Capítulo 17

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Las Ardlays

El regreso de Lane,
-Antes de qué entrará Lane al despacho, Janice acomodó estratégicamente su diminuta ropa interior y escribió rápidamente una nota, y sonrió traviesa, sí en su mente recordaba qué por ser la más pequeña de los hermanos nunca le pusieron límites.

Recordó qué cuándo conoció a su primer y gran único amor Joseph Cornwell, no se habían cuidado, ella se embarazo a los 14, y el tenía 18 años, era tanto su amor de la pareja que defendieron su amor frente a todos,  cuando ella tuvo 18 años recién aliviada de Archi, su esposo moría tras el atentado del 11 de Septiembre 2001.

George él gran amigo de la joven pareja la acompañaba, era tanto su amor hacia Joseph, qué intento quitarse la vida, no tenía sentido sin él, así qué George la acompañaba y dejó un poco de lado a Rose.

-Janice, cuando supo de aquel distanciamiento, quiso hablar con Rose, su hermana les dijo que la habían engañado y apuro los trámites para aceptar a Vicent, quién era un hombre rubio guapo y enigmático pero qué no amaba.

Tras escuchar el anuncio de su boda de Rose, George cayó en depresión y el en un arranque despyes de dos largos años  sumidos en el alcohol, le propuso a Janice matrimonio ellos juraron hacerse compañía  y en cuánto encontrarán a alguien más se separarían sin problemas.

Lane, entró a la oficina y vio a Janice que se levantó de su asiento y fue a su encuentro Lane aprovechó y preguntó -¿Y archi?.

-¿Tú sobrino? Pues bien, resulta que quiere vivir su vida hacer realidad su sueño, respondía Janice, ¿Dime a qué se debe el honor de tú visita?.

-Pues vine a pedir una serie de donativos  para los comedores humanitarios, vine a ver a William, pero me dijeron que no estaba, pase a ver  a Rose, qué dicen que llegará  más tarde, por eso vine contigo. Respondía Lane.

-¿o sea qué yo soy tú última opción?. Le decía con una sonrisa Janice.

-La monja le dijó, es qué a ti te quería ver al último por qué te traje esto, por qué eres la única qué aprecia lo qué hago, y saco varias botellas de Rompope.

Janice le dijó, -¡oye qué rico!, si quieres, armamos un negocio y les cae dinero directo, sin esperar a qué les den donativos, dejo 1 botella aquí, y las demás me las llevo a casa. -Por cierto querida hermanita, le dijo abrazándola, te tengo que contar muchas cosas que han sucedido, deja le d una nota a mi asistente y nos vamos a casa.

Al dejar la nota en el escritorio de su asistente, esté la tomó y la leyó:
-Tom, ¡Por favor! Me urge, que archives unos documentos importantes que están en el primer cajón de mi escritorio del lado derecho.
-¡Hasta mañana!.

Tom Stevenson después de una hora de hacer pendientes, entró al despacho y abrio el cajón esperando ver los documentos y sólo encontró la prenda de encaje, y él no era de piedra, era un hombre con deseos carnales, así qué la tomó y la olió, tuvo deseos de masturbarse con ella, pero tuvo miedo de quevlo encontrarán en una situación por demás incómoda, después procedió y la acomodó y  la deposito de nuevo en su lugar  y cerró el cajón con llave.

- Mientras tanto Janice en el auto, puso al tanto rápidamente a Lane de la situación de Sarah, de Vicent, de Candy y Albert, de Elroy, de  sus hijos y Susana.

Y Lane le preguntó, mientras encendía, un cigarrillo, ¿Y tú como estás?.

Janice, la miró y supo a lo qué Lane se refería, y le contestó, -Yo estoy bien, disfrutando el poco tiempo qué me queda de vida Lane, ¡Quiero vivir!, lo qué me negué a vivir durante años, se qué encontraré a mi Joseph y seremos felices.

Lane, tomó su mano y le dijó llora mi dulce niña, yo estaré aquí a tu lado cuidándote.

-¿Qué quieres decir?, cuestionó Janice.

-Que renuncie a mis hábitos, no tengo dónde vivir, yo tengo el comedor comunitario, pero ya no soy monja.

-¿Por qué? preguntó su interlocutora.

-Por qué vi a un sacerdote querer abusar sexualmente  de un niño y yo lo denuncie, y los de la congregación me hecharon.

-La señora de los ojos bonitos le dijo no te preocupes me tienes a mí vivirás conmigo, juntas haremos lo qué tú tanto deseas.

Para Lane, no paso desapercibido esa pequeña hemorragia de sangre que salía de oreja y nariz, y preguntó -¿en serio estas bien?-

Y Janice asintió.

Lane recordó  que su madre había muerto por un tumor cerebral, y después qué falleció, su padre se había suicidado, y todo lo hicieron ver como un accidente.

Ahora era su deber cuidar a sus hermanos y apoyarlos.

Continuará

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