Capítulo 38

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Las Ardlays

LA REVELACIÓN
- Rose quiso hablar con sus hermanas, y Lane le dijo tal cual,

-¡Mira Rose!, hay cosas que no están bien tu forma de actuar deja mucho que desear, será mejor que empiezas de cero, en otro lugar, le contestaba Lane.

-Rose, observó a su interlocutora y le preguntó  -¿Porqué a mí no me puedes perdonar?, ¿Por qué todas son perfectas ante tus ojos y a mi me juzgas?, ellas también te han mentido, pero a ellas a diferencia de mi las tienes en un altar.

Lane trato de calmarla.

-¡Me importa una reverenda miércoles!, tener que calmarme.

-Sarah, bajaba de las escaleras y preguntó: ¿Rose, estas bien?, tranquilízate, ahora te hago un te de tila, pero Cálmate ¡por favor!.

Lane la miró, y le habló  es mejor qué te tranquilices y te vayas, sabes bien que Sarah, no puede recibir noticias fuertes.

Y Rose le decía, lo siento Lane, por no cumplir tus deseos, ¿pero sabes que sucede? Que yo no me voy de aquí hasta que no salga la verdad a la luz, por lo pronto llama a Albert, y te aviso una cosa también llama a Janice.

-Estoy harta de aparentar ser una familia perfecta cuándo  no lo somos, yo no me voy de aquí hasta que no se sepa toda la verdad.

Lane la cuestionó ¿de que verdad hablas?.

-¿Acaso no te han dicho que tu hija está  viva?, le preguntó  Rose.

-Lane la miró,  en ese instante aparecía Sarah, con la taza de Té, se lo dío a Rose, para que se lo tomará, en ese instante lo aventó al piso. Y apareció, Eliza en el umbral, de aquella residencia.

-Lane, le inquirió ¿dónde está mi hija?, ¿porqué  hasta ahora me lo dices?, ¿Qué carajos está pasando?.

-Sarah, la miraba horrorizada.

Y Rose les dijo, hasta que no estén George y Albert hablaré, así  que más les vale qué ellos vengan, para aclarar todo.

Sarah, no entendía nada y llamaba a Albert, y Eliza a George exigiéndole su presencia,

Cuando llegaron ambos caballeros y la miraron, sabían qué aquello explotaría y no de buena manera.

-Rose miró a Albert y le dijo ¿o lo dices tú o lo digo yo?, George abrazo a Eliza y le pidió salir de aquel lugar.

-Rose lo miró y le dijo, porqué la sacas si lo qué tengo qué decir le concierne a ella.

-¡Ya cállate Rose!, qué  tú vida sea una mierda, no te da derecho a que destruyas la vida de todos, esta embarazada. Decía Albert furioso.

-¡Ay hermanito!, se me olvidaba que eras " tan protector" y se hecho a reír.

-George iba a salir del lugar con Eliza en brazos cuando de repente Rose le dijo:

-Lane tu hija es Eliza, ¡Sí!, así cómo lo escuchas, Sarah, perdió su hija al nacer, como no querían que se supiera, que tú estabas embarazada,intercambiaron las niñas y Elroy dio la orden de dejárselo a Sarah, Albert, sabía, todos sabíamos hasta tu querida y amada Janice.

-Sarah, de la impresión se desmayaba y Albert, alcanzo a sostenerla, la miró y habló  -¡Muy bien!, Rose lo lograste ya estarás muy contenta.

Eliza, se empezó a sentir mal, y miró a George al qué le dijo -¡No me toques!, todos sabían y decidieron callarse la boca.

-Albert, miró  a Lane y le dijó yo estaba lejos, tu decidiste entrar al convento, cuándo se lo quisimos revelar Sarah, estaba enamorada de tu hija, nunca pensamos en hacerte daño.

-¡Pero lo hiciste! Respondió su hermana entre lágrimas.

-Rose soltó una sonora carcajada.

Albert, se paró y le dijó-Si vamos a hablar verdades, lo haremos, tu seduciste a Raymund Leegans, firmaste papeles de las empresas de nuestro padre a su nombre, ¿creíste qué no me daría cuenta?, para mi eras mi hermana, hoy ya no lo eres.

-Vamos al hospital, Eliza y Sarah, no están bien, miró hacia  Lane y preguntó ¿nos acompañas?.

Y Rose quedo mirando a la nada, ya lo había perdido todo.

Continuará

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