Evangeline quería ser amada y Eclipse ser salvado.
Al conocerse, Ella pensó en él únicamente cómo su escolta.
Originalmente ellos debían mantener una relación de maestra y súbdito.
Pero, Eclipse fue el primero en romper el muro que los distanciab...
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Café demasiado bien elaborado frente a ella, un brioche de vainilla con crema dulce y una pequeña montaña de panqueques con fresas y crema, su desayuno era simple, sin embargo ella podía permitirse comer algo dulce los días viernes, con una madre así de estricta y perfeccionista su vida estaba arruinada desde el primer momento.
Eribelia estableció una dieta estricta para Evangelinne, una cintura pequeña, hombros y espalda estrecha, caderas no demasiado anchas ni pequeñas, piernas torneadas y delgadas junto a un busto promedio eran el cuerpo perfecto en la aristocracia.
Aunque a Eva no le preocupaba su figura, ella de por sí tenía grandes problemas con la comida, incluyendo el hecho de que su mamá le creó un gran TCA haciéndola vomitar la comida y ajustando sus comidas y corséts desde los 11 años.
Eclipse irrumpió en sus pensamientos, no lo había visto desde ayer en la noche y debían ir a comprar ropa para él y el material necesario.
Pensó en que no podía descuidar de su escolta y sirviente así que inmediatamente lo mandó a llamar para acompañarla en el desayuno.
-Me llamó, maestra. -Se inclinó frente a ella cómo acostumbraba a hacer, ella sonrió para seguidamente saludarlo.
-Acompáñame a desayunar, pide lo que desees, luego iremos a hacer compras. -Eclipse dirigió su mirada hacía ella, viéndola mejor, por alguna razón Evangelinne lucía más arreglada y bonita que antes.
Sin objetar nada hizo caso a la petición de su maestra tomando asiento en frente de ella, era una mesa pequeña en medio del jardín Pacífico así que no había mucho problema por la distancia.
-¿Algo en específico que quieras desayunar? -Eclipse únicamente negó.
-Lo mismo que mi maestra está bien. -siguiendo el pedido, Eva ordenó otra ronda de panqueques, brioche y café.
Las sirvientas miraron nerviosas y con duda a Evangelinne.
El café era bastante caro y dárselo a un esclavo era cómo rebajarlo al nivel de un simple esclavo de sangre sucia.
Una se atrevió a abrir la boca.
-Princesa ¿En serio cree que es necesario otorgarle a su esclavo café? Los granos de café tienen alta demanda y son muy costosos. -Eclipse calló e hizo silencio ignorando aquello.
Ella tenía razón, su status de esclavo no cambiaba simplemente por ser ahora el escolta de la princesa de Garten.
Eva suspiró y frunció levemente el ceño.
-Comprendo lo que quieres decir, sin embargo yo, la princesa de Garten y tú maestra es la que da las órdenes y si deseo darle millones de joyas caras a uno de mis sirvientes no debes entrometerte en ello porqué dudo que te afecte de alguna manera, agradezco la consideración pero Eclipse es mi escolta y yo decido cómo cuidarlo ¿entendido?. -Todas las presentes asintieron y se retiraron a tomar el pedido.
