⚘ Capítulo. 07

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Cuatro días después, se había anunciado la noticia por la que el Reino se conmovió y estalló en festejos, el príncipe heredero, la indomable bestia sedienta de sangre había decidido casarse y compartir su vida a lado de la hermosa damisela de Garten, sin dudas, fue aparentemente una union feliz, la facción Aristocrática felicitó a Evangeline y a lo que sea que hubiera hecho para volver a ganar el favor del príncipe.

Sin embargo, mientras todos celebraban la pronta union, la pareja de la que tanto se hablaba estaba totalmente centrada en cómo hacer su próximo movimiento.

El plan principal de Eva era casarse con Callisto y vivir el resto de sus vidas aparentando mientras Eva le cubría las espaldas a Callisto, sin embargo todo dio un giro cuándo Callisto se opuso a casarse de forma permanente con Eva.

Era debido a la dama de los Eckart qué Callisto últimamente había estado dudando, es el príncipe heredero, ¿por qué debería depender de la hija de su cruel verdugo? Él no tendría a Penélope y eso le disgustaba.

Actualmente, ambos se encontraban reflexionando sobre qué hacer para renovar su plan y encontrar una forma de vencer sin el matrimonio de por medio.

El anuncio sobre su pronta boda era sólo un señuelo para mantener a los nobles a raya, con todo ésto ya realizado era muy difícil rehusarse al matrimonio.

La forma más rápida y segura de hacerlo era eliminarlos uno por uno.

Ésto involucraba la muerte de sus padres y el qué Callisto se volviera un tirano.

Ella podría acabar con la vida de su padre, sin embargo no había un sucesor actual y ella no iba a permitir que su primo consentido se apropiara del ducado Garten, por lo tanto hacerlo significaría que alguien debía tomar el rol de cabeza del ducado.

Claro, ella podría tomar ese rol, sin embargo no era posible sin el permiso del palacio real, su único medio factible era Callisto quién por el momento iba a heredar el trono.

A su vez, su madre no se quedaría quieta al ver ésto.

Espera.

Lo mejor es matarlos a ambos, de forma discreta, si ella provoca la muerte de sus padres, ella tendría que hacer una lucha política por liderar el ducado, lo cuál pondría en aprietos su matrimonio con Callisto.

Si, todo debía ser así, pero ahora debe conseguir aliados antes de que los nobles se adelanten a actuar.

Su mente se iluminó, Rosalette Roxburgh, su vieja amiga princesa de un reino vecino la cuál por alguna extraña razón se lleva bien con su madre debido a que ambas provienen de los Roxburgh.

Rosalette odiaba a su madre, la detestaba y constantemente evitaba ir a visitarla con la excusa de la delicada situación psicológica de su hermano adoptivo.

Rosalette poseía autoridad notoria por ser hija de un ducal prestigioso, por lo cuál era mucha ayuda.

Inmediatamente redactó una carta en destino a ella.

Explícitamente su contenido fue.

“Querida Rosalette Roxburgh.

Hace más de tres años no nos vemos y quería invitarla a mi residencia, con el fin de revivir los viejos tiempos y bailar juntas, te tengo en la mira, si te atreves a rechazarme, enviaré 10 cartas más por día hasta que te dignes a presentarte.

Con cariño, tú querida mejor amiga, Evangeline de Garten. ”

Sabiendo lo caprichosa y obstinada que podría llegar a ser la doncella Roxburgh, inmediatamente lo envió en su destino, su madre no sospecharía, de hecho ella le agradecería aquello, es obvio que Eribelia quería a Rosalette cómo a su propia hija así que estaría feliz de verla.

Luego de tantos percances por no poder desarrollar libremente su plan, debía obtener aliados fuertes, Rosalette la protegería de su madre sin contar con la influencia que poseía era fuerte en el país de Loka.

Algo perdida en sus pensamientos, no se percató de cuándo fue que su escolta, Eclipse tomó asiento en el suelo observándola detenidamente

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Algo perdida en sus pensamientos, no se percató de cuándo fue que su escolta, Eclipse tomó asiento en el suelo observándola detenidamente.

Sus ojos cafés analizaban cada pequeño detalle de Evangeline, sus lindos cabellos rubios, ojos azules tan lindos cómo dos zafiros, labios pequeños y rojos, por alguna razón Eclipse quería sentirlos por debajo de él.

Desde hace poco tiempo el deseo de poseer a su ama se hizo presente, algo estúpido a decir verdad puesto que él era su esclavo, ¿por qué un simple esclavo querría tomar cómo suya a su dueña?

Para Eclipse aquel sentimiento era agradable y desagradable a la vez, los celos y la envidia hacía Callisto se soltaron desde el momento en que los vio fingir un beso frente al anuncio de su pronto matrimonio, recordaba claramente ese momento, sonrisas y felicitaciones por parte de todos, sin embargo para él, su  mente se ensombreció, su mirada miraba al rubio con enojo, algo amargo subió por su garganta, quería vomitar.

El hecho de querer tenerla debajo de él mientras se movía frenéticamente contra sus delicadas y bonitas caderas, tan jodidamente bonito para él.

Una reciente fantasía que no pudo quitar de su cabeza, cómo si hubiese sido drogado con alguna clase de afrodisíaco el cuál traería resultados fatales, las consecuencias fueron su amor y obsesión hacía Evangeline, todo se decidió desde que él la vio, desde que sus ojos se fijaron en ella, supo que su vida cambiaría.

Su corazón el cuál no podía dejar de latir cada que la veía, la veneraba cómo a su diosa, la respetaba y sin embargo a la vez quería escuchar sus maldiciones y gritos en su habitación mientras él tomaba el control de aquél vaivén de cuerpos frotándose entre sí.

Eclipse juró protegerla, pero al contrario, él era el peligro, estaba controlando sus fuertes ansias de abalanzarce sobre ella y tomarla como su linda y sumisa presa.

Con todo ésto corriendo por su mente, Eva finalmente se dio cuenta de su presencia, algo asombrada por la reciente aparición se tocó el pecho mientras suspiraba, seguido de ésto, acarició su cabeza.

Eclipse la vio directamente, una sonrisa pintada en su rostro fue lo que encontró, ojos azules los cuáles lo miraban con afecto, manos que lo reconfortaban de sus oscuros pensamientos.

Buscó acurrucarse en sus piernas, dando caricias en su estómago, tomó una de sus manos dando un beso en el dorso de ésta, con cariño y dulzura puso la palma de la mano derecha de Eva contra sus mejillas acariciandolas con suavidad y cuidado.

Evangeline únicamente se dedicaba a dar caricias, últimamente Eclipse se había hecho más cercano y pegajoso con ella, no le disgustaba, de hecho de alguna forma lo disfrutaba, todo era cómodo entre ambos.

Sin ningún inconveniente.

Por lo menos para ella, Eclipse quería encerrarla y tenerla para si mismo, no quería que nadie más la viera, quería apretarla contra su cuerpo, oler su dulce aroma mientras siente su peso bajo sus hombros.

Con una mirada sádica y una sonrisa ladina, mumuró.

—Quiero que me haga suyo, ama. —un pequeño e inaudible murmullo que ella no pudo oír.

—¿Dijiste algo Eclipse? —De forma interrogativa preguntó, él negó con la cabeza lentamente.

—No es nada, es sólo que tengo frío. —Ella por su parte siguió dándole caricias llenas de afecto.

Mientras ella pensaba en cómo vencer a sus adversarios, Eclipse sólo pensaba en cómo aniquilar a todos lo que quisieran separarlos, tanto a su Ama de él cómo a él de su ama, empezando por Callisto.

𝑺𝑳𝑨𝑽𝑬𝑹 𝑺𝑬𝑫𝑼𝑪𝑻𝑰𝑶𝑵━━El único final de la villana es la muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora