Capítulo 31

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Las Ardlays

-LAS REGLAS DEL JUEGO
Aquel departamento del Magnolia estaba en el quinto piso, tenían qué subir las escaleras pues aquel viejo edificio, no tenía elevador.

Elroy se quejaba y Albert sonreía de manera traviesa, al llegar al departamento y al abrir la puerta Elroy miró asustada.

-Albert de inmediato la llevo a su cuarto, le mostró su recámara era una cama individual, Elroy le dijó: -Yo no puedo dormir en este lugar.

-Albert le contestó: No es de qué quieras Tía, es lo qué hay, puedes acomodar tus cosas como desees, te estaré esperando a qué vengas a cenar  con nosotros, te comentó, aquí habrá reglas qué tendrás qué seguir. Acto seguido salió de su recámara y fue al comedor sacó su laptop y se puso a revisar algunos documentos.

Mientras revisaba cierta información llegaba su esposa, qué le daba noticias positivas.

-Albert, desde mañana entró a trabajar, te avisó no podré hacerme cargo de algunas cosas de la casa, por que tomé el tiempo completo, habrá  más dinero y podremos pagar el alquiler y comprar la despensa de la casa, mencionaba Candy.

-Albert, la miró y le dío las Gracias por ayudarlo y ka abrazó y le dijó será por poco tiempo,así qué no te preocupes yo me haré cargo de los asuntos de la casa y ya sabes Elroy tendrá qué cooperar.

-¿cómo lo tomó? Preguntaba su rubia.

-Mal, pero no le queda de otra, bueno ya sabes, no la quiero dejar en manos de Lane, qué esta dispuesta a hacer justicia por mano propia.

-Su esposa preguntó ¿sabes algo de Rose?.

-Él movió negativamente su rostro, seguramente se fue a Miami con Anthony, y le dijó a partir de mañana, este será el centro de operaciones de mis futuros proyectos.

-Mañana ocupará George y Eliza el departamento del primer piso.

-De pronto fueron interrumpidos por la alarma de su dispositivo móvil, se sorprendió  al recibir la llamada de Michael Sanders, qué pedía una reunión con él de forma urgente, quedaron de verse a la mañana siguiente en el despacho de su colega.

Al atardecer la pareja preparaba la cena, Albert llamaba a Elroy, para qué los acompañará, ella salió de su cuarto y al ver aquella mesa se negó a tomar asiento.

-Albert le dijo: Bueno, está bien, ya qué no quieres cenar puede ir a su recámara, le recuerdo esto no es buffet, es lo qué hay.

-La anciana miró a Candy señalandola  y acusándola le dijo: ¡Tú tienes la culpa!.

-Albert golpeó la mesa y gritó -¡Basta Elroy!, aquí la única culpable eres tú, qué firmaste el poder a Raymund sobre las empresas del Clan, no creas qué no se qué es tu hijo bastardo, qué tuviste con el asesino de mi Padre. Encima lo defiendes, -¡Claro qué lo vas a poner encima de mí!, robaste las empresas de mi Padre para dárselas a tu hijo.

-Candy, trataba de calmarlo, al ver su rostro, supo qué era inútil tratar de detenerlo.

-,Ya le dijiste a Lane qué su hija está viva?, y qué esta más cerca qué nunca de ella, ¿cómo crees qué lo tomará ella?, nada bien verdad, George me ha pedido qué le diga a Eliza la verdad, que es producto de la violacion qué le infringio tu esposo a mi hermana.

-Así qué tu no estás en posición de exigir, aquí  harás lo qué yo te diga ¿esta claro?.

Elroy miraba al piso

-Albert, le habló fuerte -¿me escuchaste lo qué te acabo de decir?.

-Elroy asintió.

Y Albert, todavía enojado le dijó mañana empezarás a cooperar conmigo, yo prepararé el desayuno tu lavaras los platos, barreras la instancia, tiraras la basura, aquí el qué no coopera en está casa no come, ¿Está claro?.

Elroy respondió -Si, mirándolo con furia, pero cuando venga mi hijo por mí, me las pagarás todas juntas.

-Y Albert se hecho a reír.

-¡Ay!, Elroy tú sí qué eres bastante ingenua, tú crees qué si le importaras a tu hijo, te hubiera dejado aquí, date cuenta a él, tú le importas un pepino.

-Elroy, lo abofeteo.

Y Candy, le pidió a Elroy qué se fuera a su recámara.

Continuará

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