EPÍLOGO

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Las Ardlays

Elroy Ardlay, esa mujer tan dura como el hierro,   había sido confinada a vivir en el sótano un lugar frío, húmedo y mal oliente,  alejada de todos los demás ancianos, era condenada a la más terrible soledad.

Gritaba por su hijo Raymund Leegans, muchas veces deliraba y veía cómo su hermano William Edward Arlay,  Pauna Maria y Joseph Cornwell se burlaban de ella.

Las imágenes eran tan vividas qué en una ocasión su corazón no resistió y murió, las ratas habían devorado su cuerpo por completo.

Terry, se apropiaba de las empresas de Anthony, malgastaba la fortuna que le había dejado, y después de 5 años, desarrollo la enfermedad y murió de bronconeumonia, nadie asistió a su funeral
.......

En una reunión Patricia Eliza Y Candy, esperaban a Annie qué nunca llegó, con eso había dejado claro, no le importaba la amistad de ellas solo estaba con ellas por él, lo último que supieron que vivía en Suecia.

-Sarah Ardlay, se sonrojaba a menudo, al pensar lo qué su hermano escuchó en aquella sala de cine, sólo habían dos parejas y no pensaron qué pudieran escucharlos y ahí, se besaron por primera vez y Martín, le decía con una sexy voz tu apellido debe ser de ahora en adelante ACARICIÓ pues no puedo dejar de tocarte, cada día te deseo más y sí  se atrevió en medio de aquella película hacerle el amor.

Cuándo terminó la Película, al salir por enmedio  de los pasillos observó  a una pareja de cabellos dorados, nunca pensó qué fuera su hermano, es más todavía sonreía felíz por qué por vez primera supo lo qué era un orgasmo. Y desde qué se había casado no paraba de hacer el amor, Martín era todo lo que ella había soñado.

Lane, esa dulce mujer seguía a cargo de aquel Orfanatorio, y cuidaba también a sus hijas y nietos, ella conoció a un caballero irlandés y se hicieron grandes amigos pero no más.

Archibald Cornwell, había hablado con Michael Sanders, Albert, Stair, y Janice y le externo  su preocupación y decidido a aclarar aquel malentendido le preguntó a su madre:
-¿Mamá, qué se siente no poder oír, hablar, no oler, no sentir el gusto de la comida?, ¿qué sientes al no ver los colores del mundo?.

-Amor, sé tú preocupación le decía Janice, quizás tú pienses qué me aburriré y qué yo desearía no vivir más, pero los tengo a ustedes, tengo en mi memoria cada olor, cada sabor, cierro los ojos y recuerdo cada color y puesta de sol. ¡Sí! estoy viva es porqué tengo una misión muy importante, no soy de esas mujeres qué huyen ante un problema, además  no estoy sola los tengo a ustedes, y con esa declaración volvieron a estar más unidos qué nunca, las dudas se disiparon.

-Lane pidió al estado, le otorgarán a su cuidado los 8 niños de Susana, ella se encargaría de educarlos y hacerlos hombres de bien, si, los más pequeños fueron a dar con excelentes familias y los mayores se quedarían con ella.

Sarah, con cuidados y mucho amor cuido de sus nietos por parte de Neil, se encargo de darle estudios, cuido a los hijos de eliza pero también disfruto el Amor.

Michael Sander, era nombrado cuatro años después presidente de Norteamérica y Janice se encargaba de colaborar y apoyar a gente con necesidades especiales, la Administración Sanders fue una de las más exitosas, h7bo un alto al fuego, y así evito conflictos innecesarios, durante su administración luchó contra el narcotráfico, al término de su gestión lq pareja se retiró a descanzar y disfrutar cada momento.

Dejo a cargo de sus empresas a su cuñado el Tiburón,  juntos eran un clan próspero, qué daba trabajo bien remunerados, casas y alimentación.

El Tiburón William Albert Ardlay, no podía ser más feliz veía a sus hermanas, y a sus sobrinas y sus pequeños retoños, lo complementaban, hasta qué escuchaba a sus cuñados decirles a sus hermanas las pequeñas brujas, o ese sobre nombre -"Las Acarició"-, qué lo remontaba a la escena en el cine. Y qué lo decía Martín, con el fin de hacerlo enojar.

Candy, trataba de calmarlo, pero después se hechaba a reír al escuchar a su esposo celoso de sus hermanas, se imaginaba si así era con ellas, con sus hijas sería peor.

Archi tras largos años de soltería, encontraba al amor de su vida en una mujer de Bolivia, lo hizo en un viaje, y de ahí, nunca más se separaron, el encontró el amor así, de imprevisto y sin planearlo, sorprendió a todos cuando solo dijo: -"Me Case"- el y su esposa  tuvieron 2 niñas hermosas, se alejo de las empresas de su madre dejándola a Albert, y el se dedico a la exportación de tejido Andino y de Tours en aquel país.

Si bien en la vida de las Ardlays nada fue fácil, demostraron qué vale la pena luchar pues al final siempre se hará justicia, y habrá una luz en el camino.

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