograremos superar todo sea lo que sea, somos un gran equipo y en esto estamos juntos.

-Ahora, descanza quédate en casa, mientras yo haré una cita en los mejores laboratorios, buscaremos una segunda opinión, cancelaré la agenda de mañana ¿me oíste?, esto no sólo se trata de ti, se trata de mi, de nosotros, si te pasa algo más grave, yo me muero, le decía El magnate que le daba un beso en la frente, dándole el apoyo, y la fuerza necesaria para continuar.

-Candy, le sonrió y cuándo su esposo salía del Pent-house, ella ya mucho más tranquila, investigaba todo lo referente a problemas de la matriz, también miraba los trámites de adopción y diferentes sitios, al ver rostros de muchos niños que necesitaban amor, se sintió más tranquila al saber que ella podía hacer feliz a varios y regresar les un poco de lo que ella había recibido. Ahora su problema residía en Elroy que de seguro haría un comentario cruel, ella recordaba, lo que lucharon para que respetará su desicion de contraer nupcias.

Recordó aquel día, en que ella entró a trabajar a la Mansión de los Ardlays, ella era un sirvienta, que estudiaba la Universidad nocturna y de día trabajaba haciendo las labores de limpieza, recordó cuándo estaba limpiando los vidrios de aquella recámara y lo vío ahí frente a ella, el un dios griego con el torso desnudo y su pantalón de seda, ella luchando para no caer, el la observó con preocupación y les pidió a los demás empleados, que no la pusieran a realizar ese tipo de trabajos, y le pidió a Jimmy el mayordomo que esa chica solo se dedicará a él, y sí fue amor a primera vista de ambos.

Después ella se desapareció al ser despedida por Elroy, al saber de ese tipo de cercanía, pidió a George buscarla y la encontró, trabajando en la boutique de su sobrino y empezó a cortejarla, y a apoyarla en sus estudios.

Se sentía tan afortunada de tenerlo en su vida.

-Mientras tanto Albert, llamaba a 2 laboratorios y a kas mejores especialistas, para que atendieran a su mujer, si esa noticia lo había descolocado en un principio, ¡No podía ser cáncer!, y se dijo así mismo que estaban a tiempo y que él lucharía por que estuviera bien.

Él recordó cómo su Tía Abuela Grey Ardlay, había fallecido de Cáncer cervico uterino y como su padre, estaba consternado, y preocupado, y empezó a cuestionarse demasiadas cosas, el tiempo se hizo realmente corto, y cuándo el quiso acordar el chófer abría la puerta de la camioneta Lobo, el había llegado al conglomerado comercial.

Continuará

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